El sistema de salud en Colombia no solo afronta una profunda crisis financiera, también soporta grandes interrogantes sobre la propuesta de reforma que volvió a radicar el gobierno actual y que, al parecer, no ha logrado consensos claros sobre los cambios que necesita el sector.
La situación afecta a todos los actores de la cadena de valor, desde las EPS, pasando por los hospitales y repercutiendo potencialmente en los pacientes quienes ante el temor han empezado a adquirir, de su propio bolsillo, planes complementarios, pólizas de salud y servicios de medicina prepagada, con el objetivo de garantizar una "buena" atención por los siguientes años.
Estadísticas reportadas por la Cuenta Satélite de Salud (CSS) del Dane, para las compañías de seguros del sector salud, tanto privadas como públicas, dejan ver que los pagos voluntarios por servicios de salud representaron un valor estimado del 78 % de sus ingresos. Esto se tradujo en cifras aproximadas a los 10 billones de pesos en el año 2022.
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A pesar de que, al cierre de 2023, el sistema tenía una cobertura casi universal y un gasto de bolsillo de apenas el 13 % - uno de los más bajos en América Latina - la última Encuesta de Calidad de Vida del Dane, registraba que 3,8 millones de habitantes pagan por servicios adicionales de salud.
Adicional, estimaciones de entidades como la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi) sugieren que, según el comportamiento del mercado, aproximadamente el 23 % de los colombianos podrían hacer parte de los contribuyentes a este modelo.
En el mercado de servicios, la medicina prepagada tiene la mayor participación con un 57 %, seguida por las pólizas de salud con un 27 %, y finalmente los planes complementarios y ambulancias prepagadas con un 16 % de participación en las ofertas disponibles.
Esto, deja ver cómo el déficit financiero del sistema en Colombia repercute en el incremento de gasto de bolsillo de los usuarios. El componente de salud que más creció dentro de todos los segmentos del PIB fue el gasto de bolsillo. Se incrementó a una tasa del 3.7 % real y se espera que los planes voluntarios de salud crezcan un 10 % nominal este año, según cifras oficiales de Acemi del primer trimestre.
Expertos en el sector advertían la situación desde que se radicó la primera propuesta de reforma en febrero de 2023. Teniendo en cuenta que el Dane decidió eliminar las preguntas relativas al gasto de bolsillo de la Encuesta Calidad de Vida, por lo que el país ha perdido este valioso insumo para la discusión pública, el vicepresidente técnico de Acemi, Mario Cruz ha señalado que se vienen tiempos difíciles, en los que los ciudadanos tendrán que financiar el sistema con su propio dinero.
“La gente está teniendo que meterse la mano al bolsillo para comprar medicamentos, para ir a médicos especialistas, para ir al odontólogo y aún para contratar pólizas o medicinas prepagadas o planes complementarios que suplan lo que el sistema de salud no les está entregando. De alguna manera lo están financiando y yo me temo que este fenómeno puede irse empeorando en el tiempo”, destacó.
Con esta opinión coincide el exministro de Salud, Alejandro Gaviria, quien, ante el esfuerzo económico que hacen las familias para pagar estos planes complementarios, señaló dijo que: “Tarde o temprano esto termina afectando la atención en salud y la gente va a tener que sacar más de su bolsillo. Colombia tiene un gasto de bolsillo muy bajo, de los menores de la región y de los países en desarrollo. Ha sido uno de los logros más importantes en tres décadas. Eso está en juego”.
Ahora bien, estamos hablando de planes complementarios de salud que son aquellos servicios “extras” ofrecidos por las Entidades Promotoras de Salud (EPS) a sus afiliados, que brindan beneficios y coberturas diferentes a los del Plan Básico de Salud (PBS).
Estos planes van desde el acceso a una red más amplia de especialistas y clínicas hasta habitaciones privadas durante hospitalizaciones, entre otros. Los afiliados pagan un valor adicional para obtener estos beneficios con el fin de mejorar la calidad y comodidad de su atención médica.
Existe otro modelo bien conocido de este tipo de servicios privados como la medicina prepagada, un sistema no obligatorio de atención donde los usuarios pagan un canon mensual fijo a una aseguradora para recibir servicios médicos privados considerados de alta calidad.
A diferencia del sistema de salud público, este modelo permite acceso directo a una red exclusiva de médicos especialistas, clínicas y hospitales con menores tiempos de espera. Los planes de medicina prepagada generalmente incluyen consultas, exámenes, tratamientos y hospitalización, además de servicios adicionales como atención domiciliaria y diferentes programas de bienestar y prevención.
REDACCIÓN SALUD
Daniela Vanessa Ortiz Álvarez