Para el artista eslovaco y estadounidense Juraj Kojs las orquídeas no suenan tristes ni melancólicas como muchos pensarían. Entonces, ¿a qué suenan?, ¿qué tipo de música hay en ellas? Kojs responderá esas preguntas con las piezas de música electrónica que creó a partir del ADN de esta especie y se podrá escuchar este jueves a las 6:30 de la tarde en el auditorio del Parque Explora. El artista, en compañía de la música colombiana Ana Ruiz, presentarán la obra Puentes Sonoros: orquídeas, máquinas y humanos.
Durante la primera parte de la presentación, Kojs dará una charla sobre el trabajo musical con orquídeas que viene realizando desde hace unos seis años. Luego, con el acompañamiento de Ruiz en el violín, tocará desde su computador los sonidos que ambos, desde sus lugares de residencia, vienen grabando desde hace un mes. De allí el nombre de este concierto experimental: orquídeas, máquinas y humanos. Kojs y Ruiz se conocieron por internet, y a través de audios de WhatsApp construyeron la relación sonora.
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Kojs —doctor en composición musical y profesor de la Universidad de Miami— sacó el gusto por la música y por las plantas de su padre, que era un aficionado a los instrumentos de viento y a la jardinería cuando Kojs era un niño en la antigua checoslovaquia. Pero solo hasta el 2016, deslumbrado por la variedad de orquídeas que veía en La Florida, EE. UU., fue que empezó a buscar formas para combinar sus dos pasiones.
El ADN de las orquídeas
Gracias a su trabajo académico en tecnología y composición musical, este artista se dio cuenta de que podía convertir las secuencias de ADN de sus flores favoritas en una partitura —diferente en cada flor— e interpretarla a su antojo. Es por esto que aclara que, además de que cada orquídea tiene un sonido único en su secuencia genética, cada artista y cada oyente puede a su vez interpretar esa información de una manera diferente.
“Los científicos interpretan las secuencias de ADN para aprender sobre las cualidades de esta planta. Pero eres tú como artista quien se convierte en el intérprete. Puedes usar tu imaginación, lo que haces con ese texto, con esa partitura y puedes tocarlo como tocarías una partitura en un piano o puedes considerarlo creativamente. Por ejemplo, puedo repasar una secuencia en un minuto, pero luego repasar esa misma secuencia en dos minutos, o en tres minutos, y las comienzo superponer, una encima de la otra, entonces empiezas a volverte mucho más imaginativo”, explica el músico de 47 años.
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Para Kojs, contrario a lo que muchos pensarían por la aparente fragilidad de estas flores, las orquídeas suenan muy fuerte: “En realidad sabemos que las plantas son bastante violentas porque compiten entre sí —y las orquídeas no son diferentes— por los recursos para vivir: la luz, el agua, la naturaleza en general. Pero sea lo que sea, no tiene por qué ser que tengamos esta noción estereotipada de que una orquídea es hermosa y delicada, pues ya sabes que históricamente las orquídeas se han considerado en el mundo occidental como algo lujoso, sexual, lujurioso. Orquídeas es la palabra griega para testículos”.
En noviembre del año pasado, Kojs publicó Orquid music, un álbum de 12 temas con 10 especies de orquídeas diferentes en los que mezcla su pasión por estas plantas, su relación con los seres humanos y la tecnología musical.
“No hay escasez de canciones sobre flores, pero pocas dejan que las flores canten por sí mismas. Ahora, gracias a los avances en la secuenciación del genoma y el mapeo de datos, podemos, por así decirlo, pasarles el micrófono y escuchar su versión de la historia”, dice el autor, quien se describe a sí mismo como un artfibio, en tanto su trabajo consiste en explorar y cruzar los límites de diferentes disciplinas para producir sonidos.
En ese álbum, el ADN de las plantas se asignó a fuentes de sonido como sintetizadores y cajas de ritmos diseñados a medida, así como a objetos como máquinas de escribir, bloques de madera, nueces, semillas y vasijas de barro. Los sonidos producidos con estos objetos y materiales también fueron editados por el compositor. Para su próximo proyecto, por ejemplo, está experimentando con el sonido que se genera al soplar dentro de un florero de vidrio redondo con una orquídea en su interior.
Esta clase de sonidos experimentales con orquídeas son los que se escucharán en el auditorio durante la primera parte del show, que durará una hora y en el que esperan tener una asistencia de 200 personas.
Esta es la segunda visita de Kojs a Colombia, que en 2019 estuvo en Cali como jurado para un concurso de orquídeas. Kojs además fue invitado este año a la ciudad como miembro de la Sociedad Estadounidense de Orquídeas para ser jurado de dos eventos de la Feria de las Flores que estarán abiertos hasta el próximo 7 de agosto: Colombia exótica, una exposición de flores, frutas y artesanías que se está llevando a cabo en el ecocampus de Laureles, centro de eventos Fórum y Polideportivo de la UPB. Y Florecer, una exposición de más de 2.000 especies de orquídeas en el Orquideorama del Jardín Botánico.
Sobre Ana Ruiz Valencia
Es una violinista colombiana nacida en Bogotá, pero huésped frecuente en Medellín. Es, además de música, investigadora y curadora de arte. Actualmente, trabaja en el Museo de Arte Moderno de Medellín. Ha investigado y trabajado sobre el ruido, la improvisación libre y la tradición clásica occidental. Es también una artfibia.
Podrá seguir la transmisión de este concierto para conocer la música de las oquídeas en este enlace.