Dentro del extenso repertorio que por más de 30 años interpretaron Egidio Cuadrado y Carlos Vives, era bien conocido que había una canción siempre los unió, desde el inicio de su trabajo en conjunto.
Lea también: Falleció la leyenda del acordeón, Egidio Cuadrado, compañero de Carlos Vives
En medio de las grabaciones de la miniserie Escalona, dirigida por Sergio Cabrera, grabada en la ciudad patrimonio de la humanidad, Mompox, inspirada en la obra del compositor Rafael Escalona, grabaron e interpretaron, entre más de 25 canciones, Elegía a Jaime Molina.
Así como Rafael Escalona y Jaime Molina eran “dos amigos que se quisieron con el alma”, como dicta la canción, así fue la amistad inquebrantable entre Vives y Cuadrado, más ahora que Egidio se ha ido.
Una verdadera oda a la amistad que muestra el dolor intenso y la melancolía que genera la pérdida temprana de un ser querido como un amigo.
Una amistad tan fiel y fuerte como la que gestaron Carlos Vives y Egidio Cuadrado, quienes por más de 30 años hicieron música y le dieron la vuelta al mundo, varias veces con ella. Dos amigos que lo arriesgaron todo por un proyecto bastante arriesgado en su momento.
Mientras que Egidio Cuadrado venía de Villanueva (Guajira), ‘Cuna de acordeones’, donde se protege con bastante celo la tradición del vallenato puro, siendo Rey Vallenato 1985, lo que aumentaba más su responsabilidad por el folclor y su tradición, Carlos Vives hasta ese entonces era un actor de primer nivel, protagonista de telenovelas, que buscaba demostrar que también podía cantar.
Le puede interesar: Egidio Cuadrado: el legendario acordeonero de Carlos Vives y el vallenato
En el caso de Rafael Calixto Escalona Martínez y Jaime Molina Maestre, fueron dos grandes amigos e inseparables que una noche de parranda, de muchas que tuvieron, se hicieron una promesa que cruzaría los límites de la muerte misma. “Si yo moría primero me hacía un retrato, o, si él se moría primero le sacaba un son”, dicta la canción.
Como lo narra la letra de este clásico, a Rafael Escalona le tocó componer la canción, pues un 15 de agosto de 1978 un problema cardíaco acabó con la vida de Jaime Molina. Sin embargo, pasaron cuatro años para que la promesa se completara, cuando dicha canción fuera grabada por primera vez de la mano de Alfonso ‘Poncho’ Cotes Jr. y el Rey Vallenato Ciro Meza Reales.
Siempre que se le preguntó por esta canción, Rafael Escalona nunca negó que, como lo afirma en la canción, hubiera preferido que Jaime Molina cumpliera la condición de hacerle el retrato a Rafael.
Una canción de amistad, poderosamente sentimental, que sorprende más por la corta letra que posee, pero que no deja de narrar una completa y poderosa historia de dos amigos del alma.
Jaime Molina no solo era conocido por ser gran amigo de Rafael Escalona. Con Camilo Molina y Victoria Maestre como sus padres, nació en el corregimiento de Patillal el 7 de marzo de 1926, fue reconocido por la alta calidad de sus caricaturas y la potencia en su propuesta obra en pintura.
Se dice que la mayor parte de su tiempo se la pasaba ensimismado en sus lienzos y pinceles, donde solía presentar su visión de su propio pueblo, así como de sus personajes, incluidos sus pocos pero muy cercanos amigos y la vida cotidiana de un pequeño pueblo caribeño colombiano en la segunda parte del siglo XX.
Mientras él retrataba el día a día de su entorno, Rafael Escalona, como los grandes cronistas de la composición vallenata, hacía lo propio a través de sus canciones.
Lo interesante, es que Rafael Escalona fue más allá de la promesa de ‘sacarle un son’, al ser tan amigo y recordarlo constantemente lo vuelve a mencionar en el canto La mariposa del río Badillo, grabada en el año 2000 por Iván Villazón y el Rey Vallenato Saúl Lallemand: “Jaime me dijo óyeme Rafa tú me ganaste me hiciste el canto, y yo no pude allá en la tierra, allá en la tierra hacerte un retrato. Ay, pero ven, ven que yo te hago el retrato en el cielo. Ven, ven que yo te quiero presentá a San Pedro...”.
Entérese de más: “Murió La Provincia”: la reacción de Carlos Vives al fallecimiento de su amigo y acordeonero, Egidio Cuadrado
Esta canción la retomaría Carlos Vives, en compañía de Egidio Cuadrado, para la miniserie de Caracol TV, Escalona, presentándolo en un primer volumen discográfico de gran éxito.