Yolanda Rincón Sánchez narró al podcast ‘Alerta Crónica’, con Héctor Sarasti, detalles desconocidos de los duros momentos que vive el joven hospitalizado por una enfermedad que le da a una entre un millón de personas: los cuatro infartos que sufrió en un solo día, su anhelo de que no haya daño cerebral, la grave anemia que padece, el apoyo de la familia de ‘El Cacique de La Junta’ y hasta la milagrosa aparición que dice haber vivido en el hospital en la que un misterioso hombre le advirtió de que su hijo se salvará.
“Vi morir y resucitar a mi hijo”. Esta cita resume los difíciles momentos que atraviesa Miguel Ángel Díaz Rincón, el joven de 36 años, hijo del legendario cantante vallenato Diomedes Díaz y de la empresaria del sector del plástico, Yolanda Rincón Sánchez. “Vi que la vida se le iba a mi hijo… (y) era estar en el momento cuando lo estaban reanimando”.
Rincón Sánchez narró telefónicamente y en exclusiva al podcast ‘Alerta Crónica’ con Héctor Sarasti detalles desconocidos de los difíciles momentos que vive en la actualidad uno de los hijos de ‘El Cacique de La Junta’, internado de urgencia desde hace pocos días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Mederi, sede Barrios Unidos, occidente de Bogotá.
La madre explicó con rigor el tipo de enfermedad que padece este joven, cómo ha sido el deterioro de su salud, los 35 años de ella cuidando a su único hijo y hasta el milagro que aconteció en uno de los pasillos del centro asistencial.
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¿Cuál es la enfermedad que padece el hijo que usted y Diomedes Díaz hace 35 años?
Glomeruloesclerosis focalizada y segmental . En un millón de personas le da a una. Eso se le produjo por el sistema inmunológico. La enfermedad de base ataca los mismos órganos y, entonces, atacan los riñon es y lo cicatrizan. Ahí ya no hay nada que hacer solamente el trasplante.
¿Cómo está Miguel Ángel?
Agradecida con Dios porque, al menos, ya no le volvieron a repetir los paros. El doctor decía que otro más y que no aguantaba”.
¿Cuántos paros le dieron?
Cuatro… en mi presencia le dieron dos. El primero fue 5:30 p. m. (del martes). Uno cuando lo estaban entubando y ya lo iban a sacar para Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Tocó volverlo a reanimar. Ya en UCI le dio otro como a las 11 de la mañana y otro como a las 4 de la tarde.
El médico salió y habló con nosotros y nos dijo que estaba muy delicado, que estuviéramos preparados.
¿Cuándo empeoró la salud del hijo que tuvo usted con El Cacique de La Junta, Diomedes Díaz?
En diciembre de este 2024, en enero le dijeron que tenía que hacerse la diálisis, porque el riñoncito, que yo le había dado, ya había cumplido su ciclo y no estaba drenando y que el cuerpo lo tenía intoxicado y tenía que entrar de urgencias a hemodiálisis, eso fue terrible para nosotros… es volver a retroceder 12 años atrás…
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¿Qué síntomas presentó recientemente que evidenciaron el empeoramiento de su salud?
Una anemia terrible… él caminaba una cuadra y se agitaba, se quedaba dormido en el almacén. Hay veces (de la fatiga) se acostaba en el piso, en el carro, lleva así mal unos seis meses.
Se empezó a deteriorar desde que entró a hemodiálisis en enero hasta el punto de tener que llevarlo al hospital y tener riesgo de muerte porque como que esa función de la hemodiálisis no le sirvió, necesitamos otro transplante urgente.
¿Para qué él se salve hay que estabilizarlo médicamente en muchos aspectos?
Hay que estabilizarle muchas cosas, por ejemplo: la anemia, Dios no lo quiera que no tenga ningún daño cerebral porque fueron cuatro paros de a 10 minutos cada uno, no se sabe en este momento como va el cerebro de él. (Explica): Se te para el corazón mueres inmediatamente, no te llega oxígeno al cerebro… y eso lo van a evaluar mas tarde…
¿Miguel Ángel tiene un tipo de sangre escaso?
Como yo soy B negativo de pronto yo soy la que le puedo donar…yo soy el mismo tipo de sangre que él y en cualquier momento… esa sangre es escasa…
¿Ha batallado usted como madre por muchos años con esa enfermedad de su hijo, cómo ha sido esa lucha?
Mi peor experiencia es la que estoy viviendo ahora. Yo llevo 35 años en la lucha con Miguel porque él empezó a enfermarse desde que tenía un añito, empezó con fiebres, escalofríos, hasta los 10 años que le dieron el diagnóstico.
Ha sido una batalla de 35 años donde uno a veces siente desfallecer, como decimos, quiere tirar la toalla pero gracias a Dios me recogió, yo estaba en un estado que yo no podía trabajar, ya no daba más, ya no quería vivir, entré en depresión… ver a mi hijo salir de una clínica y a los 15 días volver otra vez, entonces tomé la decisión de buscar de Dios, empecé a congregarme en la iglesia cristiana, Dios es el que me ha dado la fuerza para seguir luchando.
¿Vio morir a su hijo y lo vio resucitar?
“Yo vi morir a mi hijo, nunca había visto morir a alguien… y yo estaba ahí cuando vi que la vida se le iba a mi propio hijo, verle la carita como se trasfiguraba, ese dolor que causa la muerte y verlo desfallecer. Lo reanimaron.
¿Cuáles han sido los momentos más críticos que ha pasado en las últimas horas?¿Y cuál fue ese milagro en un pasillo del que usted da testimonio?
Cuando le dio el primer paro a mi me sacaron y yo me arrodillé en el pasillo a orar, se escuchaba como lo bombeaban. Yo estaba orando y cuando me di cuenta y sentí una mano en mi hombro y yo voltié a mirar y pensé que era un doctor. Era una mano calida, vi que el señor no estaba vestido de médico, era un señor normal, bajito, blanquito que me dijo: tranquila que él va estar bien… él va estar bien… la puerta de mi hijo no tenía el nombre y él me hablaba de él no nombre propio… (dijo): acabo de ver que entran ángeles a esta habitación, miles de ángeles y fue una batalla dura, allí se está librando una batalla dura, pero tranquila que él va estar bien… y cuando él me dijo así yo sentí una alegría como si me inyectaran gasolina.
Y se fue el señor caminando… camino como dos metros y se desapareció… y yo lo buscaba por la sala, yo quería decirle porque me dice eso… ahí entendí que era un mensaje de Dios a pesar de lo que estaba pasando…
A esa promesa he venido aferrada y eso es lo que me ha dado fuerzas… y ayer Dios me lo comprobó que si que lo va a sacar adelante… mi fe es tan grande que yo pienso que él va salir de aquí con sus nuevos órganos y que él va a tener experiencia con el Señor, va ser de testimonio”
¿Cómo ha sido el apoyo de la familia de Diomedes Díaz?
Tengo el apoyo de los hermanos: Rafael Santos vino, vino Rafael María, llega Luis Angel, he sentido el amor de ellos, unos llaman llorando, llaman cada media hora, o sea, Dios ha movido muchos corazón
¿Para usted qué significa Miguel Ángel?
Miguel Angel es mi complemento, mi otra mitad de ser, mi continuación en esta vida, mi razón de todo vivir, de todo, porque fue un hijo que llegó en mi juventud cuando yo era una niña inexperta que no sabía ni cómo lo iba a criar y en esa época era todo pecado, era mal visto que una señorita de su casa tuviera un hijo. Mi papá me echó de la casa, sufrí mucho por el rechazo de él, fue por dos o 3 años y por la crítica de la gente, de la sociedad, en ese tiempo era una vergüenza tener un hijo, pero la sonrisa de él y sentirme madre, él cubria todo ese dolor, esa vergueza, de todo ese abandono que sufrí como madre soltera. Se volvió como si fuéramos uno solo, él para donde va yo voy, es mi complemento, por eso nunca sentí la necesidad de volverme a casar con nadie, de tener otra pareja porque le cubre todos los vacíos, primeramente Dios, y después mi hijo… le pido a Dios que me lo deje por muchos años más”.
¿Qué fue lo último que habló con Miguel Ángel?
“El domingo ya estaba muy malito por la noche, le hicieron un TAC como a las 5 de la tarde para los vasos sanguíneos, entonces se puso como mareado, no coordinaba bien las cosas. Como a él le estaba aplicando morfina cada seis horas, porque tenía un fuerte dolor abdominal, le pregunté a la médico que lo atendía y me dijo que eran los efectos de la morfina. En ese momentos estaba tranquila pero jamás pensé que le iba a dar varios paros.
“Lo ultimo que hablé con él es que me dijo que quería hielo, mucho hielo y agua no quiso comer nada. Me dijo: consígame hielo y estaba lloviendo, el domingo por la noche…
¿Por qué le aplican a él morfina?
“El ingreso con su patología de dolor abdominal que era insoportable. Él sufrió mucho de ese dolor porque tenía su higado inflamado, el páncreas, el vaso, todo se le colapsó por dentro por la hemodiálisis.
A él lo dejaron hospitalizado fue un dolor abdominal que no se lo controlaban con nada, la morfina ya no le hacía, cada seis horas le colocaban morfina intravenosa.
Ese medicamento es muy fuerte, eso lo pone a uno como somnoliento. Yo pensé que estaba como ido, era por la morfina”.
¿Qué requiere?
“Si hay un instituto en Estados Unidos que la ciencia médica, que los podamos llevar o acá en Colombia la ciencia médica nos puede ayudar con un transplante para que lo hagan los más pronto posible. Lo fundamental es el donante para que se haga el segundo trasplante.
¿En qué se le debe de ayudar? ¿necesitaría un nuevo trasplante?
El doctor dice que, primero, hay que estabilizarlo y a lo que ya esté estable conseguir un donante para hacerle el segundo transplante de riñón… aquí surge la necesidad de un donante que sea compatible.