Luis Román es diseñador gráfico, licenciado en teología y profesor, pero es sobre todo rapero, MC Ari, el Rey Solo.
A veces demasiado cristiano para los raperos y otras, demasiado impío para los cristianos, por eso va solo. Pero es rey porque aunque pase de comensal a lava platos en el mismo restaurante, nunca pierde su corona.
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Por eso su más reciente álbum se titula así: El Rey Solo, porque recoge toda su experiencia como inmigrante en Nueva York en tiempos de pandemia, cuando el azar lo cambió todo.
Porque antes del Covid-19, Ari había lanzado seis álbumes, el último de ellos El Sinsote (2019), y entonces todo alrededor del lanzamiento parecía tan prometedor que se veían venir festivales y conciertos, pero nada de eso pasó porque llegó la pandemia y Ari tuvo que dejar su natal Cartagena para irse a Nueva York, lejos de las tarimas pero en la meca del rap, viviendo a pocos pasos de la calle nombrada en honor al legendario rapero y productor MF DOOM.
—¿Cómo fue el paso por Nueva York?
—Mucho trabajo. Trabajé en una empresa de libros, ordenando y cargando cajas, con turnos de 12 horas, después en construcción y lavando platos en un restaurante italiano, donde terminé siendo el pastelero, dice Ari.
—¿Qué tiempo quedaba para el rap?
—Todo el tiempo. Una de mis funciones en el restaurante era sacar la basura, y eran unos carros gigantes y había que empujarlos varias cuadras, entonces me iba escuchando instrumentales y me quedaba un rato ahí, escribiendo. El rey está solo, pero no pierde su pluma.
—Ni su corona...
—El peligro de ser inmigrante, es que si tú te descuidas te puedes olvidar de quién tú eres, entonces el rey solo está en el exilio pero no pierde su corona, está solo, pero se dice a sí mismo, tú eres el rey.
—¿Ese viaje lo terminó acercando más al rap?
—Estando allá tienes una herida por las cosas que dejas, pero para mí siendo un rapero hace tanto tiempo también era un sueño vivir en Nueva York. Mi día de descanso era los jueves y siempre me iba a un estudio de grabación en el Bronx (dónde empezó el rap). El disco lo grabé allá prácticamente todo. Estar ahí era un sueño, ver los grafitis, que se yo..., dice Ari.
El Rey Solo es un disco de rap por y para el rap, una dedicatoria a esa música, una declaración de amor y compromiso. Once temas sin muchas pretensiones en una época donde la música va más de hacer negocios que de hacer canciones. La producción corrió por cuenta del Arkeólogo, y entre las colaboraciones se cuentan L’Xuasma, Luis7Lunes, Norick, Noé Castilla, Fa-Zeta y Dj Lockz.
“Aquí no alardeamos que tenemos, porque no tenemos nada y sin nada de todo hacemos, en otras palabras, pa’ hablar claro aquí la consigna es lo que puedas con lo que hay”, rapea L’Xuasma en ... QUIÉN?, el tercer tema del disco.
Porque la vida puede cambiar en cualquier momento, pero siempre queda el rap.
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—Yo creo que el amor por el rap es una cosa que siempre crece, no puedo explicarlo, yo tengo 41 años y cada vez me siento más birrioso, como cuando tenía 14 o 15 años. La conexión no desaparece. Yo no escucho ninguna otra música y creo que la única manera en que deje de hacer rap es si la salud no me lo permite. Yo llevo toda la vida haciendo rap y ahora tengo el privilegio de estar respaldado por el mejor productor de Colombia que es el Arkeólogo.
—Es el rap por el rap...
—Si. Si pasan cosas bonitas con el disco voy a estar contento, si surgen negocios que me permitan otra calidad de vida, maravilloso, sino también.
Por eso lo de Rey Solo, porque además de esa singularidad que resulta entre la iglesia y el rap, Ari sabe que su riqueza viene de adentro, de gobernarse a sí mismo, de sentirse rey y sólo inclinarse ante Dios.
“Maldita sea escucho rap y me dan ganas de vivir”, rapea Ari, esa es la magia, el milagro.