Cuando era niña siempre pensaba que Lucía y Joaquín Galán vivían peleando. Por lo menos así lo entendía tras escuchar las canciones de Pimpinela –que mi madre escuchaba a buen volumen en casa– que contaban toda una historia de principio a fin, en la que ella le recriminaba algo y él respondía o viceversa: Olvídame y pega la vuelta, A esa o Por ese hombre.
Después descubrí que eran hermanos y que sus canciones eran teatro puro, melodías con diálogo, ese que podía tener cualquier pareja en la vida real. Lo más maravilloso de todo es que así, únicos y con una manera diferente de hacer música se han sostenido por un poco más de 40 años y que tienen un público fiel, que no solo los sigue sino que recuerda con cariño sus canciones.
Pimpinela regresa a los escenarios tras un pequeño receso por una cirugía que le hicieron a Lucia (le extirparon un quiste premaligno de páncreas). Acaban de presentarse en su natal Argentina y el viernes 8 de noviembre llegarán a Medellín, a Plaza Mayor, con su gira Siempre juntos. EL COLOMBIANO conversó con ellos.
Bien de saludLo primero que le pregunto a Lucía es cómo se encuentra. “Me estoy recuperando, he tenido un avance muy importante, ya hice conciertos, ya he recuperado muchísimo la fuerza y la energía y con muchas ganas de viajar y subirme un avión para hacer giras, así que gracias a Dios, el peor momento ya pasó y el susto también, así que ahora a seguir adelante”.
Para Joaquín fue un año intenso y de muchas emociones, “y también de momentos difíciles a través de estos últimos cuatro o cinco meses con lo que le pasó a Lucía, pero soy de mirar al futuro y con optimismo, así que acá estamos de vuelta ya a punto de emprender una nueva etapa de conciertos”.
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Llegar a Medellín, para ambos es siempre una obligación, “viajar a Medellín es una fiesta, la ciudad, la gente, la música, son de esos lugares donde a esta altura de nuestra carrera, cuando nos preguntan dónde queremos ir siempre los apuntamos en la lista”.
Que sus canciones sigan sonando, en Medellín, por ejemplo, dice Lucía, tiene mucho que ver con el hecho de que la gente haya crecido con las baladas, pero además que sus temas son historias con contenido, que emocionan, que tienen un desenlace, “un relato de algo que le puede pasar a dos personas comunes”.
En el concierto de Medellín, del que hay vallas por la ciudad, estaba anunciada la participación de Rudy Márquez, quien falleció el pasado 9 de octubre. Por eso, en medio del show, se le rendirá un sentido tributo a su legado y carrera. “Lo conocíamos como artista, no en persona, nos enteramos de su muerte y con mucho dolor y sorpresa enviamos la condolencia a su familia y lo recordaremos en Plaza Mayor con mucho cariño”, contó Joaquín quien añadió, sobre la música de plancha y su éxito constante, que la idiosincracia de la gente de Medellín tiene mucho de romanticismo, “y a pesar del tiempo, de las modas y de otros géneros, el romanticismo sigue presente en la ciudad y en todo el país, y eso lo valoramos muchísimo”.
Organizar un set list para este show no es fácil, “siempre la gira es una y hay imágenes y efectos sincronizados, pero a la hora de elegir el repertorio siempre terminamos discutiendo Lucía y yo, pero los fanáticos nos piden canciones y debemos terminar mediando con una lista definitiva que al final le gusta a la gente y nos gusta a nosotros”, concluye Joaquín.
Lucía, con 63 años y Joaquín, de 69, están listos para llegar a Medellín la próxima semana. Tras el concierto se van a cenar con el equipo (más de 26 personas viajando) porque la adrenalina es tan alta que les cuesta conciliar el sueño y además quieren guardar en la memoria todos los rostros de los entusiasmados paisas que cantarán con ellos todos sus éxitos.