Una profecía oscura y un eclipse lunar despiertan los temores de Bogotá en los años noventa. Una joven llamada Mila, de trece años, siente el peso de esos presagios en su propia piel: cuando su cuerpo empieza a cambiar, su mundo se transforma y la mirada de los otros se vuelve opresiva.
En Mi Bestia, la primera película de la artista colombiana Camila Beltrán, los miedos y tensiones de una sociedad patriarcal convergen en la historia de esta adolescente atrapada entre la superstición, la religión y los mandatos sociales.
La cinta ha logrado ya un importante recorrido en festivales internacionales, con premios como el Blood Window a Mejor Película Latinoamericana en España en 2024 y el apoyo del Fondo Francés Aide Aux Cinémas du Monde en 2023 para su postproducción.
“Para mí es importante que ese personaje y la película misma fueran una respuesta a cómo el cine de terror ha mostrado a las mujeres por tanto tiempo: como víctimas o como el mal mismo encarnado”, reflexiona en entrevista con EL COLOMBIANO. En su película, Mila no es ni lo uno ni lo otro; se resiste a ser víctima y abraza su propia transformación, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.
La apuesta estética de este filme es muy particular, pues busca sumergir al espectador en la perspectiva subjetiva de la protagonista. Está rodada en formato 1:33, igual que una producción televisiva antigua, y la dirección de fotografía emplea encuadres muy cercanos a los cuerpos, sumando una manipulación de la velocidad de los fotogramas para generar una distorsión en los movimientos, recurso que “ayuda a construir una realidad fragmentada y distorsionada”, como explica su directora.
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Según Beltrán, este recurso le permitió recrear “la sensación del recuerdo”, en donde la percepción de Mila, tanto del tiempo como de su entorno, no es clara ni lineal.
“Para mí era fundamental mostrar cómo todas esas imágenes de la televisión, los estereotipos, las noticias y los mensajes violentos de la época influyen en el interior de ella, colonizando su mente sin ninguna distancia crítica”, explica.
Al hacer que las imágenes televisivas ocupen el mismo formato que el mundo de Mila, la directora pone en evidencia cómo esos elementos externos penetran en la vida de la protagonista, difuminando la frontera entre la realidad y las imágenes que consume.
El proceso de producción de Mi Bestia incluyó la selección de locaciones como humedales de Bogotá, espacios que Beltrán considera vestigios de lo que fue la ciudad antes de su urbanización masiva, escenarios que hablan del paso del tiempo y del poder de la naturaleza en medio del bullicio cotidiano.
En cuanto al casting, pieza esencial de la obra, Mila está interpretada por una actriz natural, en contraste con los actores experimentados que encarnan a los adultos, decisión que refuerza la distancia entre el universo de la niña y el de los mayores.
“Fue un proceso muy bonito trabajar con una actriz natural; Mila es un personaje que casi no habla, pero transmite mucho más a través de sus gestos y miradas. Necesitábamos a alguien con presencia, que representara el enigma de la adolescencia y todo aquello que no se puede poner en palabras”. La interacción de Mila con el entorno y sus silencios en pantalla tienen la intención de reforzar el aislamiento de la protagonista, mientras que las interacciones con los adultos destacan un contraste generacional y de percepciones.
La película, que en Medellín puede verse en salas de Procinal de Las Américas, no solo es una cinta de “terror fantástico” sino que invita al espectador a una exploración feminista de la adolescencia colombiana en los años 90, mientras su protagonista se pregunta si la metamorfosis de su cuerpo tiene algo que ver con una oscura profecía. Cuando llegue el temido día, la luna roja iluminará el cielo y para Mila no habrá vuelta atrás.
La cinta ha logrado un exitoso recorrido en importantes festivales de cine a nivel mundial, incluyendo el Festival de Cannes de 2024 y el SITGES Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña. Con premios destacados, como el Blood Window a Mejor Película Latinoamericana, Mi Bestia ha generado cierto impacto en la escena internacional, pese a ser un filme independiente de bajo presupuesto.