En la Medellín de 1979 se comenzó a trabajar en la idea de construir un monumento arquitectónico en el costado norte del Cerro Nutibara.
Cinco años después, luego de retrasos en la obra debido a problemas presupuestales, este lugar fue inaugurado el 11 de agosto de 1984. Recibió el nombre de Teatro Carlos Vieco en honor al prolífico músico y compositor antioqueño que en vida hizo cerca de 2.000 obras que pasaron por el bambuco, la guabina y hasta himnos municipales.
A partir de entonces, este fue un lugar de encuentro cultural para los medellinenses. El Teatro le abrió las puertas al Festival de la Trova y también a la poesía, la cual llegó en 1991 cuando se celebró por primera vez el Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Pero en los ochenta la música también aterrizó en El Vieco. Sin embargo, el género que se tomó este espacio distaba de las composiciones que realizó alguna vez el maestro antioqueño. Guitarras, baterías y cantantes con voces graves en su mayoría fueron quienes encontraron su espacio en el escenario del Teatro.
Poco a poco, este lugar se fue convirtiendo en un emblema de la escena del rock local. En 1987 se presentó allí por primera y única vez Kraken, la legendaria banda antioqueña liderada por Elkin Ramírez. Este concierto pasó a la historia porque en la mitad del repertorio el público comenzó a lanzar objetos e insultos al escenario, lo que finalmente hizo de todo el espectáculo un caos.
Años después, ya en la década de los noventa, el rock volvió a El Vieco y para los músicos de la época presentarse ahí se convirtió en ceremonia de graduación.
En ese escenario se presentaron agrupaciones como Estados alterados, Aterciopelados, Ekhymosis, Bajo tierra, Tr3s de Corazón, Juanita dientes verdes y Frankie ha muerto.
“La importancia de este lugar está en el proceso de apropiación que hizo el sector cultural de la ciudad. El Teatro se hizo grande gracias a lo que han hecho los artistas por y en él, y esto lo convierte en uno de los lugares más importantes para la escena de la música independiente de la ciudad”, le explicó a EL COLOMBIANO Román González, músico y gestor cultural que ha seguido de cerca la historia de El Vieco.
Sin embargo, debido a fallas estructurales en el espacio, el Teatro fue cerrado en 2014 y, luego de las denuncias públicas realizadas por gestores culturales y artistas de la ciudad, la Alcaldía anunció que intervendría el espacio para que este pudiera volver a ser utilizado. En 2021, luego de siete años, el espacio volvió a funcionar y desde ese momento hace parte de la Red de Casas de la Cultura de la Alcaldía de Medellín.
El domingo 17 de noviembre se celebrarán los 40 años del Teatro con una programación especial que busca recordar la importancia de este lugar como el “Templo del Rock”. A partir de las 3:00 p.m. habrá una variada programación cultural para festejar el aniversario de El Vieco.
La música en el evento estará a cargo de las bandas Neural, Los Malkavian, La Doble A y Los Suziox. “Tocar en los 40 años del Vieco es un honor enorme y una excusa perfecta para celebrar no solo el teatro, sino todo lo que significa para la ciudad y para bandas como la nuestra, es como volver a casa para encender la fiesta y recordar que el rock sigue vivo y rugiendo en Medellín”, le dijo Nicolás Parra, bajista de La Doble A, a EL COLOMBIANO.
Este domingo también se presentará el documental Existir es resistir, proyecto organizado por la Secretaría de Cultura Ciudadana que cuenta la historia del Teatro Carlos Vieco por medio de los testimonios de artistas, bandas y organizaciones que han hecho parte de su historia.
Además, se inaugurará el mural Posterioridades, el cual fue realizado por el colectivo creativo Deúniti, quienes en esta obra recopilaron los afiches de los eventos más importantes realizados en toda la historia de El Vieco.
Para González, gestor cultural, la celebración de los 40 años del Teatro es una fecha importante para la ciudad. Sin embargo, “a pesar de todo este tiempo, preocupa que el Teatro aún tenga algunos abandonos desde la administración distrital y que no haya una conciencia al momento de acompañar este tipo de proyectos culturales”, concluyó.