Aunque uno no lo crea, en el cine también hay espacio para reutilizar, para reapropiarse de una pieza producida en el pasado y traerla al presente con el fin de narrar una historia vigente. Este hecho es posible gracias a los archivos fílmicos, espacios en los que se almacenan y conservan los materiales cinematográficos realizados en épocas pasadas.
Además del proceso de conservación de estas piezas audiovisuales, otro de los retos que implica el archivo es su uso: darle vida, traer algo del pasado al presente es un desafío.
Para Marta Hincapié Uribe, directora de cine, documentalista y docente, lo más importante a la hora de hablar de los archivos fílmicos es, paradójicamente, conversar sobre sacarlos, o sea, desarchivarlos. “En ese momento es en el que se reactivan las memorias, las resistencias. La palabra ‘archivo’ suele estar institucionalizada y generalmente la relacionamos con lo identitario, lo fijo. Cuando le damos uso a esas piezas, la memoria se libera y ahí se encuentran reflexiones muy poderosas”, explica.
Un ejemplo de este ejercicio de reapropiarse del archivo es Bajo la lluvia ajena, la nueva película de Hincapié. Esta producción, estrenada a finales de octubre de este año y que aún continúa en cine, fue realizada con el material análogo filmado por la directora hace más de 20 años.
Esta película aborda el drama de la migración por medio de tres historias ocurridas en diferentes épocas y latitudes. La primera es la del abuelo de la directora, quien emigró a Europa en los años 20; otra es la travesía de un joven africano de Ghana que naufraga en el Mediterráneo y también la experiencia de Hincapié, quien vivió en Vic, Cataluña, a principios de los 2000 y allí grabó los mensajes que palestinos, colombianos, indios y marroquíes enviaban a sus familias para expresarles lo mucho que deseaban regresar a su tierra natal.
La fragilidad y el deterioro de este material audiovisual pasan a un segundo plano cuando al reapropiarse de estas piezas se pueden contar historias nuevas con imágenes del pasado. “Poner en relieve lo que no pudimos ver antes es maravilloso. El uso del archivo da una lectura muy lúcida del pasado”, asegura la cineasta.
Por otra parte, trabajar con archivos fílmicos implica un cambio en el modelo de producción que actualmente sigue la industria del cine. La utilización de estas piezas del pasado modifica la lógica de la producción y hace que esta vaya más allá de la generación de nuevas imágenes. “A veces pensamos que las producciones que nos entregan estas imágenes vigentes y más nítidas, nos están contando historias más verdaderas. Utilizar archivo no es una forma más válida de hacer cine, pero es más rica a la hora de hacer una exploración creativa”, concluye Hincapié.