Entre el viernes 22 y el sábado 23 se celebrará en Medellín la segunda edición del Festival Futuro Coca, un espacio para acercarse a conocer la planta, su historia y sus diversos usos, pero sobre todo un espacio para pensar el futuro de la planta y sus posibilidades más allá de lo ilícito.
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“El desconocimiento de la coca es abismal porque solamente se ha mostrado un lado, el de la cocaína, que es apenas uno de los alcaloides de la planta, pero son 14. Hay estudios que muestran que también tiene hierro, fósforo, proteína y un montón de atributos que deberían estar explotándose, pero no se ha podido porque ni siquiera la han dejado investigar, es un tema de verdad para revisar y eso es lo que a nosotros nos interesa, por eso la agenda que tenemos en el festival es tan diversa”, dice Alejandro Osses uno de los fundadores del encuentro.
Como se trata de conocer la planta en toda su extensión, el festival tiene dos días de programación. El viernes 22 donde se desarrollará la agenda académica, con charlas, llamadas Coca Talks y paneles con expertos de distintas áreas que en su que hacer se han relacionado con la hoja, y el sábado 23, que tendrá actividades de todo tipo que incluyen círculos de palabra con líderes de diferentes comunidades indígenas del país, conciertos, gastronomía, estación literaria, exposiciones, talleres de música, botánica, agricultura y arte, realidad virtual, títeres, mercado y más para curiosos de todas las edades, incluidos los niños.
“La coca tiene todo en contra, es decir, además de la fiscalización y todo este problema legal, tiene todo este imaginario supercomplejo que se le ha cargado y que hay que ir como quitando, esa es la lucha, el propósito, entender que una cosa es el narcotráfico y otra cosa es la hoja de coca y la cultura, lo ancestral”, dice Alejandro.
Por eso nació el festival. En 2022, Carmen Posada –periodista y consultora de sistemas alimentarios de sostenibilidad– y Alejandro Osses –investigador y documentalista especializado en sistemas alimentarios– , que son esposos y tienen la plataforma Mucho Colombia, donde investigan y promueven productos biodiversos y exóticos del país, fueron invitados por Open Society al Reto Coca, un espacio para que cocineros de diferentes lugares del país exploren juntos el uso de la hoja de coca. De allí volvieron con la idea de hacer el festival.
“Ahí empezamos a pensar ¿por qué no hacemos un festival en el que se unan todos los emprendimientos y se empiece a hablar de la coca con una nueva narrativa? Entonces empezamos a mapear todos los actores que estaban trabajando con la planta y que llevan años siendo parte de este movimiento”, dice Alejandro.
Un año después hicieron la primera edición del festival en Bogotá. Tuvieron entre sus invitados más de 18 comunidades indígenas, contó con aliados como el Sena, el Ministerio de Justicia, Agroarte, la Universidad de Los Andes, Dejusticia, Mutante, Coca Nasa y tuvo más de 3.000 asistentes de distintos sectores de la sociedad.
“El año pasado hablamos mucho de la planta, quisimos hacernos preguntas, para enfrentar todo ese desconocimiento que la gente tiene frente a la mata. Este año lo quisimos enfocar más en la naturaleza. Colombia es coca, nosotros somos coca, pero de una manera diferente, mucho más natural y bella, desde la gastronomía, el arte, la cultural y la ancestralidad. Queremos proponer una relación con la coca como que la tenemos con las orquídeas, el cacao y el café. Eso es lo queremos y hacia allá siento que se está llevando el discurso. Queremos acercarnos de una manera más natural y cambiar a partir de ahí para descubrir otros futuros posibles para la planta de coca”, dice Alejandro.
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La idea es hablar de la planta, acercarse a ella, hacerla parte de la vida, en las comidas, las bebidas, como medicina, insumo, en fin. Hay montones de opciones que nada tienen que ver con el polvo blanco, es más, el consumo de la planta en las comunidades indígenas, es contrario al consumo del estupefaciente en la sociedad occidental.
“A mí una de las cosas que más me ha impresionado es que la coca, cuando se consume como mambe, como hoja, como lo hacen las comunidades indígenas, es como si fuera la antítesis totalmente de la cocaína. Te limita el ego, tienes más capacidad de escucha, tienes más silencio, hablas mejor, estás más tranquilo. La cocaína es todo lo contrario, es acelere, es ego, es otra cosa”, dice Alejandro.
De eso se trata el Festival, de acercarse a la coca con otras pretensiones para conocerla distinto.
Este año el Festival Futuro Coca será en Medellín, en la bodega Comfama. El sábado será desde las 10:00 a.m. hasta las 10:00 pm. La entrada es libre con inscripción previa. Para más información: www.futurococa.com.