Tras conocerse la muerte de Leonor González Mina, conocida como la Negra Grande de Colombia, hay que decir que ella fue una de esas mujeres que de verdad marcó la historia cultural del país, pues su voz poderosa y su presencia escénica no solo cautivaron a generaciones, sino que también redefinieron el lugar de la música folclórica en la identidad nacional.
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Leonor, nacida el 16 de septiembre de 1934, se crió en Robles, un corregimiento situado en el sur occidente del departamento del Valle del Cauca, en la zona plana del sur del municipio de Jamundí; en medio de un paisaje invadido por el murmullo de los ríos y el ritmo de los tambores del Pacífico, sonidos que serían la base de su legado, ya que desde joven demostró un talento innato para el canto, y aunque creció en un entorno campesino, su ambición la llevó a buscar escenarios mucho más amplios. “Nunca imaginé que mi voz me sacaría del campo para llevarme al mundo”, confesó en una entrevista con Radio Nacional de Colombia.
En los años 50, se trasladó a Cali, donde empezó a formar parte de agrupaciones musicales que interpretaban canciones propias del Pacífico. Fue allí donde su singular timbre y pasión escénica llamaron la atención de importantes figuras de la industria musical. Pero su verdadero despegue ocurrió en Bogotá, donde llegó a ser la voz estrella de la música folclórica colombiana en espacios que antes habían sido monopolio de ritmos extranjeros.
Leonor hizo su debut discográfico en 1965 con el álbum Navidad Negra, producido por el legendario Lucho Bermúdez. Este trabajo no solo marcó el inicio de una brillante carrera, sino que también fue un manifiesto de orgullo por sus raíces afrocolombianas: en cada interpretación, la Negra Grande conectaba con las fibras más profundas de la identidad nacional y temas como Yo me llamo cumbia se convirtieron en himnos que trascendieron las fronteras de Colombia.
Con su estilo único, Leonor se posicionó como una embajadora cultural del país y sus giras internacionales la llevaron a escenarios de Europa, Asia y América, donde la calidez de su voz y la autenticidad de sus interpretaciones conquistaron corazones. En una entrevista para El Tiempo, confesó: “Cantar fuera de Colombia era mi forma de llevar el alma de mi tierra a lugares donde ni siquiera sabían que existía”.Le puede interesar: La revolución afro
Pero la carrera de Leonor no se limitó a la música. En 1975, dio un giro hacia la política al ser elegida como representante a la Cámara por el departamento del Valle del Cauca, convirtiéndose en una de las primeras mujeres afrodescendientes en ocupar un cargo público de ese nivel. Aunque su paso por la política fue breve, demostró su interés por el bienestar social y la lucha por la igualdad.
Asimismo, el impacto de Leonor también se extendió al cine y la televisión, donde participó en producciones que exaltaron las tradiciones culturales del Pacífico. En programas como Cantoras, del Canal Encuentro, compartió su historia y reveló los sacrificios y las alegrías que acompañaron su trayectoria, y por eso sus palabras siempre eran un recordatorio de la importancia de preservar la memoria cultural: “La música es historia viva, es la forma en que los pueblos cuentan lo que son”, afirmó en ese programa.
En 2016, su legado fue reconocido con el Premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura, una distinción que celebró más de seis décadas de dedicación al arte. Durante la ceremonia de premiación, Leonor agradeció con humildad: “Este premio no es solo mío, es de mi pueblo, que siempre me inspiró a cantar con el corazón”.
Cabe mencionar también que a lo largo de su vida, Leonor se enfrentó a los prejuicios raciales y de género que caracterizaban su época. Sin embargo, nunca permitió que estas barreras definieran su historia. Fue una pionera, no solo por su talento musical, sino también por la forma en que utilizó su plataforma para dignificar a la comunidad afrocolombiana y defender los derechos de las mujeres.
Su último concierto público, realizado en 2021, fue un emotivo recordatorio de su legado, puesto que, pese a sus problemas de salud, se presentó con la misma pasión que la caracterizó durante toda su carrera. Esa noche, su voz resonó con una fuerza que desafiaba el tiempo, arrancando ovaciones de un público que sabía que estaba presenciando un momento histórico.Entérese de más: La cantante Leonor González Mina