Mayppel, de 25 años, nacido en Socorro, Santander, siempre supo que quería dedicarse al arte, pero al vivir en un pueblito, este sueño se veía un tanto lejano.
No fue sino hasta que se presentó en “La Voz Kids”, programa en el que hizo parte del equipo de Andrés Cepeda, que empezó a “creerse el cuento” y se dio cuenta de que podía tal vez dedicarse a eso que tanto le apasionaba.
Sin embargo, sus padres le pidieron –y con justa razón– que estudiara también una carrera tradicional, quizá por ese miedo propio de quienes te aman y te quieren ver siempre bien.
Él decidió entonces estudiar ingeniería industrial, pero el tiempo terminó dándole la razón con aquello del arte, porque como dicen por ahí: “si es para ti, ni aunque te quites y si no es para ti, ni aunque te pongas”.
Hizo parte del elenco principal de la serie Los Bilis de Amazon Prime, con el personaje de Lady Dany y se lanzó al ruedo en firme con la música con La última bala, un álbum que es un verdadero viaje emocional sobre las últimas oportunidades y las últimas palabras antes de cerrar un ciclo.
Y vale la pena decir que después de eso no se quedó quieto, ahora Mayppel explora con géneros urbanos, rock y pop en una trilogía musical y visual que plasma una auténtica historia de amor a partir de la ruptura de una relación.
EL COLOMBIANO conversó con él acerca de su vida, sus batallas en el mundo del arte y esta nueva entrega musical.
“Es difícil, porque la música me ha abierto puertas muy lindas, entre esas la actuación. Siento que son dos cosas que van muy de la mano, que son como un conjunto. Este año, 2024, he estado más pendiente de mi música porque se me ‘han dado bien las cosas’, pero me gustan las dos por igual”.
“Sería la música, obviamente. Yo crecí con ese sueño, claro que también quiero ser un gran actor y estar en proyectos grandes, pero la música fue primero. Así que me quedaría con la música. Hay que ser agradecido”.
“Yo estuve en La Voz en el 2017, siento que fue de mucha importancia y es que no sé qué estuviera haciendo si no hubiese entrado a ese reality, porque abrió como mi mente musicalmente y ahí fue donde yo dije que quería dedicarme a la música y que esto era lo mío. Fue una experiencia muy enriquecedora musicalmente. Pude aprender mucho de Andrés Cepeda, mi mentor. Estoy muy agradecido y fue muy importante para mi vida”
“Sí, claro, fue una oportunidad muy grande que tuve. Ahí conocí a mucha gente del medio. Yo vivía antes de estar en el reality en el Socorro, Santander, el sitio donde yo nací. Es un pueblo y es bastante difícil soñar desde el pueblo si uno se queda ahí. Entonces, se me dieron las cosas en el reality y ya después de haber estado ahí dije ‘tengo que irme a vivir en Bogotá’. Es una de las cosas más importantes que he hecho en la vida”.
“Mi papá y mi mamá siempre nos apoyaron desde muy pequeños. Ellos nos metieron a una academia, pero ellos no lo veían con esa trascendencia que nosotros lo veíamos. Si hubiese sido por ellos, no nos hubieran inscrito en un reality como La Voz, porque cuando uno es de un pueblo ve las cosas más lejanas.
Ellos me pusieron a estudiar ingeniería, yo soy ingeniero industrial, pero después de terminar mi carrera, les dije a ellos que mi sueño era ‘actuar y cantar’. Mi mamá me apoyó desde el principio, pero con mi papá fue diferente. Pasadas algunas semanas, él me apoyó también”.
“La última bala, que fue el primer álbum que saqué, hicimos una fusión de varios géneros , porque me gustaban los sonidos del rock, como la batería y la guitarra eléctrica; entonces, hicimos una fusión en ese álbum en el que hay pop, pop rock, reggae, un poco de urbano.
Pero luego de que estuvimos sacamos esos temas, yo no me sentía cómodo del todo haciendo la mayoría de esas cosas. Y si bien lo más importante en cualquier género igual es ponerle tu sello, tu estilo, yo dije que lo que quería hacer era pop, porque desde pequeño escuché pop: Camila, Reik, Sin banderas, entonces, dije que quería hacer pop con sonidos latinoamericanos. Ese ahora es el camino de mi música”.
“La mayoría de letras que hay en mis canciones son de desamor, más que todo. Siento que los hombres muchas veces no soltamos lo que decimos y se nos hace difícil poder comunicar lo que sentimos cuando se trata de amor. Siento que las mujeres son más de ir donde las amigas a decirles y ser ‘supercompinches’; en cambio entre panas no es igual. Entonces, qué chimba plasmar esos sentimientos en una canción y que la gente se identifique”.
“El proceso de esta trilogía ha sido bastante lindo. Comenzamos contando nuestras historias en el estudio. Las cosas que nos han pasado o que les han pasado a amigos. Y quisimos contar una historia en tres canciones, porque en una sola no ‘cabe’ todo lo que sucede en una relación. Quisimos contar las facetas por las que pasa una relación, que son bastante difíciles, que he vivido muchas veces y que son sentimientos que no son tan bonitos. Siento que cuando plasmo eso en una canción, me libero de cosas que he pasado y me siento más ‘livianito’”.
Ahora que menciona las “facetas” de una relación o, mejor dicho, una ruptura, ¿cuál cree que sea la más difícil de procesar o asimilar?
“La primera y la segunda creo que son muy difíciles. Acerca de la primera, hicimos la canción Sobre la mesa, que habla de cuando terminas la relación y necesitas borrar todos los recuerdos, conversaciones, fotos, cartas... Y eso es como lo más difícil, porque uno se pone triste cuando empieza a ver esas cosas bonitas que uno vivió”
“Es ese momento en el que ya no estás con esa persona, ya terminaste la relación. Y a mí me pasa que al terminar una relación, casi siempre uno termina herido, casi siempre uno termina mal. No es como que uno termine de panas.
Entonces, es ahí como cuando uno se sienta en la habitación y empieza a ‘tirar cabeza’ de por qué se terminó la relación, de si todo lo que pasó tenía que pasar, de si mejor la vuelvo a llamar porque la extrañas o dejar así para tu bien. De eso trata Rompecabezas, de encontrar la ficha que hace falta para organizar todas las cosas. Es un momento de bastante incertidumbre. Es horrible”.
“He vivido varias veces esas situaciones. Y es horrible. Obviamente pienso en personas en especial, pero también pienso que no me gustaría volver a sentir eso. Es como un dolor que no sabes de dónde viene, es como un vacío feo. Entran muchos pensamientos negativos... Y si pudiera, pondría los créditos, como Diomedes Díaz al final de las canciones, pero ahí sí ya sería muy diciente”.
“Siento que lo primero que hay que hacer es aceptar las cosas y más si la embarró. Aceptar cuando uno las embarró y lo que sucedió. Después es aprender a soltar, que no es algo tan fácil”.
“La mayoría de personas somos muy masoquistas. El amor siempre como que va a primar. El amor hace que uno se olvide de todas esas cosas malas, aunque esas cosas a veces se perdonan, pero no se olvidan. Quedan cicatrices, quedan resentimientos. Entonces, cuando uno vuelve no es lo mismo, normalmente queda ese resentimiento. Uno tiene la sensación de que vuelve y sabe que las cosas se van a terminar”.
“No lo sé, hay que estar pendiente de mis redes sociales y mis plataformas. Los invito a que vayan, me sigan y escuchen mi música”.
“Ahora estoy planeando viajes para llevar la música a otros países a los que no he ido. Quisiera llevar mi música a Brasil, España, Venezuela... Esos son los primeros meses del año, pero por ahora le vamos a estar dando duro a la trilogía: a Sobre la mesa, Rompecabezas y a Snickers”.