Han pasado casi tres décadas desde la última vez que Shakira cantó para un público multitudinario en Medellín. Fue en 1996, la entonces joven estrella comenzaba a consolidarse en la escena musical con su característico sonido pop-rock y letras introspectivas y profundas. Sus presentaciones de aquella época en la ciudad no se pueden comparar con lo que veremos el próximo lunes 24 de febrero en el estadio Atanasio Girardot.
Este regreso de Shakira a Medellín no solo marca un hito nostálgico para sus seguidores en la ciudad, sino también una de las producciones técnicas más impresionantes que ha montado la estrella barranquillera.
Con entradas agotadas en tiempo récord, Las mujeres ya no lloran (LMYNL) World tour en Medellín promete ser un espectáculo monumental, con tecnología de punta, arte y música que se fusionan en una experiencia inmersiva sin precedentes, tal como se ha visto en sus shows anteriores, desde la primera parada de su gira en Brasil.
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Shakira es conocida por la innovación y espectacularidad de sus presentaciones en vivo y esta vez apostó por una producción colosal. Para este tour, la empresa TAIT Towers fue la encargada de diseñar y construir el escenario, la misma compañía responsable de shows de otras artistas de primer nivel, como Taylor Swift y Beyoncé.
El montaje incluye la pantalla más grande utilizada en la carrera de Shakira hasta la fecha: una estructura de 40 metros de largo por 12 metros de alto, convirtiéndola en el eje central de la narrativa visual del show.
Se trata de una pantalla de última generación capaz de mostrar imágenes en alta resolución con efectos tridimensionales sorprendentes. Las visuales han sido diseñadas para complementar cada canción del setlist, generando un impacto cinematográfico en cada interpretación.
Además, el piso de la pasarela fue diseñado con tecnología interactiva para proyectar visuales en tiempo real, acompañando la coreografía de la artista y su equipo de bailarines.
Esta innovación permite integrar elementos como fuego digital, efectos de agua y transiciones de paisajes que se transforman al ritmo de la música.
Otro de los aspectos más comentados es el uso de efectos CGI (imágenes generadas por computador) y proyecciones en 3D. Durante la presentación de She Wolf, una loba holográfica en 3D aparece en el escenario, moviéndose e interactuando con la cantante, recurso digital que refuerza ese concepto tan suyo, el de la loba, con gran impacto visual.
Además, el show cuenta con coreografías que fusionan estilos de danza de diversas partes del mundo, reflejando la versatilidad de Shakira como artista global y la riqueza de influencias culturales en su música.
En términos de iluminación y efectos especiales, el show despliega un sistema de luces robóticas de 360 grados, que se sincronizan con los beats de las canciones para potenciar la energía de cada momento. También se incorporan efectos de humo, fuego y estructuras que emergen desde el fondo del escenario en momentos clave, ampliando la dimensión del espectáculo.
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El público que asista al concierto en Medellín también será parte de una experiencia interactiva diseñada con los más altos estándares de producción. Como ocurrió en su debut en Río de Janeiro, los asistentes recibirán pulseras con inteligencia artificial programadas para parpadear en sincronía con las canciones, un efecto lumínico que transformará al estadio en un mar de luces en cada interpretación.
Este tipo de tecnología, popularizada por bandas como Coldplay en sus giras mundiales, ayudan a la inmersión del espectador y lo hace parte activa del espectáculo.
Cada pulsera está programada para cambiar de color y brillar en diferentes patrones según el ritmo y la intensidad de cada canción, haciendo del público un elemento dinámico dentro de la puesta en escena.
También se incorporan segmentos animados en CGI de Shakira durante las pausas entre actos, creando transiciones fluidas entre los diferentes momentos del concierto, detalle que añade un elemento futurista a la presentación y da continuidad a la narrativa visual.
Pero Shakira también presta especial atención a la calidad estética de sus presentaciones a través del uso de micrófonos personalizados. En esta gira, la cantante usa micrófonos de la marca Sennheiser, conocidos por su alta fidelidad y capacidad de captura de sonido en entornos de gran escala.
Para sus actuaciones, optó por modelos con diseños exclusivos (de varios colores), similares a los que ya ha usado en eventos como el Super Bowl LIV, donde lució un Sennheiser SKM 6000 con una cápsula MD 9235 adornado con pedrería dorada. En sus presentaciones recientes se le ha visto usar carcasas cromadas en plata, manteniendo su característico estilo visual.
Desde los clásicos que marcaron los inicios de su carrera hasta sus más recientes éxitos, el setlist de LMYNL World Tour ha sido diseñado con precisión para complacer a todos los públicos. Con una estructura que equilibra la nostalgia con la innovación, la lista de canciones presenta una mezcla de sonidos renovados, medleys y homenajes culturales.
El espectáculo inicia con una declaración de poder. La Fuerte, una de sus nuevas colaboraciones con Bizarrap, marca el comienzo del show con una energía arrolladora, seguida por Girl like me, una canción que ha ganado gran popularidad en los últimos años. Luego, Shakira sorprende con un medley de Las de la intuición y Estoy aquí, uniendo dos de sus temas más emblemáticos en un solo momento que desata la euforia entre los asistentes.
La dinámica del concierto se construye a partir de una serie de bloques musicales temáticos que agrupan canciones con estilos similares o de diferentes épocas en arreglos inéditos. Uno de los momentos más celebrados es la fusión de Empire con Inevitable, donde su voz poderosa se impone sobre una instrumentación rockera. Luego, en un giro completamente distinto, interpreta un segundo medley con Te felicito y TQG, dos de sus éxitos recientes que marcan su etapa más actual y mediática.
Un detalle que ha captado la atención del público es el homenaje que Shakira hace en cada país. En Brasil, sorprendió interpretando Mama África de Chico César, lo que ha llevado a especular que en cada parada de la gira incluirá un tema local en honor a la cultura del país anfitrión. Esto refuerza su conexión con los fanáticos y resalta su versatilidad artística.
Además, el setlist incluye canciones con arreglos inéditos, como lo hizo en los Grammy con Ojos Así y en la televisión brasileña con Loca y Girl Like Me, mostrando nuevas versiones de sus clásicos. Estas adaptaciones han sido aclamadas por los seguidores, quienes valoran su capacidad para reinventar su propio repertorio sin perder la esencia de sus éxitos.
Entre los momentos más icónicos del concierto se encuentra el bloque de cierre, donde Shakira despliega toda su energía con una serie de canciones que han definido su trayectoria internacional. Desde el himno mundialista Waka Waka (This Time for Africa) hasta la arrolladora BZRP Music Sessions #53, cada interpretación es una explosión de emociones que deja al público extasiado.
A pesar de que el show ya pasó por Brasil y hoy llega a Perú, queda la duda: ¿será este el mismo setlist que interpretará en Medellín? Con una trayectoria tan extensa y una base de fanáticos tan diversa, no sería extraño que la cantante hiciera ajustes en su repertorio para sorprender a su público colombiano.
Detrás del impresionante espectáculo de LMYNL World Tour, hay un equipo de músicos que ha acompañado a Shakira en distintas etapas de su carrera. Algunos han estado a su lado desde sus primeros discos, mientras que otros se han sumado recientemente, aportando frescura y nuevas dinámicas al sonido de la artista colombiana.
En entrevistas recientes, han revelado detalles sobre el proceso creativo detrás de la gira y la exigencia artística que caracteriza a Shakira.
Para Donald Alford II, bajista de la banda desde 2024, la dedicación y el talento de Shakira son innegables: “Shakira es una obra de arte. Es una máquina perfecta, atleta, superestrella que tiene un gran corazón y se preocupa por la gente. Ella quiere perfección, ella quiere ser la mejor”, expresó en una entrevista reciente para sus redes sociales.
Por su parte, Tim Mitchell, quien ha sido su director musical desde 1999, destacó cómo la evolución de la cantante no ha disminuido su intensidad en el trabajo: “Me gustaría decir que Shakira es más relajada a la hora de juntar las cosas, pero ella es igual de intensa y comprometida como lo era cuando la conocí. Sin embargo, creo que su conocimiento ha crecido mucho en cuanto a ser productora, artista y cantante, pero la pasión nunca ha caído”.
El baterista Brendan Buckley, también presente en la banda desde 1999, destacó la forma en que Shakira siempre busca innovar en sus presentaciones: “A ella le gusta experimentar mucho. Si estás escribiendo una canción, intentas un montón de ideas diferentes, velocidades y arreglos hasta encontrar lo que ella busca”, comentó.
Muchos de los músicos de Shakira han trabajado con ella por más de dos décadas, consolidando un equipo que se conoce a la perfección en cada show. Tim Mitchell, Brendan Buckley y Albert Menendez, pianista desde 2006, han sido testigos de la evolución del espectáculo de la cantante.“Ella está consciente de todo. No solo en lo musical, sino también en los movimientos de baile, las luces, el sonido y los accesorios”, detalló Menendez sobre la meticulosidad de la artista.
Respecto a su llegada a la banda, Donald Alford II destacó el compañerismo entre los músicos y cómo lo recibieron: “Estos chicos han estado juntos por más de 20 años. Me acogieron y es hermoso, lo aprecio, y otra vez, son los gatos grandes, yo soy el gato bebé”, bromeó en una conversación reciente.
Para Tim Mitchell, todo comenzó gracias a Emilio Estefan, quien en los años 90 conectó a Shakira con él debido a su interés en el rock alternativo.
“Emilio Estefan era el manager de Shakira y el mío también, y pensó que sería una buena idea que nos uniéramos porque ella estaba muy interesada en la música rock alternativa, al igual que yo. Empecé a tocar con ella originalmente y a hacer videos, y nos unimos y empezamos a escribir juntos, y me convertí en director musical. Luego empezamos a producir algo juntos”, recordó.
El trabajo de Shakira con su banda no solo se basa en interpretar las canciones en vivo, sino en adaptar y mejorar cada show. Brendan Buckley detalló cómo la artista exige explorar distintas opciones hasta encontrar la mejor versión de cada interpretación: “Si estás practicando, intentas un montón de velocidades diferentes, claves e ideas de arreglos, hasta encontrar lo que ella busca”.
Finalmente, Tim Mitchell destacó que Shakira tiene una visión muy clara de lo que quiere y que el rol de la banda es ayudar a materializarla: “Ella empieza con la música y una visión, que es toda suya, y luego somos una herramienta que permite hacer eso realidad”.
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El regreso de Shakira a los escenarios también ha traído un despliegue de moda. Desde el primer concierto en Río de Janeiro, la cantante ha sorprendido con una serie de atuendos diseñados por algunas de las casas de moda más prestigiosas del mundo, consolidando su estatus como un ícono de estilo.
En esta gira, Shakira ha apostado por una combinación de sensualidad, elegancia y funcionalidad. Uno de sus primeros atuendos fue un bodysuit rosa bordado en cristales, acompañado de un traje blanco de dos piezas diseñado a medida por Versace. Este conjunto no solo resaltó su figura, sino que también le permitió cambiarse rápidamente en escena, garantizando fluidez en cada transición del concierto.
Otro de los looks más deslumbrantes fue un vestido plateado de Zuhair Murad, compuesto por 350 fragmentos de espejo y 10.000 cristales. La pieza reflejaba las luces del escenario, creando un efecto visual impactante mientras Shakira cantaba. A lo largo del show, la cantante también lució atuendos de Gaurav Gupta y Jawara Alleyne, diseñadores que han trabajado con otras grandes estrellas del pop.
Más allá de la alta costura, la moda de Shakira en esta gira es una extensión de su evolución artística. Desde sus inicios, la barranquillera ha sabido construir una identidad visual que mezcla influencias del rock, la cultura árabe y las tendencias latinas.
Pero a lo largo de los años, la imagen de Shakira ha evolucionado en paralelo con su música. En los años 90, con Pies descalzos y ¿Dónde están los ladrones?, predominaban los colores oscuros, las trenzas y las prendas de cuero. Luego, en la era de Laundry service, la cantante apostó por su característica melena rubia y un estilo más global, con atuendos que mezclaban el boho chic y el pop comercial.
Su consolidación como ícono internacional trajo consigo una combinación de ropa deportiva, trajes de inspiración tribal y elementos de alta moda. En la actualidad, Shakira ha encontrado el balance entre estos estilos, mostrando una imagen sofisticada sin perder la naturalidad que la caracteriza.
Este espectáculo de Shakira será uno del que seguro se hablará en la ciudad por mucho tiempo.