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Desde hace una semana Colombia comenzó a recibir la versión genérica del medicamento dolutegravir, el cual es el tratamiento más recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
La llegada del fármaco ha sido polémica por varios motivos. Uno de ellos fueron los trinos que realizó el presidente Gustavo Petro el 13 de febrero asegurando que el dolutegravir “hace retroceder el VIH, no solo evita de por vida el Sida, sino que el paciente portador puede incluso dejar de contaminar”, ambas afirmaciones son equivocadas.
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Y otro está relacionado con las críticas de las asociaciones de pacientes y expertos en salud sobre los vacíos que existen respecto a la entrega del medicamento, el cual es considerado como uno de los más eficaces a la hora de tratar el VIH.
En 1981 las alarmas de los centros de salud estadounidenses se encendieron debido a la aparición de una “extraña” neumonía. El 5 de junio de ese mismo año, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) –la entidad que vigila la salud pública en este país– recibió las notificaciones de cinco casos de jóvenes homosexuales que presentaban los mismos síntomas en Los Ángeles.
Un año después, la ciencia logró demostrar que esto era debido a una infección transmitida por medio de la sangre y fluidos sexuales. En ese momento, la enfermedad recibió el nombre de Sida y en 1983 se concluyó que el responsable de la infección era el virus de inmunodeficiencia humana.
Desde ese momento, la medicina y la industria farmacéutica se dedicaron a encontrar múltiples posibilidades de tratamiento para aquellas personas seropositivas. Así fue el origen de la terapia antirretroviral, la cual consiste en el uso de varios medicamentos al mismo tiempo para reducir la posibilidad de que el virus se siga replicando en el organismo.
En 1987 comenzó a utilizarse ampliamente la zidovudina, el primer antirretroviral creado para tratar el VIH. Lo que ocasiona el virus es un debilitamiento del sistema inmunitario, ya que este se concentra en atacar los linfocitos CD4, un tipo de glóbulos blancos que ayudan a que el cuerpo combata virus, gérmenes y bacterias que pueden llegar a enfermarlo. Lo que buscan los antirretrovirales es impedir que el VIH se continúe multiplicando, para así darle oportunidad al sistema inmunitario de recuperarse para seguir combatiendo el virus por medio de los linfocitos CD4. Contrario a lo que dijo Petro en su trino, estos medicamentos no hacen “retroceder” el virus.
Desde la invención de la zidovudina, otros medicamentos de esta misma familia han sido desarrollados con el fin de tener terapias más potentes. Uno de esos es el dolutegravir, el cual fue aprobado para su uso en Estados Unidos en 2013 y en la Unión Europea en 2014.
Enrique Mazzenet, epidemiólogo y Gerente Nacional de Riesgo en Salud de Coosalud EPS, le explicó a EL COLOMBIANO que este medicamento comenzó a utilizarse en Colombia en 2018 y, desde entonces, se ha convertido en un fármaco de “primera línea por su alta eficacia y menores efectos secundarios”.
La diferencia de este antirretroviral con los desarrollados anteriormente es que diversos estudios llegaron a demostrar que puede reducir el virus a niveles mínimos, en los cuales la posibilidad de transmisión es muy baja. Además, según la OMS, este tiene menos restricciones a la hora de tomar y menos efectos secundarios que otros medicamentos actuales.
Por otra parte, el dolutegravir presenta menor probabilidad de generar resistencia. Mazzenet explica que el VIH muta produciendo resistencia a los medicamentos que tratan de atacarlo. “Es por eso que se usa un tratamiento combinado con varios medicamentos con diferente mecanismo de acción que hace más difícil que el virus se defienda”, precisa el epidemiólogo.
Debido a esto es que el dolutegravir se utiliza en compañía de otros fármacos como tenofovir y lamivudina, los cuales también hacen parte del grupo de los antirretrovirales.
Como mencionó el experto, desde 2018 en el país se está utilizando el medicamento, el cual es producido por la farmacéutica ViiV Healthcare. Lo que esto quiere decir es que ya se comercializaba de manera particular y también hacía parte del Plan de Beneficios en Salud (PBS), en el cual están establecidos las terapias o tratamientos a los que tienen derecho los usuarios que hacen parte del sistema de salud.
La novedad es que desde hace una semana, el Ministerio de Salud comenzó a recibir la versión genérica del dolutegravir. Esto quiere decir que el gobierno obtuvo una licencia obligatoria de uso gubernamental, o sea, un permiso para limitar la patente del dolutegravir y así poder comercializar una versión más económica que la vendida por la farmacéutica que la produce. De acuerdo con datos de esa cartera, el tratamiento anual de un paciente con este medicamento costaba $4.818.894, mientras que con el genérico tendrá un valor de $173.893.
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De esta nueva versión habrán disponibles 800.000 frascos de 30 tabletas cada uno con los que busca atender a 50.000 pacientes en el próximo año. Quienes tendrán prioridad para obtener el medicamento son las personas recién diagnosticadas con VIH, población migrante, personas que presentan resistencia a otros antirretrovirales y también quienes necesitan protección luego de haber estado expuestos al virus en las últimas 72 horas (lo que es conocido como profilaxis post exposición).
Lo que hizo el gobierno con el dolutegravir es también conocido como una compra centralizada, la cual consiste en adquirir medicamentos a gran escala y a un menor precio del fondo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En el país esto ya se había realizado antes para atender otras enfermedades como la Hepatits C. La idea es que este tipo de compra haga más democrático el acceso de medicamentos en el país.
Sin embargo, ante la llegada del dolutegravir, asociaciones de pacientes del país han manifestado su preocupación por la continuidad de la llegada del medicamento y su respectivo plan de entrega.
Gustavo Campillo, abogado y presidente de la Fundación Red de Apoyo Social de Antioquia (Rasa), le dijo a EL COLOMBIANO que el gobierno aún no ha sido claro cómo seguirá llegando el dolutegravir genérico a Colombia y mucho menos cuál es el plan de distribución que se llevará a cabo. Si bien el Ministerio hizo referencia a un grupo de población priorizada, hasta ahora no se conoce en qué zonas del país comenzará a distribuirse el fármaco.