Alrededor de 1.000 jóvenes de diversas regiones de Colombia y otros países como Argentina, Brasil, Ecuador y México se unieron en la Cumbre Global de Niñez y Juventud durante la COP16 para presentar un manifiesto histórico, un documento, que exige la protección de la biodiversidad, busca captar la atención de los líderes mundiales en un momento crítico para el medio ambiente.
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El evento, respaldado por el Viceministerio de las Juventudes, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Ministerio de Ambiente, permitió que se escucharan las voces de jóvenes que compartieron sus ideas y recomendaciones para enfrentar la crisis climática y promover la conservación.
Gareth Sella, viceministro de las Juventudes, subrayó la interconexión entre justicia climática y justicia social. “Desde hace mucho tiempo hay una discusión por la justicia climática, pero no se puede abordar sin justicia social. Hasta que el sistema económico no cambie, y hasta que no veamos esto con un enfoque de biodiversidad y derechos, las cosas no van a cambiar”, afirmó. Esta perspectiva refleja la urgencia de un cambio estructural para proteger la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible.
Un aspecto destacado de la cumbre fue el papel protagónico de las mujeres jóvenes. Karen Valle, una joven de Buenaventura, presentó su proyecto de huertas comunitarias, que busca fortalecer la economía local y promover alternativas ecológicas en una región afectada por la violencia. “Vinimos a mostrar nuestro proyecto de huertas comunitarias para ayudar en los procesos económicos de la población en Buenaventura. Es importante para nuestra comunidad porque como jóvenes nos unimos para crear alternativas ecológicas”, explicó.
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Además de presentar sus proyectos, los jóvenes desarrollaron recomendaciones concretas para que los acuerdos internacionales se traduzcan en acciones locales efectivas. Se enfatizó la necesidad de abordar simultáneamente el cambio climático y la protección de la biodiversidad, así como de establecer mecanismos que aseguren que las voces de las juventudes sean escuchadas en la toma de decisiones.
El manifiesto, traducido a múltiples idiomas para un amplio acceso, incluye una hoja de ruta clara para la acción climática juvenil y estrategias que anticipan la COP17, enfocándose en la protección de los liderazgos ambientales. Es decir, este documento no solo refleja la preocupación por el futuro del planeta, sino que también destaca el papel fundamental de las juventudes en la lucha por la justicia ambiental.
“En Colombia, por ejemplo, son asesinados quienes protegen los recursos naturales. La discusión debe ser por qué a los defensores y a las juventudes les asesinan por cuidar la tierra y la biodiversidad”, concluyó Sella.
La Cumbre Global de Niñez y Juventud ha evidenciado que la protección de la biodiversidad está en manos de las juventudes, y por ello es esencial que se les brinden espacios para ser escuchados, empoderados y apoyados en sus iniciativas.