En el marco de la COP16 en Cali, más de 140 organizaciones y líderes ambientales han emitido un llamado urgente a los gobiernos para priorizar la protección de los humedales y el agua como parte esencial de los objetivos de conservación global, pues a través de una carta conjunta, liderada por organizaciones como Wetlands International, WWF, BirdLife International y el Instituto Internacional para el Manejo del Agua (IWMI), los expertos instan a los países a adoptar políticas y acciones que permitan frenar la alarmante pérdida de estos ecosistemas cruciales para la biodiversidad y la adaptación climática.
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El 6% de la superficie de la Tierra está cubierta por humedales, ecosistemas que albergan el 40% de las especies de flora y fauna conocidas. No obstante, estos espacios vitales están en crisis debido a amenazas como el desarrollo urbano, la agricultura no sostenible y la sobreexplotación.
En este contexto, los líderes de las organizaciones firmantes sostienen que la COP16 es una oportunidad clave para impulsar acciones concretas y ambiciosas que promuevan la restauración y conservación de estos hábitats de agua dulce y estuarios.
Según la carta, es necesario aprovechar el poder de los humedales como soluciones naturales para enfrentar el cambio climático, tanto en términos de mitigación como de adaptación, como afirmó Han de Groot, CEO de Wetlands International: “Los humedales son los superhéroes de la naturaleza y albergan el 40% de la biodiversidad del mundo. Hoy tenemos una oportunidad imperdible para restaurar y conservar manglares, turberas, ríos y lagos”.
La carta establece siete prioridades para los gobiernos, que incluyen la movilización de fondos específicos para los humedales y la eliminación progresiva de subsidios que fomentan su degradación. También se insta a los líderes a integrar los humedales en los planes nacionales de conservación y monitorear su progreso en relación con las Metas 2 y 3 del Marco Mundial de la Biodiversidad (GBF), que elevan estos ecosistemas al mismo nivel de prioridad que los bosques y océanos.
Otro aspecto destacado en la propuesta es la necesidad de invertir en humedales urbanos. Según Sarah Fowler, directora ejecutiva de WWT, “Los humedales son una solución a la crisis climática y de la naturaleza global. Necesitamos conservar y restaurar los humedales, ya que nuestras vidas dependen de ellos; porque lo hacen”. La inversión en humedales urbanos, añade, podría mitigar fenómenos extremos como las olas de calor e inundaciones en las ciudades, además de mejorar la calidad del agua y del aire.
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En la carta también se resalta la importancia de establecer sinergias entre la Convención de Ramsar, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otras iniciativas multilaterales, ya que estas colaboraciones ayudarían a mejorar los datos sobre humedales y a intercambiar conocimientos técnicos y experiencia para reforzar las políticas de conservación en las aguas continentales. Los firmantes subrayan que, sin medidas más audaces, la pérdida de humedales no solo afectará la biodiversidad global, sino también la seguridad y el bienestar de las comunidades locales que dependen de estos ecosistemas.
La solicitud en la COP16 es clara: los humedales no pueden seguir siendo un tema secundario en la agenda climática. Por el contrario, deben convertirse en un pilar fundamental de la estrategia ambiental global para detener y revertir la pérdida de biodiversidad antes de que sea demasiado tarde.
1. Como parte de las negociaciones sobre las sinergias entre el clima y la biodiversidad, aprovechar el poder de los humedales como poderosas soluciones basadas en la naturaleza para la mitigación y adaptación al clima: desde el almacenamiento de carbono de las turberas hasta la protección costera de los manglares.
2. Movilizar fondos específicos para la conservación y restauración de los humedales a través de instrumentos a nivel mundial y a través de planes nacionales de financiación de la biodiversidad, y tener en cuenta los humedales en los esfuerzos por eliminar gradualmente los subsidios perjudiciales para la naturaleza.
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3. Adoptar metas y planes de acción nacionales audaces y cuantificables para la restauración y protección de los humedales en las EPANB, centrándose en los puntos críticos de fauna y flora de los humedales y los corredores ecológicos, como las rutas migratorias de las aves migratorias y las rutas de nado de los peces migratorios, y en los enfoques a escala de paisaje.
4. Supervisar los progresos realizados en las aguas continentales en relación con los Objetivos A y B, y las Metas 1, 2 y 3 mediante el desglose de los indicadores principales por aguas continentales en los informes nacionales.
5. Abordar los factores que impulsan la pérdida de humedales, como la agricultura insostenible, el desarrollo de infraestructuras, la contaminación y la sobreexplotación
6. Invertir en humedales urbanos para hacer que las ciudades sean habitables, mejorar la calidad del agua y el aire, reducir los extremos de calor y mitigar las inundaciones.
7. Aprovechar las sinergias con la Convención de Ramsar sobre los Humedales para aplicar el Programa de Trabajo sobre Aguas Continentales del CDB a nivel mundial, regional y nacional, incluso para mejorar los datos sobre los humedales e intercambiar orientación técnica, conocimientos y experiencia, así como fortalecer las sinergias con la CMNUCC y la CLD.