La cumbre de la ONU sobre la naturaleza acordó este sábado en Cali, Colombia, la creación de un fondo para compartir los beneficios derivados de los datos de secuenciación genética de animales y plantas con las comunidades de donde proceden.
En la madrugada de este sábado, la COP16 sobre la naturaleza entró en horas extras. Los negociadores adoptaron una decisión en favor de los indígenas, pero continuaban enfrascados en el tema de la financiación para frenar la pérdida de especies de aquí a 2030.
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El puño en alto y vestidos con atuendos tradicionales los representantes de los pueblos originarios celebraron la creación de un órgano permanente que reconoce su voz como guardianes de la naturaleza en el seno de las negociaciones de la ONU sobre la biodiversidad.
Uno de los puntos más sensibles había sido el financiamiento de los países en desarrollo, que exigen un fondo especial para la biodiversidad en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), puesto que, según ellos, los fondos multilaterales actuales son demasiado burocráticos y difíciles de acceder, dificultando así las acciones efectivas.
Pero tras más de nueve horas de intrincadas discusiones que empezaron en la noche del viernes, los delegados alcanzaron puntos de encuentro sobre este tipo de información, a menudo originaria de países en vías de desarrollo.
Los datos se utilizan sobre todo en medicamentos y cosméticos y pueden generar ganancias de miles de millones a sus creadores.
Pero muy poco y en ocasiones ningún beneficio de esos datos llega a las comunidades que descubrieron la utilidad de una especie en primer lugar, aunque la información se sube a bases de datos de libre acceso en internet.
El tema había sido la manzana de la discordia en la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU, que se inauguró en la ciudad colombiana de Cali hace casi dos semanas.
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La cumbre anterior, la COP15 de Montreal, había acordado la creación de un “mecanismo multilateral” para compartir los beneficios de la información genética secuenciada digitalmente -abreviada como DSI por sus siglas en inglés- “incluido un fondo mundial”.
Pero en Cali los negociadores discutieron durante casi dos semanas sobre cuestiones básicas como quién paga, cuánto, a qué fondo y a quién debe ir el dinero.
La Presidencia de la COP16 tendió una propuesta de compromiso el viernes que dejó muchos descontentos. Los países en desarrollo, sobre todo de África, reclaman un nuevo fondo multilateral que sustituya al actual, pues lo consideran inadecuado e injusto. Sin embargo, el texto propuesto se limitaba a extender las conversaciones sobre financiación más allá de la cumbre y hasta la próxima en Armenia en 2026.
Los países ricos, en particular la Unión Europea (en ausencia de Estados Unidos, que no es signatario de la convención), consideran contraproducente la multiplicación de fondos, pues fragmentan la ayuda sin aportar dinero nuevo, que a su juicio debería encontrarse en el sector privado y en los países emergentes.
Los países desarrollados se comprometieron a aumentar su ayuda anual a la conservación de la naturaleza de 15.000 millones de dólares a 30.000 millones en 2030.
Sin embargo, en un compromiso de última hora, los 196 países miembros del CDB acordaron en la madrugada la creación de un “Fondo de Cali” para el reparto equitativo de los beneficios del DSI. Esos datos, muchos de ellos procedentes de especies de países pobres, se utilizan sobre todo en medicamentos y cosméticos que pueden significar ganancias de miles de millones a sus creadores.Puede leer: El 38 % de todas las especies de árboles están en riesgo de extinción, según informe de la UICN en la COP16
El acuerdo determina que los usuarios que se beneficien comercialmente del DSI “deberán aportar una parte de sus beneficios o ingresos al fondo global”.
Aquellos cuyos ingresos superen un determinado umbral deberán contribuir con el 1% de los beneficios o el 0,1% de los ingresos, determinaba el documento.
“La clara señal enviada hoy por la COP16 es que las grandes empresas deben pagar sus cuotas para la protección de la naturaleza. Si el fondo de secuencia digital crece hasta un punto porcentual mayor y las corporaciones son realmente responsables, esto cambiaría las reglas del juego”, indicó Glenn Walker, responsable del programa de naturaleza de Greenpeace Australia Pacífico.
El acuerdo enumera los sectores a los que va dirigido, incluidos los fabricantes de productos farmacéuticos, complementos alimenticios, cosméticos y biotecnología y agroindustria.
La cumbre se prolonga durante horas extraordinarias mientras los delegados se enfrentaban por la financiación de 23 objetivos de la ONU acordados en Canadá hace dos años para “detener e invertir” la pérdida de la naturaleza.
En la COP17, cuya sede acaba de ganar Armenia frente a su enemigo histórico Azerbaiyán, los países deberán hacer balance de sus esfuerzos. Pero su credibilidad dependerá de las complejas medidas e indicadores que se adopten en Cali.Siga leyendo: Cementerio de fauna y flora en la COP16: un homenaje a las especies extintas que inspira conciencia ambiental