Un hombre de 50 años en Taiwán vivió una inusual situación médica que lo llevó a la sala de emergencias de un hospital. Tras experimentar dolores estomacales severos y tres días sin poder ir al baño, decidió buscar ayuda médica. Lo que inicialmente parecía ser un caso común de estreñimiento, resultó ser mucho más peligroso.
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Al llegar al hospital, los médicos realizaron una serie de exámenes, incluyendo una radiografía, que reveló la sorprendente causa de su malestar: una lata de bebida gaseosa de aproximadamente cinco pulgadas de largo (13 cm) y casi dos pulgadas de ancho (5 cm) estaba alojada en su recto.
Ante esta situación, el equipo médico, dirigido por los doctores Shao Yancheng y Shen Mingyin, del Hospital de la Universidad Médica de China en Hsinchu, se enfrentó al desafío de extraer el objeto de manera segura. Intentaron primero utilizar instrumentos transanales para extraer la lata sin recurrir a un procedimiento invasivo.
La operación para extraerle la lata duró 2 horas
Afortunadamente, un detalle hizo que la extracción fuera posible: el anillo para abrir la lata estaba orientado hacia afuera, lo que permitió a los cirujanos maniobrar con mayor facilidad. Aun así, fue necesario administrar anestesia general al paciente para relajar su esfínter y evitar daños adicionales durante la operación, que tomó aproximadamente dos horas.
El doctor Shao, quien tiene más de una década de experiencia en cirugía colorrectal, comentó que el hombre fue afortunado de no sufrir complicaciones graves, como la necrosis intestinal o la rotura del intestino, las cuales podrían haber derivado en infecciones severas que habrían requerido la creación de un ano artificial.
Para los médicos es normal ver este tipo de casos
“He visto muchos casos similares en mi carrera, con objetos extraños como botellas de vino, pilas e incluso dispositivos musicales atascados en el recto”, afirmó Shao al medio Need to Know, destacando que, aunque algunas personas se involucren en estas prácticas por curiosidad o como parte de actividades sexuales, el riesgo es elevado.
Shao aprovechó la ocasión para advertir sobre los peligros asociados a este tipo de conductas: “No se debe subestimar el daño que puede causar insertar objetos en el cuerpo. Puede parecer inofensivo al principio, pero los resultados pueden ser catastróficos”.
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Tras la operación, el paciente se recuperó satisfactoriamente y fue dado de alta al día siguiente. No obstante, el caso ha sido utilizado como un recordatorio por los médicos para resaltar la importancia de la precaución en situaciones de este tipo. Los objetos extraños en el cuerpo pueden causar problemas graves y en algunos casos, irreversibles.
Los profesionales de la salud de Taiwán siguen insistiendo en que este tipo de comportamientos puede tener consecuencias que van más allá de una simple incomodidad, llegando a poner en riesgo la vida del paciente.
El doctor Shao concluyó con un mensaje claro: “La curiosidad o el placer no deberían anteponerse a la seguridad. Estas situaciones no son un juego y las consecuencias pueden ser fatales”.