Este miércoles dos de octubre, la Dimayor hizo oficial las sanciones tanto a Atlético Nacional como a Junior de Barranquilla por las peleas que protagonizaron los hinchas en el estadio Atanasio Girardot la semana pasada.
El 𝗖𝗼𝗺𝗶𝘁𝗲́ 𝗗𝗶𝘀𝗰𝗶𝗽𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 determina mediante la Resolución No. 080 de 2024 que 👉 https://t.co/QH6evtVZRb#LaPasiónDeMillones pic.twitter.com/oRPJBhUxER
— DIMAYOR (@Dimayor) October 2, 2024
(Ver también: Gobierno Petro, duro por trifulca entre hinchas de Nacional y Junior: “Basta de violencia”)
Como era de esperarse, ambos equipos tendrán cierres totales o parciales de sus respectivas plazas, además de una multa económica muy importante por los daños causados en aquel bochornoso momento.
Sin embargo, la decisión que más controversia causó fue en la que se determinó que Junior, pese a ir perdiendo 2-0 y que sus hinchas comenzaron con los desmanes, se quedaron con tres puntos por, como se explica en la resolución, “retirada o renuncia”.
Esta fue una determinación que no se entendió porque el compromiso se suspendió por orden del árbitro y no porque ningún equipo se fue de la cancha. Además, si por algo se podía sancionar a Nacional era por falta de garantías en el estadio (recordando que la seguridad depende de cada equipo) y no por abandono del compromiso.
Esta determinación llama mucho la atención porque abre una peligrosa puerta a los aficionados visitantes que vayan a otros escenarios deportivos, puesto que si van perdiendo el compromiso, causan problemas en el estadio y así Dimayor puede premiar a su club con los puntos de una victoria inexistente.
Por eso mismo es que muchos recomiendan que se cierren las fronteras y en las distintas ciudades solo haya la afición local, pero eso al final perjudica a algunos equipos más pequeños que consiguen una cantidad importante de dinero cuando reciben a clubes como Nacional, Millonarios y América de Cali.
Lo cierto es que más allá de estas medidas controversiales, Dimayor tiene que ponerse seria en la individualización de las barras, puesto que muchos delincuentes disfrazados de hinchas entran al estadio con cuchillos, navajas y hasta machetes (tal como ocurrió en Medellín), causan problemas, hieren a algún rival y al final quedan libres como si nada, con la oportunidad de disfrutar todo el campeonato con esa misma condición.
(Ver también: Aparece video que esclarecería causa de pelea entre hinchas de Nacional y Junior)
Si las cosas siguen así, las consecuencias pueden ser graves y muy lamentables, por lo que ya no bastan paños de agua tibia, sino que se necesitan medidas radicales para acabar con la violencia en el fútbol.