Desde antes del mediodía del lunes, en Independiente Medellín sospechaban que no alcanzarían a llegar al partido de ida de los cuartos de final de la Copa Betplay contra Boyacá Chicó en Tunja.
La poca capacidad hotelera de la capital boyacense obligó a la delegación del cuadro rojo, conformada por 40 personas, a hospedarse en Paipa, municipio ubicado a 50 minutos en carro del lugar del partido.
El Hotel Estelar, un edificio gigante con fachada en ladrillo y dos plantas de habitaciones ubicado al frente de la laguna de Sochagota, fue el sitio que el staff del cuadro antioqueño escogió para hospedarse. La cercanía del lugar con la autopista que conduce hacia la capital de Boyacá, certificaba –en teoría– que los miembros del Poderoso llegarían sin mayor problema al estadio.
Sin embargo, no contaban con que en la mañana del lunes grupos de campesinos se unirían al paro de agricultores con el que le reclaman al Gobierno nacional atención por la exclusión de sus tierras en la frontera agrícola, y bloquearan el paso.
En la mañana, la Policía nacional puso al tanto de la situación al personal del DIM. Lo hicieron luego de que el carro contratado para llevar al personal de utilería del Rey de Corazones no lograra llegar a recogerlos en el hotel.
Este grupo de personas, por lo general, siempre sale hacia el estadio seis horas antes de que inicie un partido. El duelo contra los ajedrezados estaba programado para iniciar a las 7:00 p.m. Las autoridades se comprometieron a llevar a toda la delegación del Medellín hasta Tunja en el bus donde viajaban los jugadores, garantizándoles la seguridad.
Salieron a las tres de la tarde del hotel porque sabían que el recorrido iba a ser difícil. Pero las protestas se complicaron. Aunque el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, envió a los secretarios de Ambiente, Agricultura y un representante de la Oficina Asesora para las regiones, a que entablaran un diálogo con los campesinos, estos no cedieron.
La policía intentó llevar al plantel antioqueño por uno de los corredores humanitarios de la vía principal. No pudieron. Entonces se desviaron por una carretera alterna. No lograron salir de Paipa.
Durante toda la tarde, personal de la Dimayor estuvo en contacto con el Medellín para que los mantuvieran al tanto de la situación. Cuando faltaba hora y media para el inicio del partido, empezaron a pensar en la posibilidad de aplazar el juego: sabían que la delegación paisa no lograría llegar.
Después de las seis de la tarde comunicaron la decisión: el partido se jugará este martes. La integridad física de todos los miembros de la delegación paisa no se vio afectada. A las 6:30 p.m. del lunes ya todos estaban en sus habitaciones en el Hotel Estelar de Paipa, buscando descansar. Lo único que se vio truncado por la situación, fue el itinerario del Poderoso, que tenía planeado regresar por carretera a Bogotá, para viajar hacia Medellín el martes en la tarde. Todo se corrió, por lo menos, un día. Los rojos regresarían a la capital de la montaña el miércoles.
De acuerdo con información que publicó el Medellín en su cuenta de X, el partido encuentro se disputará a las 8:30 p.m. en el estadio La Independencia. Entre tanto, el partido de vuelta sigue programado para el viernes (8:30 p.m.), en el Atanasio Girardot.