El ambiente en Medellín está cargado de emociones mientras se acercan los clásicos de la semifinal de la Copa BetPlay entre Atlético Nacional e Independiente Medellín. Sin embargo, la decisión de jugar estos partidos sin la presencia de público visitante ha generado reacciones encontradas entre dirigentes, jugadores históricos y aficionados. En una decisión que busca garantizar la seguridad y la convivencia, la Mesa de Seguridad y Convivencia, tras una extensa reunión que duró toda la mañana y parte de la tarde de este martes, determinó que los encuentros se disputarán exclusivamente con hinchada local.
Nacional fue claro en su postura de no permitir el ingreso de hinchas visitantes, recordando los eventos ocurridos en el partido ante Junior, donde el club perdió los puntos en el escritorio por incidentes relacionados con el comportamiento de las barras. El presidente de Nacional, Sebastián Arango Botero, expresó su frustración, explicando que la decisión no refleja una falta de interés en la convivencia entre hinchas, sino una medida para evitar que el club vuelva a ser perjudicado. “Nuestra posición ha sido contundente y coherente desde el principio y con mucha lástima tenemos que decir que no estamos a favor de que haya hinchas visitantes”, declaró Arango, quien también lamentó el hecho de que las decisiones del Comité Disciplinario sean en ocasiones impredecibles.
“Nos entristece porque sentimos que la ciudad había avanzado en eso y que ambas hinchadas están haciendo un trabajo articulado”, añadió, reconociendo los esfuerzos que tanto la Alcaldía como la Mesa de Convivencia han realizado en los últimos años.
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Por su parte, el presidente de Independiente Medellín, Juan Camilo Restrepo, mostró su apoyo a la postura verdolaga. Para el dirigente rojo, la situación que vivió el equipo verde contra Junior representa un antecedente que es difícil de ignorar. “La decisión que se adoptó es que ni el partido de este jueves, ni el de vuelta se jueguen con público del equipo visitante”, explicó Restrepo, quien enfatizó que fue un acto de solidaridad hacia Nacional ante lo que consideró una injusticia en la pérdida de puntos frente a Junior. Este gesto muestra una unidad poco común en el fútbol colombiano, donde dos rivales históricos se alinean en la búsqueda de un ambiente más seguro y controlado.
La decisión también resonó en figuras históricas del club, como el exgoleador de Nacional, Víctor Aristizábal, quien apoyó la medida. “Mientras no podamos compartir un partido sin inconvenientes, creo que no debe haber entrada de hinchas visitantes”, aseguró Aristizábal. Para él, la seguridad debe primar, y hasta que no se logre una convivencia pacífica en estos eventos, lo ideal es mantener solo a la hinchada local en las tribunas. En sintonía con Aristizábal, el referente del DIM, Mao Molina, también respaldó la decisión, lamentando que, debido al mal comportamiento de algunos, toda una industria y los verdaderos aficionados se vean afectados. Molina subrayó la importancia de retomar y fortalecer los programas sociales y culturales que buscan sensibilizar a los hinchas sobre el impacto negativo de la violencia en los escenarios deportivos.
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Sin embargo, la postura de las autoridades y de los clubes no fue compartida por todos. Víctor Marulanda, exjugador, expresidente y exgerente de Atlético Nacional, mostró su desacuerdo, argumentando que Medellín debería ser un ejemplo de convivencia y mostrar la capacidad de albergar ambos grupos de hinchas en paz. Para Marulanda, los clásicos con hinchadas de ambos equipos son mucho más emotivos y brindan una experiencia de espectáculo completa. Aunque reconoció la necesidad de contar con todas las garantías de seguridad y recursos disponibles, expresó su esperanza de que Medellín, como ciudad, pueda ser un referente en eventos de fútbol compartidos.
Este ajuste en la organización de los clásicos revela un tema central en el fútbol colombiano: la lucha constante entre el deseo de crear un ambiente familiar y compartido, y la realidad de los incidentes violentos que afectan tanto a los clubes como a sus aficionados. Si bien la decisión fue tomada por prevención, deja una sensación agridulce entre los seguidores que sueñan con volver a ver el estadio lleno de hinchas de ambas escuadras, disfrutando del espectáculo en paz. Por ahora, el llamado es a la reflexión y al compromiso de cada hincha, para que en un futuro cercano se puedan eliminar estas restricciones y se permita que el fútbol sea una verdadera fiesta para todos.