Había tensión en el coliseo de voleibol de El Callado, Perú, donde se jugó la final de Sudamericano sub-21 masculino de ese deporte. Colombia, sorpresa del torneo, enfrentaba a Brasil, favorito al título, en la final.
Los criollos llegaban con la tranquilidad de ya haber firmado una presentación histórica. Además, desde antes del inicio del partido, tenían asegurado cupo en el Mundial de la categoría que se celebrará en China en agosto del 2025.
Así mismo, ya habían domado al león más fuerte. En fase de grupos se enfrentaron contra el seleccionado brasileño y le ganaron 3-0. Sí, los cafeteros blanquearon a una potencia mundial en voleibol en su debut en fase de grupos. En el segundo encuentro, ante Chile, los criollos perdieron la primera manga.
Después, remontaron y consiguieron imponerse 1-3. Lo mismo pasó en semifinales, donde vencieron a Perú. Por eso, el domingo los nuestros tenían la esperanza de lograr una gesta épica.
Y empezaron bien. Ganaron el primer set. El rechinar de los zapatos que se genera en un coliseo de voleibol cuando uno de los jugadores de fase defensiva se desliza para llegar a un balón, o en el momento en que un atacante se prepara para clavar la pelota en la zona del rival, dieron fruto a los criollos, que se impusieron 25-18.
Sin embargo, la historia cambió. El volei es una práctica en la que todo pasa muy rápido. El balón puede cruzar la malla con una velocidad impresionante cada cinco o seis segundos. Adaptarse a la intensidad y mantenerla, le puede costar a los deportistas.
Eso le pasó a los colombianos: no lograron aguantar el asedio de Brasil en los siguientes tres sets de la final. El segundo terminó 16-25, el tercero 18-25 y el cuarto 11-25.
Sin embargo, a pesar de la derrota el voleibol colombiano tiene serios motivos para celebrar: además del cupo al Mundial, los criollos también se aseguraron en los Panamericanos Júnior que se realizarán en Asunción en 2025. El seleccionado sub-19 también participará en un mundial el otro año. Será en Filipinas.