Luego de 16 años de carrera, durante la cual fue sometido a siete cirugías, el antioqueño José David Toro le dice adiós a la gimnasia artística como deportista activo. Aunque apenas tiene 24 años de edad y posibilidades de continuar en la élite, asegura que llegó el momento de priorizar el cuidado de su cuerpo por encima de sus pasiones personales.
A manera de reflexión, deja entrever inconformismo al sentir que al atleta de alto rendimiento solo se le valora por lo que entrena y por los resultados que obtiene, dejando en segundo plano la condición humana. “Un deportista es más de lo que entrena, es una persona que libra sus propias batallas, pero muchas veces solo se piensa en lo tangible, no en el ser humano que se puede construir y en lo que lo pueden afectar las determinaciones que se tomen con él”.
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Como consecuencia de sus esfuerzos en los entrenamientos y las competencias, José David tuvo que ser operado una vez de una muñeca, dos del hombro y cuatro de rodilla. Aunque todas tuvieron su grado de complejidad en la recuperación, confiesa que la última, tras la rotura del ligamento cruzado hace un año, resultó ser la más difícil de superar.
Su mejor temporada, asegura, fue 2016 como juvenil, cuando logró medalla de bronce en suelo en el Pacific Ring en Estados Unidos. Ese mismo año alcanzó el título panamericano. En mayores también alcanzó podio panamericano en 2018 y desde ese momento integró los seleccionados nacionales de mayores y logró estatus, pese a las lesiones que enfrentó.
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En todo ese camino resalta el aporte de varios entrenadores, especialmente del japonés Junsuke Iwai, fallecido en enero de 2023: “Para mí fue un maestro no solo de la gimnasia, sino de vida. Él me enseñó a soñar en grande en este deporte y a ver la vida con ojos diferentes. A construirme como persona, siempre lo tendré presente”.
También destaca el aporte que recibió del entrenador Leonardo González, con quien compartió la mayor parte de los últimos años. Y resalta a sus compañeros de lucha en el coliseo, en las concentraciones y viajes. “La gimnasia me deja algo muy bueno y es una familia simbólica, con la que construimos hermandad. Menciona a los hermanos Martínez (José Manuel, Andrés y Mario), a Sebastián Cardona, Daniel Villa, entre otros.
Por ahora, continúa estudiando Psicología en la UPB (cursa el séptimo semestre) y aportando en la formación de nuevos talentos en la escuela de la Liga de Gimnasia de Antioquia y el club Kinetic. Para él es imposible alejarse completamente de una actividad que lo vio crecer y quiere escribir una nueva historia, pero ahora como formador.
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LA SENTIDA CARTA DE DESPEDIDA
En un video que le hizo su amigo Mario Martínez, publicado en Facebook, José David Toro recopila imágenes de su carrera, personajes y momentos que marcaron su trayectoria. Este, el sentido mensaje: “... Después de un año de mi última operación, se termina una vida de ensueño, una a la que le debo gran parte de lo que soy. Una que llenó mis días de miles de emociones, de propósitos, y de sentido a mi existencia. Una que puso grandes personas a mi lado, que me ayudaron a explotar mi potencial, otras que se volvieron una familia, otras que en su forma de ser me enseñaron a comprender –de cierta manera– las diferencias.
Me despido de un deporte que amo y me llenó de felicidad, que me enseñó disciplina y persistencia, al igual que a soñar y perseguir grandes metas. Y aunque fue un camino duro, con 7 operaciones, algunas inconformidades y desilusiones con ciertos procedimientos que me sumergieron en el reconocimiento de la fragilidad humana, que pareciera no existir en la definición de la palabra deportista. Me voy feliz de haber vivido este proceso.
No es la forma en la que quería que fuera, pero aquí anuncio mi retiro. Estoy infinitamente agradecido con todo lo bello de este deporte y con todos aquellos seres maravillosos que encontré en este camino y me apoyaron (los amo). Sin ser suficientes las palabra para expresar todo lo que siento... digo adiós”.