El reloj marcará las 3:00 p.m. de este domingo cuando inicie el choque entre Pasto y Atlético Nacional, en la segunda salida del verde en los cuadrangulares semifinales. Es un momento importante, un escenario ideal para que las figuras brillen, pero también un campo fértil para quienes, en silencio, sostienen los cimientos del equipo.
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En ese panorama aparece Sebastián Guzmán, un nombre que, aunque no siempre está en boca de todos, ha demostrado ser esencial en el engranaje del equipo dirigido por Efraín Juárez. Con un estilo discreto pero contundente, se ha convertido en el equilibrio que el medio campo verdolaga necesitaba.
Sebastián llegó a Nacional este semestre como uno de los refuerzos elegidos para la temporada. Procedente del Torreense de Portugal, este ibaguereño de 27 años tuvo que enfrentar un desafío inicial: demostrar su valía en un equipo que ya había empezado su camino competitivo. “Viví momentos complejos porque empezaba a jugar la ansiedad de querer estar en la cancha, pero sabía que debía ser paciente. Había sido el último refuerzo en llegar, el equipo ya había hecho la pretemporada, y tenía que ponerme en forma”, confesó.
Sin embargo, el tiempo y el trabajo dieron sus frutos. Guzmán entendió pronto que tenía la atención del técnico Juárez, y cuando la oportunidad llegó, no la desaprovechó. Desde entonces, su nombre ha dejado de ser una opción más en la nómina y se ha transformado en sinónimo de consistencia. “Lo más importante es que los objetivos grupales se están alcanzando. Las buenas actuaciones individuales son un reflejo del esfuerzo colectivo”, afirmó con humildad.
Sebastián Guzmán no es un desconocido en el fútbol. Criado en la séptima etapa del barrio Jordán de Ibagué, comenzó a dar sus primeros pasos en la Academia Tolimense. Su talento lo llevó al extranjero desde muy joven, pasando por equipos juveniles como el Cruzeiro en Brasil y el Lech Poznań en Polonia, donde adquirió una comprensión táctica que hoy se refleja en su juego.
En Colombia, su gran debut profesional se dio con el Once Caldas, en 2018, club en el que marcó su primer gol como profesional y llegó a disputar más de 100 partidos. Estos años le permitieron consolidarse como un volante que combina sacrificio, técnica y visión de juego. Su aventura en el fútbol portugués con el Estrela Amadora y el Torreense añadió nuevas capas a su estilo, perfeccionando aspectos como la recuperación y la distribución del balón. Guzmán es, en esencia, un volante completo, capaz de adaptarse a distintas necesidades tácticas.
En el Atlético Nacional actual, es la pieza que da equilibrio. Su capacidad para cortar avances rivales, recuperar balones y distribuir con criterio lo convierten en el complemento ideal en el medio. Además, su pasado como volante creativo le permite sorprender con claridad y técnica en la salida, algo que pocos “5” logran con naturalidad. “Al principio jugaba como volante 10, pero al llegar al fútbol profesional me retrasaron de posición. Ahora conozco bien mi rol y doy lo mejor de mí”, explicó.
La evolución táctica, sumada a la madurez futbolística, lo ha llevado a ser un referente en el esquema de Juárez. El entendimiento del juego hacen que su aporte trascienda.
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Nacional necesita seguir sumando en estos cuadrangulares, luego del contundente 5-0 sobre Santa Fe en el Atanasio, duelo en el que fue expulsado Felipe Aguirre, ausente este domingo. Sin embargo, en la nómina podrá estar Edwin Cardona, a quien el Comité Disciplinario del torneo le suspendió la sanción de dos fechas (ya pagó una ante los cardenales) que le impuso por besar el escudo del club de su camiseta en el clásico paisa.
Más allá de las luces y los reflectores, Guzmán continúa trabajando con la misma dedicación que lo llevó a salir de Ibagué y recorrer el mundo. En su historia se encuentra el espíritu de quienes, lejos del glamour, construyen victorias desde el sacrificio y el compromiso. El estadio Libertad, de Pasto, ante un rival que pedió 2-1 con Millonarios, será testigo de un futbolista que, aunque camina en silencio, deja huellas profundas en el corazón verdolaga. Sebastián Guzmán no solo juega para Nacional, juega para demostrar equilibrio.