El final del partido entre Once Caldas y América de Cali, valido por la quinta fecha del Grupo B de los cuadrangulares, estuvo caliente. No por lo que pasó en la cancha, donde el equipo de Manizales se impuso 3-0, sino debido a que los aficionados del cuadro caleño, que estaban en la tribuna sur del estadio Palogrande, invadieron las graderías de occidental del escenario caldense.
La escena, de acuerdo con lo que contaba el corresponsal de la transmisión de televisión, fue parecida a la que ocurrió el 26 de septiembre en el Atanasio Girardot, cuando aficionados del Junior invadieron la zona familiar mientas su equipo enfrentaba a Atlético Nacional.
En el sector de preferencia del Palogrande de Manizales se vieron familias con niños, adultos mayores, corriendo hacia el centro de las gradería para evitar ser golpeados por los hinchas del cuadro caleño que llegaron a ver el partido. Aunque las cámaras de televisión no mostraron nada de lo que pasó, desde la capital de Caldas manifestaron que la situación fue tan compleja que incluso hubo hinchas a los que les ayudaron a salir del estadio por la entrada al camerino del Once Caldas.
Lo que sí se vio fue que el entrenador antioqueño Hernán Darío “El Arriero” Herrera, tuvo que acercarse a la tribuna para ayudar a algunas personas a bajar a la pista atlética del escenario. De hecho, cuando lo enfocaron, estaba caminando acompañado de un par de mujeres que al parecer eran sus familiares. Una de las personas que estaban con el técnico del cuadro de Manizales tenía un bebé de brazos cargado en un canguro.
Todo eso sucedió mientras en la cancha del Palogrande se jugaban los cuatro minutos de reposición que agregó el juez central antioqueño Wilmar Roldán. Al parecer, ni el árbitro, ni los jugadores se dieron cuenta de la situación. Por eso, hubo que esperar a que se terminara el encuentro para que la atención se fuera a lo que ocurrió en la tribuna.
El motivo que habría caldeado los ánimos fue que, después del gol de penalti que marcó el delantero Jesús Hernández, en el Palogrande empezaron a corear: “míralo eh, míralo eh, el que no salte se fue a la B”. Sin embargo, eso no justifica la forma de actuar violenta de los aficionados del América.