Por: Andrés Esteban Marín*
En el estadio municipal de Andes el júbilo del representativo de Medellín se sintió tras conquistar el título de fútbol femenino en los Juegos Deportivos Departamentales de Antioquia, luego de vencer en la final 4-1 a Apartadó. Entre el fervor de la victoria, una figura sobresalió en el equipo: Nohely Tatiana Rodríguez Micanquer, la dueña de la camiseta número 10. A sus 21 años, esta joven zurda no solo demuestra técnica, velocidad e inteligencia de juego, sino también una resiliencia que ha forjado fuera del campo.
“Cuando era niña, le dije a mi papá que quería ser futbolista profesional. Sin pensarlo, empacamos y nos fuimos para Medellín. Él siempre ha sido mi mayor apoyo”, dice Nohely Tatiana con emoción, mientras recuerda cómo, a los 15 años, dejó su natal Pasto para buscar oportunidades en la ciudad que hoy llama hogar.
La vida en Medellín no fue fácil. Vivió un tiempo sola y luego en el corregimiento de San Cristóbal con su familia. Esto le trajo desafíos económicos, pero nunca faltó la determinación. Su padre, Jesús Antonio Rodríguez, carnicero de oficio, ha sido un ejemplo de lucha incansable. “No todo es color de rosa. Hemos pasado hambre y días en los que no tenía para ir a entrenar, pero mi papá siempre ha encontrado la forma de salir adelante”, comparte la joven futbolista.
Nohely empezó su recorrido futbolístico con el Atlético Nacional, pero las puertas no siempre se mantuvieron abiertas. Después de altos y bajos, fue Formas Íntimas el club que confió en su talento, seguido por Molino Viejo, donde actualmente juega. Además, entrena ocasionalmente con el DIM, lo que le permite seguir perfeccionando su técnica. “Todo pasa por algo. Cuando una puerta se cierra, otra más grande se abre. Molino Viejo se convirtió en mi casa, y es allí donde he podido crecer como jugadora y persona”, asegura Nohely, ya con acento paisa.
Un futuro más allá de la cancha
Para Nohely, el fútbol es un camino hacia la superación personal. Sin embargo, es consciente de que la vida no siempre girará en torno al balón. Por esta razón, se graduó del colegio Mariscal Robledo y ha sido admitida en la Institución Universitaria ITM, donde comenzará a estudiar Gestión Administrativa. “El fútbol no es para toda la vida y quiero prepararme para el futuro. Sueño con ser profesional, ya sea en Derecho o en Administración de Empresas. Ambas carreras me apasionan”.
Nohely también recuerda con cariño a su abuela Rosa Aura Ruales, quien fue un pilar en su infancia. “Ella siempre creyó en mí, y su apoyo me da fuerzas para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles”.
Cuando habla de los Juegos Departamentales, su emoción es palpable. Haber ganado el título representando a Medellín fue una muestra del esfuerzo. Pero más allá de los goles y los trofeos, ella destaca las lecciones de vida que le ha dejado el fútbol: “Cuando un rival juega con enojo o rabia, evádalos. La inteligencia siempre será más fuerte”.
Hoy, con la mirada puesta en el futuro, Nohely Tatiana es un ejemplo de tenacidad. Su historia demuestra que, con disciplina y sueños claros, se puede vencer cualquier adversidad. “Nunca se rindan. La vida puede dar golpes duros, pero lo importante es mantener la cabeza en alto y siempre querer más”, concluye, dejando claro que su lucha, dentro y fuera de la cancha, apenas comienza.
Cortesía Indeportes Antioquia*