Por Hebert Martínez Restrepo*
Son 500 gramos los que pesa el tejo que usa, y a ella la báscula le dice que suma 48 kilos. ¿Qué sale de esta combinación? Una jugadora de tejo que representa a Guarne en los Juegos Departamentales en Jardín y Andes. Llegó a este deporte porque un compañero del colegio lo practicaba y le dijo que necesitaban niñas para conformar la selección del que iba para una competencia. En ese entonces Laura Ayala Cardona tenía 15 años.
Como quien no quiere la cosa fue a entrenar y le quedó gustando, ya suma tres años tirando el tejo: ha competido en Juegos Intercolegiados Nacionales, vistiendo la camiseta de Antioquia, y en dos Departamentales. Luce el número 4, no porque lo haya escogido, sino porque era el uniforme más pequeño que había en el equipo de Guarne.
“Hoy quiero gozar, quiero vivir en Salsipuedes. Tiera de ilusión donde el amor nunca se muere”, esa es la música que resuena por todas las canchas de tejo. Esta canción es un porro que les gusta a los adultos, aquellos que nacieron en los años 60 y 70, nada que ver con ella que escasamente tiene 17 años.
En un ambiente de personas que podrían ser sus abuelos o padres, Laura hace fila con sus compañeros para poder lanzar. Coge el tejo entre sus manos, que lucen unas uñas largas, adornadas con un “francés” blanco.
La pinta se complementa con unas trenzas largas y negras, del mismo color de su gorra, gafas y uniforme. Ella espera pacientemente su turno, apunta por entre sus lentes hacia la papeleta blanca, da unos pasos con los tenis talla 34, y lanza el tejo que surca el aire buscando su objetivo.
En Jardín compitieron 121 deportistas de tejo desde los 16 años en adelante, representando a 21 municipios. Tejo o turmequé es el deporte nacional de Colombia, y es el que Laura escogió por encima de natación, tenis de campo y atletismo, que también practicó.
¿Juegos de video? No gracias, dice, porque “no me llaman mucho la atención”. Su energía y tiempo están dedicados al tejo, sus estudios de Administración de Empresas y su familia.
En el tejo compite con cualquiera que le pongan y su figura no pasa desapercibida. Tal vez por eso será que su mamá le regaló unos aretes de estrellitas, para que ella pudiera brillar con luz propia en este deporte.
*Colaboración, Indeportes