La final de ida del fútbol costarricense entre el Club Sport Herediano y Liga Deportiva Alajuelense, disputada en el estadio Carlos Alvarado, se vio envuelta en una controversia inusual.
Antes del inicio del encuentro, el guardameta de Alajuelense, Leonel Moreira, detectó que una de las porterías presentaba una altura superior a la reglamentaria, lo que generó preocupación en el equipo visitante.
Según las normas de la FIFA, la altura estándar del suelo al travesaño debe ser de 2.44 metros. Sin embargo, en este caso, se reportó que la portería en cuestión excedía dicha medida, con estimaciones que señalaron una diferencia de hasta 10 centímetros.
El cuerpo técnico de Alajuelense, encabezado por el entrenador Alexandre Guimaraes y su asistente Bryan Ruiz, expresó su descontento y solicitó la suspensión del partido hasta que se corrigiera la irregularidad. “No se debería jugar si el marco está en esas condiciones”, manifestó Ruiz.
Los árbitros, tras verificar la situación con herramientas improvisadas, como una silla y una cinta métrica, confirmaron la discrepancia en la altura de la portería. A pesar de ello, se procedió a ajustar el travesaño para cumplir con las medidas reglamentarias, y el partido comenzó con normalidad.
El encuentro concluyó con una victoria de 2-0 a favor de Herediano, con un doblete de Allan Cruz. No obstante, la polémica en torno a la portería ha suscitado debates sobre la rigurosidad de las inspecciones previas a partidos de tal magnitud y ha puesto en tela de juicio la integridad de los procedimientos establecidos en el fútbol costarricense.
El compromiso de vuelta para definir al nuevo campeón de la primera división en el país centroamericano, se llevará a cabo el próximo viernes en el estadio Alejandro Morera de Alajuela.