Las decisiones que tomen mañana las asambleas extraordinarias de accionistas de los grupos Sura y Argos serán determinantes para el futuro de estas sociedades.
En las convocatorias a estas reuniones se usaron términos y expresiones que resultan llamativas, y que sugieren la posibilidad de negociaciones en ciernes o próximas e inminentes transacciones, para las que sería determinante saber si el actual cruce accionario entre Sura y Argos es de largo aliento o puede, simplemente, no existir.
En los registros de la Superintendencia Financiera, a junio de este año, Sura figura como el principal accionista de Argos con el 36,24%, mientras que la holding de infraestructura y su filial Cementos Argos poseen el 62,28% de las acciones de Sura, aunque un bloque de esas especies (114,5 millones de acciones) están en un patrimonio autónomo inhibidor del voto, por lo que conservan los derechos económicos, pero sin ejercer los derechos políticos.
En abril, tras su salida de las porciones accionarias que Sura y Argos tenían en Nutresa, lo que marcó el fin del llamado enroque o Sindicato Antioqueño, las administraciones de esos conglomerados anticiparon la ejecución de una serie de movidas cruciales para asegurar su devenir.
De las movidas adelantadas hasta ahora hacen parte las reuniones extraordinarias de socios en las que se han aprobado modificaciones estatutarias no solo para reformar las políticas de sucesión de los directivos, sino cambios frente a eventuales ofertas públicas de adquisición (OPA) para beneficiar a los pequeños accionistas, así como la adopción de mecanismos que buscan mejorar las condiciones de formación de precio de las acciones, el aumento en la liquidez y la reducción de la volatilidad de estas en el mercado.
Los próximos pasos contemplarían la llegada de nuevos estratégicos que fortalezcan y dinamicen los negocios de ambas sociedades, posibles desinversiones y transacciones bursátiles que determinen si el cruce accionario se mantiene o se acaba.
Es así como este lunes el Grupo Argos, en la reunión prevista a las 8 de la mañana en el salón Siglo XXI del Country Club Ejecutivos, solicitará levantar potenciales conflictos de interés de algunos de sus miembros de junta directiva y de sus representantes legales, para “deliberar y decidir sobre las alternativas estratégicas respecto de su inversión en Sura, al igual que sobre todos los actos, acuerdos y operaciones que sean requeridos para su implementación”.
Aquí vale recordar que a mediados de marzo, en diálogo con EL COLOMBIANO, Jorge Mario Velásquez, presidente de Grupo Argos, comentaba que a futuro veía a Sura y Argos “como dos corporaciones independientes sin participación cruzada, listadas eventualmente en bolsas líquidas como Nueva York e invitando a socios que participen estratégicamente en ellas, y una dedicada al tema financiero y la otra a materiales de construcción e infraestructura”.
Y es que durante este año, Grupo Argos ha venido realizando, con el apoyo de asesores externos, un análisis sobre la viabilidad estratégica, financiera y jurídica de diferentes alternativas relacionadas con su inversión en Sura.
Dichos análisis y estudios de viabilidad finalizaron, y lo que procede es que la junta directiva delibere y decida sobre esas opciones, y que cuente con luz verde para ejecutar los actos, acuerdos y operaciones que sean requeridos para su implementación.
Para esas definiciones se puede requerir de la celebración de acuerdos de confidencialidad, tratativas y actos preparatorios con Sura, sociedades filiales de Argos y otros involucrados.
En ese sentido, el pasado 10 de octubre se citó una reunión extraordinaria de la junta de Argos para tomar una decisión, pero varios miembros de ese órgano directivo pusieron de manifiesto posibles conflictos de interés.
Entre ellos, Ana Cristina Arango, Claudia Betancourt, Jaime Alberto Palacio, Juana Francisca Llano (presidenta de Suramericana) y Ricardo Jaramillo (presidente de Sura), quienes advirtieron que el perfeccionamiento de la alternativa podría implicar cambios en el patrimonio, los portafolios de inversión y la base de accionistas de los grupos Argos, Sura y Cementos Argos, por lo que sugirieron convocar a los accionistas a una asamblea, en la que se expondrá la situación, para que ellos impartan su visto bueno.
En ese contexto, Jorge Mario Velásquez y Alejandro Piedrahíta, representantes legales de Argos y miembros de junta de Sura y de Cementos Argos, así como Rafael Olivella, integrante de la junta de Cementos Argos, declararán mañana en la asamblea sus potenciales conflictos de interés de cara a la implementación de la futura alternativa estratégica, por lo que solicitarán la autorización de todos los accionistas para ser partícipes de esas decisiones.
Dos horas más tarde en el mismo recinto (salón Siglo XXI del Country Club Ejecutivos), a las 10 de la mañana, Sura someterá a consideración el mismo asunto (posibles conflictos de interés), que afectarían a sus representantes legales e integrantes de junta para deliberar y decidir sobre las alternativas estratégicas de Sura respecto de su inversión en Argos.
En este caso, para este martes 22 de octubre está citada una sesión de la junta directiva de Sura, cuya agenda contempla deliberar y decidir sobre las alternativas para avanzar en la estructura de propiedad cruzada con Grupo Argos.
En esta coyuntura, los integrantes de la junta de Sura, Jorge Mario Velásquez, Luis Javier Zuluaga, Pedro Mejía Villa y Alejandro Piedrahíta fueron quienes pidieron celebrar la asamblea extraordinaria, para que se decida si les levantan los conflictos de interés.
Una dispensa similar esperan obtener los representantes legales de Sura: Ricardo Jaramillo, Juan Luis Múnera y Juan Esteban Toro. En las comunicaciones que se leerán en la reunión de este lunes, coinciden en señalar que de ser habilitados por la asamblea, ejecutarán los actos que sean necesarios, conducentes o recomendables para implementar las decisiones derivadas de las alternativas de evolución de la estructura de propiedad y la participación en Grupo Argos.
La idea de dos corporaciones independientes sin participación cruzada, mencionada en marzo por Velásquez, no le es distante a Jaramillo, quien en mayo, a pocos días de haber tomado las riendas de Sura y luego de finalizar la desinversión en Nutresa, le dijo a este diario que en la holding financiera han sido conscientes de la necesidad de evolucionar en la estructura de propiedad.
Con los enunciados de Velásquez y Jaramillo respecto a la estructura societaria de Sura y Argos, y con los anticipos de los miembros de junta de ambas sociedades de cara a la asamblea, consultores empresariales dan por descontada la inminente materialización de un negocio que marcará el divorcio o ruptura total de lo que se denominó como el Sindicato Antioqueño, pero sin atreverse a señalar cuál sería el procedimiento.
Desde la perspectiva de pequeños accionistas de ambas sociedades, las citaciones frecuentes a asambleas para levantar conflictos de interés suscitan varias inquietudes.
“¿Por qué para las juntas directivas se siguen eligiendo personas sobre las cuales pueden recaer conflictos de interés? ¿No hay en el entorno candidatos que sean absolutamente independientes? ¿O todo es sencillamente por aquella política de que los enroques no solo son a nivel accionario, sino a nivel directivo?”, anotó uno de ellos.
Otro interrogante sobre las convocatorias es sobre el alcance de las autorizaciones que pretenden obtener administradores y miembros de junta, pues en ambos casos se menciona que tendrían facultades para deliberar y decidir “sobre todos los actos, acuerdos y operaciones que llegaren a ser necesarios para la implementación de la alternativa definida”. ¿Qué límites tiene esto?, preguntó un pequeño inversionista de los grupos Argos y Sura.