Durante la celebración de Góndola, el evento más importante del retail iberoamericano, que se realiza en Cartagena, el gremio de los comerciantes, Fenalco, dio a conocer los resultados del Censo Nacional de Mermas, elaborado por la firma consultora We Team, con el apoyo de Sensormatic.
El informe, que contiene las cifras del año completo 2023, señala que durante este periodo los supermercados del país perdieron cerca de $144.000 millones solo por concepto de robos internos y externos de la merma operativa total, que alcanza los $740.000 millones y que contabiliza las pérdidas por desperdicio de los productos, averías, vencimientos y errores administrativos, entre otros.
De acuerdo con Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, el año anterior el 19% de la merma en almacenes obedeció a la modalidad de robo. Exactamente, $41.278 millones correspondieron a robos cometidos por empleados y otros $102.649 millones se atribuyeron a robo externo.
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“En las dos categorías operan bandas organizadas y se vuelven cada vez más sofisticadas en sus operaciones. Por otro lado, el porcentaje de efectividad en las judicializaciones es muy baja (56% en ciudades principales y solo 28% en ciudades intermedias); por lo que son más difíciles de controlar”, indicó Fenalco en un comunicado.
“Los artículos más afectados suelen ser aquellos que representan un menor riesgo para la delincuencia por su esquema de protección. La preferencia en estos artículos es constante en la medida que tengan demanda, ya sea para consumo o reventa”, agregó el vocero de los comerciantes.
La lista la componen, chocolates/dulces; productos cárnicos/carnes frías; abarrotes; artículos de aseo personal; licores; atún/enlatados; leches; artículos digitales (electro); gaseosas y droguería/otc.
Aunque las modalidades de robo cada vez son más sofisticadas como la sustracción de mercancías en bolsas de aluminio; empacar mercancías en bolsa plástica del almacén y tiquetes falsos, así como cambio en el código de las mercancías, son otras maneras.
Llama la atención que el consumo de alimentos dentro de las tiendas, práctica que muchos compradores y empleados acostumbran, le cuesta a los almacenes de cadena la no despreciable suma de $11.000 millones al año.
A la difícil situación del sector, que ha venido experimentando desde el año pasado una marcada caída en las ventas, se suma este flagelo que crece cada vez más en el país.“Debemos reconocer que ante este panorama el retail hace su mejor esfuerzo para salvar su rentabilidad”, concluyó Cabal.Siga leyendo: