El tema del momento en Colombia es el proyecto que pretende casi duplicar la plata que reciben las regiones. En resumen, se busca modificar el Sistema General de Participaciones (SGP) para que los entes territoriales pasen de recibir el 23,8% de los ingresos corrientes de la Nación, a 46,5%.
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Un proceso que sería gradual, tomaría diez años comprendidos entre 2027 y 2036 y del que expertos y exministros de Hacienda han advertido su inviabilidad, pues no quedarían claras las nuevas competencias que deberían adquirir las regiones ante los mayores recursos que recibirían.
Por su parte, en Antioquia, el gobernador Andrés Julián Rendón ha dicho que la “descentralización” es una promesa incumplida en el marco de la Constitución de 1991 y que es la hora de “quebrarle el espinazo” al centralismo.
El proyecto avanzó silenciosamente en el Congreso, pero en la última semana saltó a la luz porque recibió el respaldo del Gobierno Nacional, aunque con cierta división entre los ministros del gabinete. En todo caso, hoy llegará al sexto de los ocho debates que requiere para ser aprobado.
Al respecto, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dejó una frase que resume su postura: “Descentralización sí, pero no así”.
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Lo afirmó en el marco de la COP 16, donde aprovechó para describir las condiciones que la cartera le pone a esa incitativa para que sea una realidad.
“Lo que nosotros estamos diciendo desde el Ministerio de Hacienda es que la versión que salió en quinto debate del Congreso es absolutamente insostenible. Que hay que trabajar en hacerle una gran cantidad de modificaciones y es lo que buscamos acordar desde el Gobierno“, resaltó.
Primero, dijo, hay que incorporar una discusión de competencias. Para él, los territorios no pueden esperar a que les den el doble de plata sin mirar cuáles son los nuevos compromisos que adquirirían.
La segunda condición es que solo tenga vigencia a partir de que se defina cuáles son las competencias que se van a trasladar, y que su vigencia sea a partir de 2027.
Lo tercero –y más importante para Bonilla– es que el Gobierno pide que se baje el umbral y se adopte el de la Misión de Descentralización, es decir, llegar a un 37% y que se difiera entre 15 y 20 años.
Recordó que la plata es de los mismos ingresos corrientes de la Nación con los que hoy se paga la deuda interna y externa y se cubren las vigencias futuras.
Por ahora el proyecto causa revuelo nacional y para algunos sus efectos serían incluso más grandes que el de las reformas laboral, pensional o tributaria.