El banco central de Estados Unidos (FED) se reunirá el miércoles y el jueves, al término de unas elecciones presidenciales que se anuncian muy reñidas y cuyo resultado probablemente aún no se conozca.
En cualquier caso, sus debates se centrarán en la reducción de los tipos de interés.
Los engranajes ya están en marcha y las tasas seguirán bajando.
Se prevé que se decida un recorte de un cuarto de punto porcentual, lo que aportará de nuevo un poco de flexibilidad a las finanzas de los consumidores.
Pero las discusiones tendrán lugar en un contexto especial, justo después de la contienda electoral estadounidense.
Cuando los debates comiencen, en la mañana del miércoles y el presidente de la FED Jerome Powell realice su rueda prensa es probable que aún no se sepa quién, entre la vicepresidenta y aspirante demócrata a la Casa Blanca Kamala Harris y el expresidente y candidato republicano Donald Trump, se alzó con la victoria.
“Será una rueda de prensa difícil de celebrar tan cerca de un evento nacional tan importante”, dijo a la AFP Jill Cetina, profesora de finanzas en la Universidad A&M de Texas y exvicepresidenta de la FED de Dallas.
“La FED intentará articular su visión de la economía y discernir, al igual que los inversores, qué políticas se avecinan y qué significarán para el crecimiento económico”, subrayó.
Washington publicó la semana pasada una serie de indicadores económicos que mostraban una economía sólida, pero alejándose de la euforia post-covid.
Así, el crecimiento del PIB en el tercer trimestre decepcionó, con un 2,8% a tasa anualizada, en comparación con el 3% en el segundo trimestre.
Pero fue el empleo el que produjo la peor sorpresa, con el número de creaciones más bajo desde diciembre de 2020, debido fundamentalmente a los huracanes que azotaron el país y a varias huelgas, en particular en Boeing.
Trump no dejó de denunciar, sin embargo, “una gran vergüenza para la nación” y de acusar a su competidora de haber “mentido durante años sobre el patético crecimiento del empleo, que nunca ha sido real”.
La mayoría de los economistas aconsejan que se tomen estas cifras con cautela.
“No sacaría una conclusión demasiado fuerte de esto cuando los otros datos indican que la economía en general es fuerte”, dijo Jill Cetina.
“En un momento crítico, la señal (...) lamentablemente no es clara para la Reserva Federal ni para los mercados, dadas las distorsiones debidas a los huracanes Helene y Milton y a la huelga de Boeing”, añadió Kathy Bostjancic, economista jefe de la compañía de seguros Nationwide.
Estas cifras, sin embargo, “sugieren que el mercado laboral continúa enfriándose”, añadió, precisando que se trata de una tendencia coherente con una reducción de los tipos de un cuarto de punto porcentual, que dejarían las tasas en un rango de 4,5 a 4,75%.
Tras estar en su nivel más alto durante más de un año para enfriar la inflación, la FED dispuso en septiembre el primer recorte desde marzo de 2020, de medio punto porcentual.
La inflación ha evolucionado en la dirección correcta, cayendo en septiembre a su nivel más bajo desde febrero de 2021, un 2,1% en un año, según el índice PCE, favorecido por la Reserva Federal y publicado el jueves.
“La actual desinflación y la desaceleración del mercado laboral, así como el fuerte crecimiento de la productividad, deberían favorecer una recalibración gradual de la política de la FED”, subrayó Gregory Daco, economista jefe de EY.
Daco apuesta a una caída de un cuarto de punto porcentual “en cada reunión hasta junio del próximo año”.
La Reserva Federal, sin embargo, no actualizará esta vez sus previsiones económicas, que sí hará en la próxima reunión de diciembre.