La posible implementación de un sistema arancelario proteccionista bajo el liderazgo de Donald Trump tendría repercusiones significativas para el retail mundial. Trump ha defendido los aranceles como una herramienta para proteger y fortalecer la industria estadounidense, lo cual implicaría un reordenamiento del comercio global.
Sin embargo, los efectos de estas políticas irían más allá de las fronteras de EE.UU., afectando profundamente a diversos actores, especialmente a las economías exportadoras y a los consumidores.
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Trump propone aumentar los aranceles generales a un 10%-20% y hasta un 60% en bienes provenientes de China. Esto generaría barreras para los productos chinos en el mercado estadounidense, reduciendo la competitividad de fabricantes y vendedores chinos, como las plataformas de e-commerce Shein y Temu, que actualmente envían millones de paquetes al día a EE.UU. En 2023, solo estas dos marcas enviaron juntas cerca de 600,000 paquetes diarios, generando una carga importante en infraestructuras, como aeropuertos y carreteras, y una huella ambiental considerable.
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Con la imposición de aranceles elevados, estas marcas tendrían mayores dificultades para competir en el mercado norteamericano, probablemente con una caída en ventas o la necesidad de replantear su modelo de negocio.
Los aranceles elevados harían que EE.UU. regresara a niveles proteccionistas de la década de 1930, como los de la Ley Smoot-Hawley, que desató represalias y llevó al colapso del comercio mundial durante la Gran Depresión. Hoy en día, el comercio internacional se basa en acuerdos y reglas establecidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para evitar medidas unilaterales como éstas, que empobrecen a los países vecinos. Maurice Obstfeld, ex economista jefe del FMI, advirtió que el enfoque proteccionista de Trump podría desestabilizar el sistema comercial global, afectando gravemente las cadenas de suministro y generando represalias de otras economías, especialmente de China y de países europeos exportadores.
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¿Y el retail?
Además del impacto en las exportaciones chinas, la industria del retail estadounidense también enfrentaría mayores costos. Las empresas que dependen de insumos y productos importados —incluyendo grandes retailers como Amazon y Walmart, que cuentan con una alta proporción de proveedores chinos— serían algunas de las más afectadas.
Para cubrir los costos de los aranceles, estas empresas se verían obligadas a subir precios o aceptar una reducción en sus márgenes, repercutiendo en el consumidor final.
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Según el Instituto Peterson de Economía Internacional, estas medidas proteccionistas añadirían un 0.4% a la inflación en 2025 y reducirían el PIB en un 0.23% para 2027.
Además, los consumidores estadounidenses serían los primeros en sentir los efectos en sus bolsillos, ya que muchos productos de bajo costo procedentes de China, como textiles y electrónicos, se encarecerían significativamente. Esto podría reducir el consumo en el retail y desacelerar el crecimiento de esta industria en EE.UU., que durante el primer mandato de Trump mostró un fuerte auge.
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Uno de los argumentos de Trump es que las importaciones masivas de productos chinos, especialmente en moda rápida, compiten de manera desleal con el retail local. Al no pagar impuestos en el mismo nivel que los negocios establecidos en EE.UU., estas marcas abaratan sus costos, lo cual es visto como una competencia injusta. Sin embargo, los aranceles no solo afectarían a estas marcas, sino también a retailers establecidos en EE.UU. que importan productos de bajo costo para mantener precios competitivos.
Trump también ha prometido atacar el robo minorista en EE.UU., una problemática en ascenso que, en 2022, costó a la industria alrededor de $112,000 millones. La protección de tiendas físicas contra el hurto y el control del comercio desleal son temas relevantes que impactan directamente en la competitividad y sostenibilidad de la industria.
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Para Leopoldo Vargas Brand “El proteccionismo arancelario propuesto por Trump puede ofrecer ciertos beneficios a la industria manufacturera estadounidense, pero, a su vez, plantea un escenario desafiante para el retail global. Las consecuencias abarcan desde un aumento de precios y una reducción de beneficios para retailers y consumidores hasta un debilitamiento de las cadenas de suministro internacionales y posibles represalias comerciales. La estabilidad del retail minorista mundial dependerá, en gran medida, de cómo EE.UU. y otras economías aborden estas políticas y las posibles tensiones comerciales que podrían desencadenarse”.
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La buena noticia para Colombia
Tal vez el aspecto más significativo para Colombia ha sido la elección de Bernie Moreno como nuevo senador republicano en Ohio, cercano al presidente Trump.
Moreno es el primer colombiano en llegar al Senado de EE. UU., obteniendo más de dos millones de votos. Es hijo de Martha Mejía Pradilla y Bernardo Moreno Mejía, una familia colombiana que emigró a los Estados Unidos en 1971. Sus hermanos también son líderes destacados en diferentes sectores: Roberto Moreno, fundador de Amarilo, la constructora más grande de Colombia, y Luis Alberto Moreno, expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo y exministro de Estado.
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Bernie, quien llegó a Estados Unidos a los cinco años de edad, es Administrador de Empresas de profesión. Inició su carrera empresarial en el sector automotor, adquiriendo su primer concesionario de automóviles en 2005. Con esfuerzo y espíritu emprendedor, convirtió el concesionario en uno de los grupos más grandes de Estados Unidos. Además, cofundó ChampTitles, una empresa que digitaliza la emisión de títulos de propiedad vehicular, eliminando la necesidad de documentos en papel.
La misión de Moreno será estrechar la relación de EE. UU. con Colombia en aspectos de comercio, fortaleciendo las relaciones entre empresarios para aprovechar oportunidades comerciales.