‘Guerra comercial’ de Trump pone en riesgo la industria automotriz: podría elevar precios de los vehículos

Los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump contra Canadá y México amenazaría la producción de los principales fabricantes de automóviles de Norteamérica, lo que impactaría los precios de los vehículos.

Y es que, incluso si un vehículo se ensambla en Estados Unidos, cada uno de ellos tiene partes importadas de México y Canadá que estarían sujetas a los aranceles, y que no se podrían sustituir fácilmente.

Además, alrededor del 90% de las exportaciones de automóviles tanto de México como de Canadá se dirigen a Estados Unidos, según la Asociación Mexicana de Fabricantes de Automóviles (Amia) y la Asociación Canadiense de Fabricantes de Vehículos.

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“En Canadá y México se construyen aproximadamente 5,3 millones de vehículos ligeros, de los cuales aproximadamente el 70% está destinado a Estados Unidos. Además, muchos vehículos fabricados en EE. UU. utilizan sistemas de propulsión y conjuntos de componentes de origen canadiense o mexicano; esos componentes también estarían sujetos a aranceles, lo que aumentaría los costos. Prácticamente ningún fabricante de equipos originales o proveedor que opere bajo el T-MEC (tratado entre México, Estados Unidos y Canadás) es inmune”, informó en un comunicado S&P Global Mobility, compañía de análisis del mercado automotriz.

Las estimaciones apuntan, entonces, a que los aranceles afectarían a casi una cuarta parte de los 16 millones de vehículos que se venden en EE.UU. cada año. Solo en 2024, el país americano importó unos 3,6 millones de vehículos ligeros de Canadá y México, lo que representa el 22% de todos los carros vendidos en el país. De hecho, México es actualmente la mayor fuente de importaciones de vehículos ligeros del mercado gringo, superando a Japón, Corea del Sur y toda Europa.

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De tal manera, una investigación de la consultora automotriz AlixPartners, citada por Bloomberg, arrojó que estos gravámenes añadirían 60.000 millones de dólares en costos a la industria automotriz norteamericana, lo que se terminaría trasladando a los consumidores.

Por su parte, datos de la firma de investigación Wolfe Research predicen que el precio promedio de un carro nuevo en EE. UU. podría aumentar en unos 3.000 dólares.

Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Piezas de Automóviles de Canadá, dijo en entrevista con The New York Times que creía que el anuncio de Trump era solo la salva inicial de lo que sería una negociación que trataría sobre aliados en una lucha contra China.

“¿Cómo compites con China si pones precios prohibitivos al aluminio de Quebec, a los automóviles de Ontario, al uranio de Saskatchewan y al petróleo de Alberta?”, comentó, mencionando algunas de las principales exportaciones canadienses a EE.UU.

Desde S&P Global Mobility consideraron que un arancel del 25%, como el que pretende Trump, sobre el costo promedio de 25.000 dólares en destino de un vehículo de México y Canadá sumaría 6.250 dólares. “Es probable que los importadores trasladen la mayor parte, si no la totalidad, de este aumento a los consumidores. Con los precios promedio de los vehículos cerca de máximos históricos, este arancel adicional pondría aún más presión sobre la asequibilidad”, advirtieron.

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¿Qué pasará en Colombia con el precio de los carros?

Desde la óptica de Rémi Stellian, profesor de Administración de la Universidad Javeriana, hay bastante competencia en el mercado de los carros, en particular desde el crecimiento de los constructores chinos, lo que podría limitar la posibilidad de aumentar los precios. Sin embargo, indicó, el precio no es el único argumento de venta.

“Personas y empresas en Colombia podrían aceptar un precio más elevado si esto significa adquirir un carro ‘hecho en EE.UU’, lo que constituye un argumento que puede pesar frente a los carros importados desde China. Esto pasa porque los constructores chinos han mejorado significativamente la calidad de sus carros, pero es una cuestión de percepción que aquí es importante. En Colombia lo hecho en EE.UU tiene hasta ahora una mejor percepción de calidad que lo hecho en China”, anotó

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Stellian añadió que hoy en día las cadenas de producción de carros son “globales”, es decir, un carro no se produce desde el inicio hasta el fin en el mismo país, sino que distintas fases de su producción se realizan en distintos lugares; esto hace que un aumento de aranceles traiga consecuencias significativas.

“Si se aplican nuevos aranceles en alguna fase de una cadena de producción, la disponibilidad de las mercancías correspondientes podría verse perjudicada, y esto tiene un potencial inflacionista (la escasez de un bien/servicio genera un aumento de su precio, y a su vez este aumento puede generar otros aumentos en otros mercados, de ahí la inflación)”, puntualizó el analista.

La crisis por Rusia

Fue en 2022 que la industria automotriz a nivel global sufrió también una crisis a raíz del conflicto de Rusia y Ucrania, dada la importancia que tiene el territorio ruso en la elaboración de algunos elementos esenciales para la producción de automotores, tales como el suministro de materiales semiconductores (específicamente a través del neón ucraniano y el paladio ruso), y de arneses de cableado eléctrico.

Ese hecho impactó el ritmo de producción mundial de vehículos, lo que provocó desafíos adicionales a los inventarios de los concesionarios globales y aumento de precios.

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