El mencionado sondeo analizó los precios de los huevos por docena en 13 diferentes países alrededor del mundo.
Los resultados son dicientes y muestran cómo en Europa y Norteamérica los valores de alimentos son significativamente más altos que en Latinoamérica.
(Vea también: Dura noticia (de plata) para amantes de la pasta, las salsas, el pan y otros en Colombia).
1️⃣ La escasez de huevos en EE.UU. llevó al gobierno a pedir ayuda a Europa 🛫, pero el impacto ya es global.
En 2023, una docena costaba $4.119 COP en EE.UU, hoy alcanza los $28.785 COP. 📈🔥
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— EMPORIA AGENCIA DE INVESTIGACIÓN DE MERCADOS (@EmporiaCyA) March 20, 2025
En Nueva York (Estados Unidos) y Londres (Inglaterra) se vieron los precios más altos. A su vez, en Asunción (Paraguay) y Ciudad de México se hallaron los valores más económicos, según el análisis.
Un elemento a destacar es que en Nueva York el valor promedio de la docena de huevos es de 28.785 pesos y en Bogotá es de 10.962 pesos. Es decir, casi 3 veces más alto en la ciudad estadounidense.
Los precios de los alimentos, como el huevo, son significativamente más altos en ciudades como Nueva York o Londres en comparación con Bogotá debido a una combinación de factores económicos, logísticos y regulatorios. Uno de los principales elementos que influyen en esta diferencia es el costo de vida.
Tanto Nueva York como Londres están entre las ciudades más caras del mundo, lo que se refleja en el precio de bienes y servicios, incluyendo la alimentación. En estas ciudades, los costos de alquiler de locales comerciales, bodegas y supermercados son elevados, lo que incrementa el precio final de los productos para el consumidor. Además, los costos laborales, como los salarios mínimos más altos y los beneficios obligatorios para los trabajadores, se trasladan a los precios de los alimentos.
Transporte y cómo afecta precio del huevo u otros alimentos
Otro factor clave es la dependencia de la importación y la distribución. En Bogotá, el huevo y otros productos agrícolas suelen ser de producción local, lo que reduce costos de transporte y almacenamiento.
En cambio, en Nueva York y Londres, una gran parte de los alimentos debe importarse desde regiones más alejadas, lo que encarece los costos debido a impuestos, aranceles y costos logísticos, como el transporte marítimo o aéreo y el almacenamiento en cadena de frío. Asimismo, la regulación sanitaria en países como Estados Unidos y el Reino Unido es más estricta, lo que implica mayores costos de producción y distribución para cumplir con normativas de seguridad y bienestar animal.