Esquemas sofisticados como el fraude por pagos push autorizados (APP), la identidad sintética y las redes de mulas han proliferado con la digitalización acelerada tras la pandemia.
Para contrarrestar estos riesgos, las instituciones financieras deben adoptar tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y la inteligencia del comportamiento, que permiten detectar patrones anómalos y autenticar usuarios sin fricción, detalló Rafael Costa Abreu, director de Planeación de Mercado para América Latina en LexisNexis Risk Solutions.
(Vea también: “Tendrán que cerrar”: alertan compleja situación para muchas empresas en Colombia).
Además, la colaboración entre instituciones, tanto dentro como fuera del sector financiero, resulta crucial.
A través del intercambio de información en redes de inteligencia colaborativa, las organizaciones pueden identificar señales de riesgo más allá de sus propios sistemas. Esta cooperación es clave para detectar actividades fraudulentas en tiempo real y evitar la propagación de estafas.
La implementación de soluciones tecnológicas integradas y la armonización de marcos regulatorios internacionales también son fundamentales para enfrentar un fenómeno que trasciende fronteras.
Así, el sector financiero puede convertir la prevención del fraude en una ventaja competitiva, asegurando transacciones más seguras y protegiendo a los consumidores en un entorno cada vez más digitalizado y complejo.
Por qué ciberseguridad es clave para empresas en Colombia
La ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental para la sostenibilidad y el crecimiento de las empresas en Colombia. En un entorno cada vez más digitalizado, donde las operaciones empresariales dependen de tecnologías conectadas a internet, la protección de los sistemas, redes y datos se vuelve crucial.
Las amenazas cibernéticas no solo representan riesgos económicos por pérdidas directas, sino también pueden comprometer la confianza de los clientes, afectar la reputación corporativa e incluso llevar a sanciones legales si se vulneran normativas de protección de datos como la Ley 1581 de 2012 o el Habeas Data. La transformación digital que atraviesan muchas compañías colombianas, impulsada por el comercio electrónico, la banca en línea y la automatización de procesos, requiere un enfoque de seguridad integral que acompañe cada etapa del desarrollo tecnológico.
Colombia no es ajena al incremento de los delitos informáticos. En los últimos años, el país ha visto un aumento significativo en los ciberataques, que van desde el robo de información confidencial hasta ataques de ransomware que paralizan por completo las operaciones de empresas públicas y privadas. Estos ataques son cada vez más sofisticados y dirigidos, aprovechando vulnerabilidades técnicas, errores humanos y la falta de cultura en ciberseguridad dentro de las organizaciones.
En este contexto, invertir en estrategias de prevención, detección y respuesta se vuelve indispensable. No se trata únicamente de implementar antivirus o firewalls, sino de desarrollar una cultura organizacional orientada a la ciberseguridad, capacitando a los empleados, evaluando continuamente los riesgos y actualizando las tecnologías utilizadas.
Cómo empresas ganan más fortaleciendo ciberseguridad
Además, la ciberseguridad representa una ventaja competitiva. En un mercado cada vez más exigente, las empresas que demuestran altos estándares de protección de la información generan mayor confianza entre sus clientes y socios comerciales.
Esto es particularmente importante en sectores como el financiero, salud, tecnología y servicios, donde el manejo de datos sensibles es constante. Contar con una estrategia sólida de ciberseguridad puede ser un factor diferenciador en licitaciones, alianzas o procesos de expansión internacional.
Por último, el papel del Estado también ha sido relevante, promoviendo iniciativas de fortalecimiento del ecosistema digital y cooperación público-privada para enfrentar amenazas comunes. Sin embargo, la responsabilidad principal recae en cada empresa, que debe asumir la ciberseguridad no como un gasto, sino como una inversión estratégica.
En definitiva, proteger los activos digitales es esencial para garantizar la continuidad del negocio, evitar pérdidas millonarias y contribuir al desarrollo económico seguro y sostenible de Colombia.