Un calvario sin fin: Las lesiones han sido el mayor obstáculo de David Ospina en su regreso a Nacional

El infarto puede manifestarse de diferentes formas. (Imagen de referencia).

David Ospina es sinónimo de grandeza para Atlético Nacional y para la Selección Colombia, pero también de lucha y resiliencia. Su regreso al equipo verdolaga en 2024 estuvo lleno de ilusión, pero a lo largo de los últimos meses, las lesiones han ensombrecido su retorno. En toda su carrera, el arquero de 36 años ha acumulado 790 días de inactividad por diversas lesiones, lo que equivale a dos años y dos meses fuera de las canchas. Su historial médico registra 24 lesiones, desde golpes leves hasta intervenciones quirúrgicas que lo han mantenido alejado del fútbol por largos periodos.

La más grave de todas fue la cirugía de codo que lo dejó 321 días sin jugar, un tiempo de angustia en el que trabajó incansablemente para volver a su mejor nivel. Sin embargo, desde su regreso a Nacional, Ospina ha debido abandonar la cancha en cuatro ocasiones debido a molestias físicas, una situación que preocupa tanto al cuerpo técnico como a la afición verdolaga.

El primer episodio alarmante ocurrió el 5 de agosto de 2024, cuando enfrentaban a Águilas Doradas. Ospina tuvo que ser sustituido al finalizar el primer tiempo tras sufrir una lesión en su brazo derecho. El parte médico confirmó un esguince en el codo, una lesión que revivió viejos fantasmas y que generó incertidumbre sobre su estado físico.

No pasó mucho tiempo antes de que la mala fortuna lo golpeara nuevamente. El 16 de septiembre, en los octavos de final de la Copa Colombia ante Alianza Valledupar, debió abandonar el partido a los 84 minutos debido a una nueva molestia. Lo que parecía una recaída menor se convirtió en una larga inactividad de 76 días, en los que se sometió a un exigente proceso de recuperación.

Cuando finalmente volvió a las canchas, la pesadilla no terminó. El 8 de diciembre de 2024, durante un partido contra Independiente Santa Fe en El Campín, Ospina se vio obligado a salir del juego a los 60 minutos. Pero en medio de su sufrimiento, logró redimirse. Su regreso fue clave para que Nacional consiguiera el doblete de final de año, obteniendo tanto la Liga como la Copa Colombia, demostrando que su calidad sigue intacta a pesar de las dificultades físicas.

Sin embargo, su calvario aún no ha terminado. En la ida de la final de la Superliga ante Bucaramanga, el pasado miércoles, un choque con Fabián Sambueza lo obligó una vez más a abandonar el campo de juego. El club aún espera los resultados de los exámenes médicos para determinar la gravedad de la lesión y el tiempo estimado de incapacidad.

Sebastián Botero, fisioterapeuta de Fisiolaser y experto en el tratamiento del dolor, ha analizado el caso de Ospina y explica tres factores clave que han influido en sus repetidas lesiones:

La edad: Aunque Ospina sigue siendo un arquero de élite, su edad es un factor a considerar. “No quiere decir que esté viejo para el deporte, pero es cierto que entre más años se tengan en comparación con un jugador de 20 años, la probabilidad de lesionarse aumenta. El cuerpo ha tenido más uso, más sobrecarga y más años de competencia”, señala Botero.

Las exigencias de la posición: El arquero debe realizar movimientos explosivos de aceleración y desaceleración, cambios de velocidad y dirección, así como estiramientos constantes para atajar el balón. “Esto genera un alto riesgo de lesión en el tren superior: hombros, codos, muñecas y espalda alta. También afecta el tren inferior, en especial rodillas, muslos y caderas por los movimientos rápidos”, agrega el especialista.

Los cambios bruscos de ritmo: A diferencia de los jugadores de campo, el arquero puede pasar largos periodos sin intervenir en el juego, lo que lo obliga a reaccionar rápidamente de un momento a otro. “Pasar de estar en reposo a moverse con intensidad y cambiar de posición repentinamente genera un mayor riesgo de lesión”, explica Botero.

En Atlético Nacional han implementado un plan especial para reducir los riesgos de lesión de Ospina y prolongar su continuidad en la cancha. La afición verdolaga, por su parte, espera que el ídolo pueda recuperarse una vez más y tener una temporada memorable, especialmente en la Copa Libertadores, donde su experiencia y liderazgo serán fundamentales.

David Ospina ha demostrado que es capaz de superar cualquier adversidad, pero su mayor desafío en esta etapa de su carrera es mantenerse sano. Su historia es la de un guerrero que no se rinde, un símbolo de lucha que, a pesar de las lesiones, sigue dejando el alma por los colores de Nacional.

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