Diana Camacho, médica del deporte, en '31 voces, 31 mujeres': "Permítanse no ser perfectas"

Diana Camacho, doctora FCF, habla del varo de la mujer en fútbol y la medicina

Diana Camacho, médica especialista en deporte, es una de las mujeres que ha estado detrás del éxito de las selecciones Colombia femeninas en los últimos años, cumpliendo un papel crucial: la preparación y recuperación de las futbolistas. 

En diálogo con Pulzo, para ’31 voces, 31 mujeres’, la doctora comentó cuál ha sido el reto más difícil en su carrera, teniendo en cuenta que desarrolló su profesión en dos sectores que a lo largo de la historia han liderado hombres.

“Mi camino ha estado lleno de retos y, sin duda, en una profesión en donde predominan los médicos hombres, lo más difícil ha sido ganarme la confianza de los cuerpos técnicos y los equipos médicos con lo que he trabajado“, dijo.

(Vea también: Natalia Gaitán en ’31 voces, 31 mujeres’: “Ser felices y disfrutar de lo que se hace”)

Diana Camacho estuvo en el cuerpo médico de la Selección Colombia que ocupó el segundo lugar en el Mundial Sub-17 de la India, una experiencia inolvidable y que marcó su carrera.

“La experiencia marcó mi vida por lo que vivimos y porque en la historia del fútbol colombiano es la primera vez que una selección de cualquier categoría, de cualquier género, llega a la final de una Copa del Mundo”, precisó.

De hecho, la doctora de la Federación Colombiana de Fútbol les envió un claro mensaje a las mujeres que sueñan con ser líderes y destacar en los diferentes ámbitos.

“Lo más importante de la vida es que lo más importante sea lo más importante. Esto parecería muy lógico, pero muchas veces cuando comparamos nuestras prioridades con el tiempo que le dedicamos no hay coherencia. Esa frase me ayuda a recordar todos los días la forma en la que quiero vivir“, indicó.

Y concluyó: “Un mensaje que quiero enviarles a las mujeres que quieren ser líderes es que permítanse no ser perfectas, podemos caernos, fallar, volver a empezar, cambiar de idea y no importa, todo hace parte del proceso. Creo que si le bajamos a la autoexigencia el mundo nos podría ver más y también aprender a valorarnos, amarnos, crecer y aportar mucho más”.

 

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