La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) aprobó en diciembre una movida empresarial en la que Ecopetrol cedió su participación en el bloque VMM32, ubicado en el Valle del Magdalena Medio entre Caldas y Cundinamarca, a la empresa Cementaciones Petroleras de Venezuela (Cpven E&P Corp sucursal Colombia). Esto, después de haber invertido al menos 13 millones de dólares en un área que aún tiene potencial de explotación.
De acuerdo con una investigación de La Silla Vacía, el problema es que esta empresa venezolana está ilíquida, pues en 2024 reportó que sus activos están soportados en gastos, que no tiene plata en bancos, y que además tiene una deuda de al menos 19.000 millones de pesos con Ecopetrol.
Y es que fue en octubre del año pasado que Ecopetrol cambió su intención de seguir explorando este bloque petrolero y pidió a la ANH que autorizara la cesión de su 51% de participación en la operación, luego de 14 años de exploración y de invertir millones de dólares en las 64.000 hectáreas que comprenden el campo VMM32.
Según el informe, la destinataria de la cesión, que fue la firma Cpven E&P Corp sucursal Colombia, hasta entonces tenía el 49% de los derechos y había sido la socia de Ecopetrol desde 2010, cuando fue adjudicado el bloque VMM32.
Ecopetrol respondió a ese medio que abandonó el bloque porque “determinó que no existe una prospectividad en el área que le resulte económicamente favorable” y no encontró “justificación técnica ni económica para invertir recursos adicionales”.
Sin embargo, una nota a los estados financieros de Cpven dice que en el bloque “existen otras zonas en las cuales Cpven encuentra indicios de una mayor prospectividad a las probadas por Ecopetrol” y que “los informes técnicos analizados hasta el momento son bastante alentadores”.
De manera tal que, si el resultado de esa perforación es positivo, Ecopetrol quedaría por fuera de ese negocio, a pesar de que ya había invertido una cantidad considerable de dinero.
Es de anotar que si bien ceder la participación en un bloque es una movida común en la industria petrolera, esta transacción ha despertado dudas.
Y es que el asunto no termina ahí. El grupo Cpven en Colombia es de propiedad de Eduardo José Pantin Shortt, miembro de una familia de empresarios venezolanos que ha estado salpicada en escándalos relacionados con el direccionamiento de millonarios contratos en Pdvsa, la estatal petrolera venezolana.
Según documentos revelados en la filtración de los FinCEN Files, citados por La Silla Vacía, Eduardo Pantin Shortt y su hermano Gerardo Pantin Shortt participaron en un esquema con el que cobraron millones de dólares por intermediar contratos en Pdvsa.
Los Pantin habrían recibido pagos de entre los 5 y 8 millones de dólares por hacer de puente para que Pdvsa pagara contratos a precios inflados a otras petroleras.
Particularmente, la vinculación de los hermanos Pantin Shortt, anotó el medio, estuvo relacionada con la petrolera Petrosaudi, empresa cuyos directivos fueron condenados por malversar 1.800 millones de dólares de un fondo de Malasia llamado 1MBD.
Además, los Pantin Shortt son primos segundos y aliados comerciales de Ronald Pantin, exdirectivo de la quebrada Pacific Rubiales y socio de Serafino Iacono.
Cabe recordar que Iacono fue quien le vendió a Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, un apartamento de lujo a un precio muy económico. La transacción ocurrió el 24 de abril de 2023, unas semanas antes de que Roa asumiera la presidencia de la petrolera colombiana, pero ya se sabía de su nombramiento.
Ese negocio no habría sido importante si no se hubieran conocido los intereses personales de Iacono en Ecopetrol: este empresario tiene una participación del 72% en el bloque de gas SN-9 (Sinú 9), ubicado en el departamento de Córdoba.
EL COLOMBIANO consultó con Ecopetrol y este afirmó que está preparando un comunicado en el que explicarán por qué la empresa decidió ceder dicho bloque.