El café colombiano sigue batiendo marcas y brindando buenas noticias a los productores. Por cuarto día consecutivo, la carga de 125 kilos se le pagó a los caficultores por encima de los $3 millones, cerrando el 6 de febrero en $3.159.000.
En la Bolsa de Nueva York, la libra alcanzó los US$4, aunque en la última jornada cerró en US$3,97. Pese a este leve ajuste, las expectativas apuntan a que el precio seguirá subiendo en el corto y mediano plazo.
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Los precios altos generan un impacto positivo en los caficultores, permitiéndoles mejorar sus ingresos y realizar nuevas inversiones en sus cultivos. No obstante, también generan incertidumbre sobre la estabilidad del mercado y los costos de producción en el futuro.
La Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) reveló cifras alentadoras de producción. En 2024, Colombia cosechó 14,39 millones de sacos, un crecimiento del 26% frente a los 11,43 millones de 2023.
Este incremento confirma una recuperación importante del sector, impulsada por mejores condiciones climáticas y estrategias de renovación de cafetales.
La tendencia sigue al alza: solo en enero de 2025, la producción sumó 1,35 millones de sacos, un 41% más que el mismo mes del año anterior.
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Para el primer mes del año, el consumo interno alcanzó 192.000 sacos, un 4,4% más que en 2024, lo que refleja una mayor cultura de consumo de café dentro del país.
Además, en el acumulado del año cafetero (octubre-enero), Colombia alcanzó los 6,25 millones de sacos, lo que representa un incremento del 35%. Estos datos refuerzan la idea de que el sector se encuentra en una etapa de expansión sostenida.
“En lo corrido del año cafetero (octubre - enero) Colombia completa una producción de 6,25 millones de sacos, lo que sugiere un 35%. En cuanto a exportaciones en enero 2025 Colombia exportó 1,15 millones de sacos lo que significa 23% comparado con el mismo mes del año anterior, y lo anterior con un precio histórico en beneficio de nuestras familias cafeteras”, indicó Germán Bahamón, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros.
En exportaciones, el café colombiano mantiene su protagonismo en los mercados internacionales. En enero de 2025, el país envió 1,15 millones de sacos al exterior, un 23% más que en el mismo mes del año pasado.
Durante todo 2024, se exportaron 10,6 millones de sacos, un repunte del 17% frente a 2023.
Estados Unidos sigue siendo el principal destino, recibiendo el 40% de los envíos. Este país ha mantenido su preferencia por el café colombiano debido a su calidad y reconocimiento en el mercado global. La meta preliminar para 2025 es alcanzar los 12,5 millones de sacos, lo que significaría un nuevo récord para el sector.
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Según el Dane, las exportaciones agropecuarias crecieron un 14% en 2024, sumando US$11.491 millones, y el café representó el 22% de esas ventas, solo superado por el banano y el aguacate. Estos números confirman el peso del café en la economía nacional y su rol como uno de los principales productos de exportación del país.
En medio de esta racha positiva, Fedecafé desmintió rumores sobre afectaciones al Fondo Nacional del Café. La agremiación aclaró que el fondo se alimenta de los US$0,6 que los caficultores pagan por cada libra exportada, y que las “cooperativas deudoras” no representan un riesgo, ya que sus posiciones en bolsa fueron cerradas.
Este pronunciamiento busca generar tranquilidad en el sector, asegurando que el buen momento del café no se verá opacado por informaciones erróneas.
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El precio del café sigue disparado y alcanzó un nuevo récord en Nueva York, mientras los tostadores se apresuran a asegurarse producto en un mercado cada vez más ajustado.
Los futuros del café arábica subieron hasta un 3,4%, según Bloomberg, superando por primera vez en la historia los US$4 por libra. Con 12 días consecutivos al alza, esta es la racha más larga jamás registrada. Además, la prima del contrato de marzo sobre los futuros de mayo está subiendo, lo que indica que hay más preocupación por la escasez a corto plazo.
El impacto ya se siente: los precios más altos amenazan con aumentar los costos para los tostadores y, por supuesto, para los consumidores. Y la situación no parece mejorar pronto. Brasil, el mayor productor de café, tendrá que esperar hasta mayo para el inicio de su cosecha, pero se espera una producción menor debido a las condiciones climáticas adversas.
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A esto se suma la incertidumbre por la guerra comercial. Las amenazas de aranceles por parte del gobierno de EE. UU. podrían complicar aún más el suministro.
“La escasez de café ya era un problema, pero los desafíos logísticos lo están empeorando”, explicó Tomás Araujo, de la firma StoneX a Bloomberg. “Las tensiones geopolíticas y la amenaza de nuevos aranceles están empujando a los transportistas a adelantar sus reservas fuera de las zonas afectadas”.