El boom de los juegos de azar: así se mueve el dinero en las apuestas en Colombia

Se necesitan más de 100,000 dólares al año para comprar una casa en Estados Unidos, según datos del Censo

Las apuestas en línea y presenciales han dejado de ser un simple pasatiempo para convertirse en un renglón importante dentro del consumo de los colombianos.

De acuerdo con un reciente informe de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, el comportamiento del gasto en apuestas refleja cambios significativos en la economía del país y en los hábitos financieros de los consumidores.

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Estos resultados también los confirma el último informe del BBVA Research sobre el consumo en Colombia que, al revisar los datos de recreación, desde el 2020, los juegos de azar y las apuestas son los que más pesan en el consumo de los colombianos.

Y pese a que, según el análisis de BBVA Research, un colombiano, en promedio, centra su consumo o gasto en tres rubros: pagar el arriendo de su vivienda, pagar los servicios de salud y pagar la comida (bien sea en restaurantes o haciendo mercado); en el área de recreación, los juegos de azar y apuestas son los que más tienen relevancia en el gasto desde la pandemia. “Este gasto supera ampliamente al destinado a actividades como conciertos, teatro y videojuegos”.

Según el informe de Bancolombia, los principales jugadores en este mercado son los hombres solteros sin hijos, pertenecientes a la Generación X y los millennials. Es decir, las personas entre 30 y 50 años son las que más gastan en este tipo de entretenimiento. Además, se encontró que quienes cuentan con ingresos altos triplican el ticket promedio de los jugadores de menores ingresos.

En términos de género, por cada 10 apostadores, nueve son hombres y solo una es mujer, lo que evidencia una marcada inclinación masculina en este tipo de actividades. Uno de los hallazgos más relevantes del informe de Bancolombia es que el gasto en apuestas ha cambiado las prioridades de consumo de los colombianos.

Por ejemplo, los apostadores han reducido significativamente sus compras de bienes durables y semidurables, redirigiendo su gasto hacia el entretenimiento, los viajes, el hospedaje y los restaurantes.

El ticket promedio por apuesta se ha incrementado constantemente desde 2017. En 2024, las cifras mostraron que los apostadores activos gastaron en promedio $365.185 por transacción, mientras que los esporádicos gastaron $217.760. En comparación, en 2017 estos valores eran de $129.454 y $183.843, respectivamente.

Otro dato curioso es que los apostadores prefieren adquirir sus alimentos a través de servicios de domicilios en lugar de ir al supermercado, a diferencia de quienes no participan en apuestas.

El informe también destaca que en 2024 hubo 2,04 millones de establecimientos activos en el sector de las apuestas, con una facturación anual de $51 billones.

Además, 13,2 millones de tarjetahabientes realizaron transacciones en esta industria, consolidando a las apuestas como un mercado dinámico y en crecimiento.

La cantidad de transacciones en 2024 alcanzó los 328 millones, lo que representa un aumento significativo respecto a años anteriores.

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Además, las plataformas digitales han sido grandes protagonistas de este fenómeno. El gasto en suscripciones, aplicaciones y compras en línea ha mantenido un crecimiento constante, lo que demuestra que los colombianos cada vez están más inclinados a realizar sus apuestas a través de internet.

Entre 2020 y 2022, la popularidad de las apuestas alcanzó niveles históricos, coincidiendo con el auge del entretenimiento digital durante la pandemia. No obstante, desde finales de 2023, el interés ha disminuido levemente, lo que podría indicar una estabilización en este mercado.

Si bien las apuestas siguen siendo un gasto importante dentro del presupuesto de muchos colombianos, el informe de Bancolombia sugiere que la industria podría empezar a cambiar su dinámica. Con la disminución del interés, es posible que los operadores busquen nuevas estrategias para atraer a los jugadores, como promociones, bonos y mayor gamificación (juegos).

Además, el crecimiento del gasto en entretenimiento digital y suscripciones sugiere que el futuro del sector podría estar ligado a la expansión del contenido interactivo y la integración con otras formas de entretenimiento.

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Sin embargo, la industria enfrenta desafíos, como los impuestos. Con la expedición del Decreto 0175, por la conmoción interior, el Gobierno busca aplicar IVA a los montos depositados por los apostadores, lo que podría afectar la rentabilidad del sector y empujar a los jugadores hacia plataformas ilegales. Las empresas alertan que solo les quedaría el 29% de los ingresos, lo que haría inviable la operación.

A pesar de los desafíos, el sector ha sido un gran aliado del Estado. Desde 2017, ha transferido $1,1 billones al sistema de salud, y los juegos online ya representan el 23,2% del total recaudado por la industria del azar. No obstante, la incertidumbre fiscal, según Fecoljuegos, podría frenar esta fuente de ingresos y poner en jaque este negocio que ha crecido a pasos agigantados.

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Las apuestas en línea y presenciales han dejado de ser un simple pasatiempo para convertirse en un renglón importante dentro del consumo de los colombianos.

De acuerdo con un reciente informe de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, el comportamiento del gasto en apuestas refleja cambios significativos en la economía del país y en los hábitos financieros de los consumidores.

Estos resultados también los confirma el último informe del BBVA Research sobre el consumo en Colombia que, al revisar los datos de recreación, desde el 2020, los juegos de azar y las apuestas son los que más pesan en el consumo de los colombianos.

Y pese a que, según el análisis de BBVA Research, un colombiano, en promedio, centra su consumo o gasto en tres rubros: pagar el arriendo de su vivienda, pagar los servicios de salud y pagar la comida (bien sea en restaurantes o haciendo mercado); en el área de recreación, los juegos de azar y apuestas son los que más tienen relevancia en el gasto desde la pandemia. “Este gasto supera ampliamente al destinado a actividades como conciertos, teatro y videojuegos”.

Según el informe de Bancolombia, los principales jugadores en este mercado son los hombres solteros sin hijos, pertenecientes a la Generación X y los millennials. Es decir, las personas entre 30 y 50 años son las que más gastan en este tipo de entretenimiento. Además, se encontró que quienes cuentan con ingresos altos triplican el ticket promedio de los jugadores de menores ingresos.

En términos de género, por cada 10 apostadores, nueve son hombres y solo una es mujer, lo que evidencia una marcada inclinación masculina en este tipo de actividades. Uno de los hallazgos más relevantes del informe de Bancolombia es que el gasto en apuestas ha cambiado las prioridades de consumo de los colombianos.

Por ejemplo, los apostadores han reducido significativamente sus compras de bienes durables y semidurables, redirigiendo su gasto hacia el entretenimiento, los viajes, el hospedaje y los restaurantes.

El ticket promedio por apuesta se ha incrementado constantemente desde 2017. En 2024, las cifras mostraron que los apostadores activos gastaron en promedio $365.185 por transacción, mientras que los esporádicos gastaron $217.760. En comparación, en 2017 estos valores eran de $129.454 y $183.843, respectivamente.

Otro dato curioso es que los apostadores prefieren adquirir sus alimentos a través de servicios de domicilios en lugar de ir al supermercado, a diferencia de quienes no participan en apuestas.

El informe también destaca que en 2024 hubo 2,04 millones de establecimientos activos en el sector de las apuestas, con una facturación anual de $51 billones.

Además, 13,2 millones de tarjetahabientes realizaron transacciones en esta industria, consolidando a las apuestas como un mercado dinámico y en crecimiento.

La cantidad de transacciones en 2024 alcanzó los 328 millones, lo que representa un aumento significativo respecto a años anteriores.

Además, las plataformas digitales han sido grandes protagonistas de este fenómeno. El gasto en suscripciones, aplicaciones y compras en línea ha mantenido un crecimiento constante, lo que demuestra que los colombianos cada vez están más inclinados a realizar sus apuestas a través de internet.

Entre 2020 y 2022, la popularidad de las apuestas alcanzó niveles históricos, coincidiendo con el auge del entretenimiento digital durante la pandemia. No obstante, desde finales de 2023, el interés ha disminuido levemente, lo que podría indicar una estabilización en este mercado.

Si bien las apuestas siguen siendo un gasto importante dentro del presupuesto de muchos colombianos, el informe de Bancolombia sugiere que la industria podría empezar a cambiar su dinámica. Con la disminución del interés, es posible que los operadores busquen nuevas estrategias para atraer a los jugadores, como promociones, bonos y mayor gamificación (juegos).

Además, el crecimiento del gasto en entretenimiento digital y suscripciones sugiere que el futuro del sector podría estar ligado a la expansión del contenido interactivo y la integración con otras formas de entretenimiento.

Sin embargo, la industria enfrenta desafíos, como los impuestos. Con la expedición del Decreto 0175, por la conmoción interior, el Gobierno busca aplicar IVA a los montos depositados por los apostadores, lo que podría afectar la rentabilidad del sector y empujar a los jugadores hacia plataformas ilegales. Las empresas alertan que solo les quedaría el 29% de los ingresos, lo que haría inviable la operación.

A pesar de los desafíos, el sector ha sido un gran aliado del Estado. Desde 2017, ha transferido $1,1 billones al sistema de salud, y los juegos online ya representan el 23,2% del total recaudado por la industria del azar. No obstante, la incertidumbre fiscal, según Fecoljuegos, podría frenar esta fuente de ingresos y poner en jaque este negocio que ha crecido a pasos agigantados.

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