Con US$382.000 millones de patrimonio, Elon Musk es la persona más rica del planeta. Su poderío e influencia es cada vez más notorio y ya no es solo económico, sino que también tiene un tinte político.
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Las cuentas apuntan a que el empresario dueño de Tesla y la red social X donó más de US$260 millones a la campaña de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Ambos comparten una poderosa amistad que llegó a sacudir el mundo y las entrañas del gobierno gringo.
Es que en los últimos días Musk dio una muestra de su relevancia para Trump durante la segunda etapa en la Casa Blanca. Como es de recordar, el magnate fue nombrado director del Departamento de Eficiencia Gubernamental estadounidense (Doge, por sus siglas en inglés) y el fin de semana sorprendió a los trabajadores federales.
“¿Qué hiciste la semana pasada?”, leyeron el sábado, en sus correos, los trabajadores del Departamento de Estado, el FBI, la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor –entre varias oficinas de gobierno más– quienes sorprendidos vieron cómo se les pedía dar cinco ejemplos de sus logros la semana anterior, los cuales debían enviarse antes de la medianoche del lunes.
Momentos antes, Musk había anticipado en su cuenta de X que este mensaje les llegaría y, en caso de que no respondieran, se daría por sentada su renuncia.
“De acuerdo con las instrucciones del presidente Donald Trump, todos los empleados federales recibirán en breve un correo electrónico solicitando comprender lo que hicieron la semana pasada. La falta de respuesta se considerará como una renuncia”, dijo.
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Más allá de si es una política de Trump o no, a Musk parece no disgustarle. De hecho, el mensaje enviado por el Doge recuerda un episodio del empresario con los trabajadores de Tesla en el 2022.
“Si no te presentas (en la oficina), asumiremos que has dimitido”, dijo en la primavera de ese año, a través de una carta a sus trabajadores.
El millonario no ha ocultado su oposición al teletrabajo. Se le ha escuchado decir: “Si quieres trabajar en Tesla, en SpaceX o en X, tienes que venir todos los días a la oficina” o “(los trabajadores remotos) se aprovechan de quienes no pueden hacerlo”.
La reciente polémica no cayó bien en buena parte de los trabajadores federales. De acuerdo con el medio AP, este lunes se presentó una demanda por parte de sus abogados, quienes argumentaron que Musk violó la ley.
La demanda llegó al tribunal federal de California y busca inhabilitar los despidos masivos a los que trabajadores temen durante la actual administración.
“Ninguna regla, regulación, política o programa de la OPM ha exigido, en la historia de Estados Unidos, que todos los trabajadores federales presenten informes a la OPM”, dice la demanda revelada por AP.
Las demandas se suman a la resistencia a la directriz de algunos líderes nombrados por Trump, referenciada por The New York Times.
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Según este medio, funcionarios de departamentos como “el FBI, la oficina que coordina las agencias de inteligencia de Estados Unidos y los Departamentos de Defensa, Estado, Energía, Salud y Servicios Humanos y Seguridad Nacional” dijeron a los trabajadores que no respondieran el correo que preguntaba sobre sus logros.
Datos de la Oficina de Estadísticas Laborales indican que aproximadamente 3 millones de personas componen los cargos federales en Estados Unidos, y cerca 300.000 se renuevan cada año –entre personas que salen y entran al gobierno–.
Puertas para adentro hay incertidumbre, porque es bien sabido que tanto Trump como Musk consideran que debe haber una reducción del Estado, lo que implicaría varios recortes.
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