Las otras ‘escombreras’: así va la búsqueda de 124.734 desaparecidos del conflicto

En el país hay 10.682 puntos de interés forense y 1.446 están intervenidos. Se han recuperado 2.495 cuerpos.

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El lugar, que ahora es parte del parque Villa Mayor, fue hasta hace unos años una fosa común. Y, como sucede en otras regiones del país, la gente decidió adoptar a esos muertos sin dolientes y visitarlos y rezarles a cambio de algún favor de las ánimas.

El universo de búsqueda es de más de 124.000 personas dadas por desaparecidas UBPDD

Ese cementerio de la capital es uno de los 10.682 ‘puntos de interés forense’ identificados en el país como posibles destinos de los desaparecidos del conflicto armado. Allí hay 2.500 personas enterradas como NN en 1.250 bóvedas de tres pabellones.

Tres cuerpos ya han sido recuperados. Uno de ellos correspondería al de un hombre del municipio de Apulo, Cundinamarca, cuya familia reportó su desaparición hace años. “De mi hermano tengo los recuerdos más bonitos. Fue un niño soñador, hijo de campesinos (...). Siento dolor, por una parte, pero mucha esperanza de poder tener los restos de él, de poderle dar sepultura y saber dónde está”, dice Didier Ortega, uno de los hermanos.

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En los registros oficiales se reportaron, hasta la firma del acuerdo de paz en 2016, 124.734 víctimas de desaparición forzada. Este es el universo que manejan la Unidad de Búsqueda, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y Medicina Legal, que desde hace ocho años heredaron la tarea de tratar de regresar a sus familias a las personas cuyo rastro se perdió durante la guerra. Pero como el conflicto no se ha detenido, el número ha seguido creciendo en los últimos años.

Cementerios, ríos, manglares y botaderos de basura –como La Escombrera, en la comuna 13 de Medellín– son escenario de intervenciones forenses. De esa lista de más de 10.000 posibles zonas con despojos humanos, la Unidad de Búsqueda ya ha intervenido, o lo está haciendo, 1.446 puntos.

Una de las características de estos trabajos es la presencia de las familias en cada parte del proceso. Ellas, que viven en un duelo suspendido, están yendo con el Estado hasta las montañas, las selvas o los cementerios, que en decenas de regiones del país fueron utilizados para borrar el rastro de las víctimas del conflicto.

Intervenciones en el cementerio del Huila. UBPD

A medida que se ha fortalecido la confianza en esta labor, han empezado a llegar cada vez más solicitudes de búsqueda.

Actualmente hay 32.406 personas con requerimientos de sus parientes y se han tomado 17.624 muestras, que van al banco genético con el que se coteja el ADN de los cuerpos encontrados.

Los laboratorios de identificación están ubicados en Bogotá, en el San Juan de Dios, y está por entrar en funcionamiento la nueva sede de Medellín. Allí llegan las muestras para hacer el estudio antropológico, odontológico y dactilar para identificar a la persona dada por desaparecida y, lo que es el propósito final, dar con quienes lo siguen buscando.

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No obstante, hubo 74 cuerpos identificados que no registraron solicitudes. Para esos casos se lanzó una estrategia que fue bautizada como ‘Búsqueda inversa’, porque son los muertos buscando a los vivos. Con fotos, retratos reconstruidos y la información de los desaparecidos, que se difundieron por radio, televisión y redes sociales, la Unidad de Búsqueda logró dar con 41 familias.

Las otras ‘escombreras’

Si bien el hallazgo en La Escombrera acaparó la atención mediática por la utilización política del hecho –que terminó eclipsando el dolor de las víctimas–, en Colombia hay otras intervenciones que, por el nivel de complejidad, se consideran históricas.

Acción de búsqueda en Roncesvalles, Tolima. UBPD

Dos de ellas se sitúan en el río Cauca y en el Estero San Antonio, un manglar en Buenaventura señalado como un lugar donde se arrojaron cuerpos durante décadas de conflicto armado. Sobre estos dos puntos, la JEP ha dictado medidas cautelares (mediante orden judicial) para resguardar las zonas y tratar de proteger los posibles cuerpos que puedan seguir ocultos allí.

“La principal dificultad ha sido que la mayoría de los cadáveres se arrojaron al cauce del río, por lo que muchos de ellos están a decenas de kilómetros de donde fueron lanzados. Incluso algunos se han venido encontrando en los departamentos de Risaralda y Caldas”, narró el magistrado Raúl Sánchez, quien coordina la búsqueda en el río Cauca.

Así mismo, las condiciones de seguridad, sobre todo en los municipios de Suárez, Buenos Aires y Jamundí, han torpedeado el trabajo. “En una de las visitas los funcionarios que estaban haciendo la inspección no pudieron continuar río arriba porque había grupos de las disidencias de ‘Mordisco’ que estaban haciendo acciones de minería”, señaló el magistrado.

La JEP y la Unidad de Búsqueda siguen en la tarea, focalizándola en los puntos identificados como lugares donde se arrojaron cuerpos: el Puente de la Balsa, Bocas del Río Timba, El Boom, La Curva del Muerto, Charco El Perro y La Isla; nombres desconocidos para la mayoría de colombianos, pero que a miles de familias les recuerdan el horror de la guerra.

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En el caso del Estero San Antonio, en Buenaventura, la búsqueda de desaparecidos es subacuática, una labor sin precedentes.

El universo de búsqueda en este municipio es de 940 personas, y se cree que al menos 205 de ellas pueden estar en los esteros. Allí hay un equipo de 13 profesionales, entre ellos un antropólogo subacuático, para intentar hallar y recuperar las estructuras óseas. En el sector de La Isla fueron encontradas dos estructuras óseas, pero se están analizando las muestras para comprobar si se trata de víctimas de crímenes recientes.

Hallazgo de material genético de desaparecidos en Chocó Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas

Por los minerales y sales del agua, la descomposición de los cuerpos es más acelerada, lo cual es otro de los retos. La JEP también le dictó medida cautelar a este punto de interés forense, evitando el dragado y cualquier tipo de obra civil que pueda amenazar las labores.

“Con la Unidad hemos venido trabajando en una serie de experimentos para tratar de determinar los posibles lugares de búsqueda a partir de un análisis de mareas y corrientes (...). Buenaventura tiene una complicación y es que, aún en tierra, al momento de la excavación se encuentra agua inmediatamente. Esto hace muy difícil la búsqueda”, contó el magistrado Gustavo Salazar, autor de la medida cautelar.

La identificación

En los laboratorios, donde trabajan dos equipos de 39 personas (24 en Medellín y 15 en Bogotá), aún hay 300 cuerpos pendientes por identificar. Por este represamiento, la directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Janeth Forero, aseguró que 2025 será el año de la identificación.

“Hay un gran cuello de botella en la identificación porque se necesita hacer un abordaje forense. Es decir, aquellos que no tienen necropsia, hay que volver a hacerles el procedimiento; los que no tienen valoración antropológica, hay que volver a hacerla; y hay que volver a hacer un análisis odontológico en los casos en que se recuperan, por ejemplo, cráneos. En esto nos vamos a enfocar”, le dijo a este diario la funcionaria.

Justicia y Paz ha entregado 5.029 cuerpos

Según la Comisión de la Verdad, los grupos paramilitares fueron los mayores perpetradores de las desapariciones, siendo responsables del 52 % de los casos.

Con la Ley de Justicia y Paz, la Fiscalía recibió múltiples denuncias sobre personas dadas por desaparecidas e información de la ubicación de fosas comunes que entregaron los ‘paras’ desmovilizados. Para proceder con la búsqueda, se creó el Grupo interno de trabajo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas (Grube), conformado por fiscales, investigadores y técnicos encargados de realizar exhumaciones a lo largo y ancho del país.

Con corte a diciembre de 2024, el Grube había desenterrado 8.736 cadáveres, de los cuales 5.029 fueron identificados y entregados a sus familiares.

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Sara Valentina Quevedo

Redacción Justicia

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