De la duda al éxito: Efraín Juárez, arquitecto del título 34 verdolaga

Muelle de Buenaventura. (Imagen de referencia).

Efraín Juárez se presentó ante la hinchada del Atlético Nacional con unas palabras que resonaron como una declaración de principios. Las mencionó en una entrevista con este diario: “Podemos ganar, empatar o perder, pero el esfuerzo, la lucha, la entrega, la garra y la actitud no faltarán nunca; el día que falten, agarraré mi mochila y me iré”.

Estas frases, pronunciadas con firmeza y convicción, fueron su carta de presentación al tomar las riendas del club más laureado de Colombia. Desde entonces, Juárez ha dejado una huella en el corazón del club verde y de su hinchada.

Un inicio envuelto en dudas

La llegada de Juárez al banquillo verdolaga no estuvo exenta de polémica. El mexicano asumía el mando en medio de una liga ya en curso, reemplazando a un técnico con trayectoria como Pablo Repetto. Para una hinchada acostumbrada a los éxitos, la elección de Juárez, sin experiencia previa como entrenador principal, fue vista como una apuesta arriesgada.

Los críticos no tardaron en cuestionar su capacidad para adaptarse al entorno colombiano y liderar a un equipo que exige excelencia en cada presentación. Sin embargo, el respaldo de la dirigencia fue inquebrantable. Tanto el presidente del club, Sebastián Arango, como el director deportivo, Gustavo Fermani, defendieron con convicción la visión de Juárez.

“El profe Juárez nos ha devuelto la jerarquía. Les ha dado a los jugadores confianza para explotar su máximo potencial. Su estructura de juego, orden y manejo del grupo son excepcionales. Ha entendido que esta institución está por encima de todos nosotros y ha trabajado incansablemente por nuestros objetivos”, afirmó Arango.

La evolución bajo su mandato

A pesar de un inicio lleno de incertidumbre, Juárez logró transformar al Atlético Nacional en un elenco dinámico y ordenado. Su claridad táctica y su enfoque en el trabajo en equipo permitieron una mejora progresiva en el rendimiento. El equipo no solo empezó a ganar, sino que también recuperó esa mística que tanto caracteriza al club.

Uno de los hitos más significativos fue la victoria sobre el Independiente Medellín, poniendo fin a una racha de cinco clásicos sin triunfos. Este éxito no solo restauró la confianza de la afición, sino que también reafirmó la capacidad de Juárez para devolverle al equipo su jerarquía.

El técnico también hizo historia al convertirse en el segundo entrenador más joven en ser campeón con Nacional, con tan solo 36 años, después de René Seghini en 1962 (32 años). Ahora, se prepara para buscar un segundo título en el mismo mes, al enfrentarse al Tolima en la final de la Liga desde este miércoles.

Un líder adentro y afuera

Juárez no solo se ha ganado el respeto por sus resultados, sino también por su actitud autocrítica y su liderazgo. Siempre dispuesto a reconocer errores y a buscar mejorar, se ha convertido en una figura confiable para los hinchas y los jugadores. Detrás del estratega también hay un hombre profundamente humano. Su familia es su refugio. Su esposa Carlotta, de raíces italianas, y sus hijos, Andrew y Gaia, son los pilares que lo sostienen. Esta conexión personal también se refleja en su forma de liderar: cercano, comprometido y apasionado.

Las piezas clave de un título

El éxito de Juárez también se debe al trabajo conjunto con los jugadores. David Ospina, a pesar de un inicio complicado por lesiones, fue fundamental tanto en el arco como en el camerino. Los laterales Andrés Román y Álvaro Angulo aportaron goles, mientras que Willian Tesillo y Felipe Aguirre consolidaron una defensa más sólida. En el medio campo, Sebastián Guzmán y Jorman Campuzano brindaron equilibrio, y Edwin Cardona demostró su magia en momentos clave. Marino Hinestroza, con su velocidad y desborde, también fue determinante, mientras que Alfredo Morelos encontró el gol en los momentos más oportunos, y Andrés Sarmiento vino de menos a más.

El sueño que no se detiene

Efraín Juárez ha superado las expectativas iniciales y ha hecho que el Atlético Nacional vuelva a soñar en grande. Pero lejos de conformarse, su meta es seguir construyendo un equipo que esté a la altura de la historia del club. “El esfuerzo, la lucha, la entrega, la garra y la actitud no faltarán nunca”, prometió.

Hoy, con un título en el bolsillo y la posibilidad de otro, esas palabras resuenan más fuertes que nunca. Efraín Juárez no solo ha cumplido su promesa, sino que ha devuelto al Atlético Nacional parte de la grandeza perdida.

Section
ID externos
9d153216-a61b-47f7-85e0-788150cdc386

Compartir en: