Colombia ha dado pasos importantes en la reducción de la pobreza, incluso tras la pandemia de covid-19. Sin embargo, persisten profundas desigualdades en el acceso a oportunidades entre distintos grupos sociales y regiones del país, y niveles de pobreza muy diferentes.
Lo anterior fue abordado en un reciente informe del Banco Mundial, el cual destacó que en Colombia tres de cada 10 personas vive en la pobreza.
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De acuerdo con el análisis, después del pico inducido por la pandemia, la reducción de la pobreza monetaria en Colombia comenzó a repuntar, pasando del 39,7 % en 2021 al 33 % en 2023; es decir, 2,9 millones menos de personas viven en pobreza monetaria.
No obstante, 16 millones de colombianos aún viven bajo esta condición. De estos, 11,9 millones viven en zonas urbanas (en un país en el que el 76 % de la población vivía en zonas urbanas en 2023), y siete departamentos concentran más de la mitad de la población empobrecida del país: solo en la región Caribe se concentra un tercio de los individuos más pobres.
Otro factor que resaltó el organismo es que las brechas de pobreza entre regiones del país son elevadas. Afirmó que aunque se espera que el crecimiento económico sea un proceso desequilibrado, las desigualdades regionales en la producción económica en Colombia son más de dos veces superiores a las de los países de la Ocde.
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Estas disparidades también se observan en el ámbito del bienestar. En comparación con otros países de la Ocde, Colombia y México se destacan por tener las mayores brechas regionales de pobreza.
“Existe una diferencia de más de 50 puntos porcentuales entre los departamentos con mejores y peores resultados en materia de pobreza, frente a una brecha media de 18 puntos porcentuales en los países de la Ocde. Dentro de la región de América Latina y el Caribe, Colombia ha alcanzado el 17 % de la máxima segregación hipotética posible entre departamentos, solo superada por Panamá”, indicó el Banco Mundial.
Agregó que esto refleja importantes brechas en las condiciones de vida en todo el país, evidentes también en otras medidas de desarrollo. Por ejemplo, mientras que Bogotá tiene un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,786, el de Guainía se ha deteriorado y alcanza un mínimo de 0,538.
Y es que entre las principales problemáticas que identificó el informe sobre Colombia está el acceso escaso o nulo a los servicios de salud en algunas zonas, así como deficiencias en la disponibilidad de personal de salud, medicamentos y financiación; calidad de las escuelas y de los profesores muy diferente en el territorio; elevada informalidad de la tierra, que limita su uso como activo productivo; la vivienda como una de las principales fuentes de vulnerabilidad intraurbana; municipios aislados o que tienen poca conectividad con los centros económicos; coordinación limitada entre niveles de gobierno y sectores; y deficiencias en la movilización y gestión de los recursos nacionales, especialmente entre los municipios más pobres.
El organismo internacional considera que el diseño de políticas con una perspectiva espacial sigue siendo una oportunidad desaprovechada en Colombia.
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A nivel mundial, señaló, se ha prestado cada vez más atención al diseño y la aplicación de políticas mejor adaptadas a los contextos y las dotaciones locales (estrategias sensibles al lugar), y que equilibren las políticas y prioridades diseñadas a nivel central con las obligaciones, instituciones y prioridades a nivel local y regional.
De esta manera, propuso al país diseñar y ejecutar políticas diferenciales como invertir en aumentar el acceso de los pobres a los activos productivos, y mejorar la capacidad fiscal y de gestión de los gobiernos subnacionales para mejorar en la prestación de servicios y el desarrollo local.