En la final de la Superliga colombiana disputada este jueves entre Atlético Bucaramanga y Atlético Nacional, una jugada polémica marcó el desarrollo del partido.
Al minuto 18, Marino Hinestroza, jugador de Nacional, avanzaba en velocidad hacia el área rival cuando fue derribado por Aldair Gutiérrez, defensor del Bucaramanga. Inicialmente, el árbitro Carlos Ortega sancionó la falta con tarjeta amarilla.
Sin embargo, tras la intervención del VAR y una revisión detallada, Ortega cambió su decisión y expulsó a Gutiérrez con tarjeta roja directa, dejando al equipo leopardo con diez jugadores desde temprano en el encuentro.
La decisión generó opiniones divididas entre aficionados y analistas. Algunos consideraron que la expulsión fue excesiva, argumentando que había otro defensor que podría haber intervenido en la jugada, lo que cuestiona si realmente se trataba de una ocasión manifiesta de gol.
En su cuenta de X (antes Twitter), el exárbitro José Borda fue uno de los que criticó la decisión Carlos Ortega: “no veo juego brusco grave y menos dogso. ¡Exagerada!
Por otro lado, hay quienes respaldan la decisión arbitral, señalando que Hinestroza tenía una clara oportunidad de gol y que la falta de Gutiérrez interrumpió una jugada prometedora.
Además, se llegó a mencionar que la expulsión del defensor del cuadro santandereano también fue justa desde la interpretación de juego brusco grave, luego del impacto de Gutiérrez a la altura de la rodilla del atacante de Nacional.
Cabe recordar que el reglamento, para juzgar este tipo de acciones, tiene en cuenta los siguientes ítems: “distancia entre el lugar donde se cometió la infracción y la portería; dirección del juego; probabilidad de mantener o recuperar el balón; posición y número de defensores”.
Finalmente, tras un empate sin goles en el tiempo reglamentario, Atlético Nacional se coronó campeón en la tanda de penales, imponiéndose 4-3 y obteniendo su primer título del año.