El núcleo de la Tierra esconde deformaciones increíbles que podrían parecerse a montañas, volcanes y derrumbes Por Félix Riaño @LocutorCo
Hallazgos recientes revelan deformaciones insólitas en el núcleo terrestre, planteando interrogantes sobre volcanes y derrumbes internos.
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El núcleo interno de nuestro planeta se encuentra a más de seis mil kilómetros de profundidad. Investigaciones recientes señalan que esta región, compuesta principalmente de hierro, muestra cambios de forma y posibles fenómenos parecidos a volcanes y derrumbes. Algunos datos indican que ciertos puntos del núcleo podrían deformarse hasta un kilómetro en periodos de pocos años. ¿Podría esto influir en el campo magnético que protege la vida en la Tierra? Expertos como el profesor John Vidale han propuesto que el movimiento y la temperatura del núcleo externo generan un “tirón” que deforma el centro. Esta teoría aporta pistas intrigantes sobre el papel de nuestro núcleo en la estabilidad planetaria.
Algunos expertos niegan rotaciones, ¿qué pasará con el campo magnético?
El planeta Tierra está formado por capas: corteza, manto, núcleo externo y núcleo interno. El núcleo interno es una masa de hierro y níquel que tiene un diámetro aproximado de 2.500 kilómetros. En esta zona, la temperatura supera los cinco mil grados Celsius, suficiente para mantener el metal al límite entre estado sólido y líquido en algunos lugares. A pesar de su profundidad y su inaccessibilidad, los científicos han hallado métodos ingeniosos para observarlo, como el registro de ondas sísmicas producidas por terremotos. Esas ondas revelan comportamientos inesperados, pues cada vez que viajan hacia el centro, llegan con variaciones que sugieren una actividad más compleja de lo que antes se pensaba.
El núcleo interno no es un bloque estático. Las mediciones a lo largo de décadas indican que podría rotar a su propio ritmo, distinto al de la superficie. Al revisar datos sísmicos de terremotos repetidos en zonas como las Islas Sandwich del Sur, científicos han registrado alteraciones que antes se atribuían a la rotación independiente del núcleo. Sin embargo, estos expertos encontraron detalles que no se explican solamente con un cambio de giro. El profesor Vidale y su equipo plantean que el interior del planeta experimenta deformaciones de manera episódica. Algunas zonas pueden hundirse mientras otras se elevan, en escalas de tiempo muy breves. Estas deformaciones podrían implicar procesos similares a erupciones, derrumbes o corrientes de hierro en fusión.
Al no poder visitar estas profundidades, la información depende de las ondas sísmicas que atraviesan el globo y regresan a estaciones ubicadas a miles de kilómetros de distancia.
Los investigadores indican que la velocidad y el sentido de la rotación del núcleo interno cambian con el paso de los años, provocando alteraciones en los tiempos de llegada de las ondas sísmicas. Al estudiar terremotos con trayectorias casi idénticas, pero ocurridos en años distintos, se detectaron variaciones muy sutiles que sugieren una dinámica rica en el centro terrestre. Para algunos especialistas, estas variaciones podrían correlacionarse con fluctuaciones en el campo magnético global, que a su vez inciden en fenómenos como las auroras polares.
Este descubrimiento se conecta con la idea de que el núcleo interno crece gradualmente mientras el núcleo externo se solidifica en su superficie, un proceso que podría ocurrir a lo largo de miles de millones de años. Existen propuestas que señalan la posibilidad de que “montañas” de hierro puedan colapsar en gigantescos derrumbes, algo análogo a lo…