Sigue la polémica por el supuesto caso de racismo que denunció el hondureño Rubilio Castillo, delantero del Deportivo Pereira, que se habría presentado en el duelo entre Once Caldas y los matecañas en el estadio Palogrande de Manizales.
En el juego, correspondiente a la quinta fecha de la Liga Betplay que el local ganó 3-1, se presentó una acción en la que Castillo denunció un presunto acto de racismo del jugador Joel Contreras, de Once Caldas.
Según publicó La Patria de Manizales, las versiones dadas por los protagonistas, Castillo, Contreras y el árbitro Diego Ulloa, son contradictorias.
El partido se paró cinco minutos, pero no por el protocolo antirracismo de la Fifa, que se debe aplicar en todos los estadios del mundo. Se detuvo por los incidentes entre los jugadores, los que desencadenaron las expulsiones de Emanuel Arteaga, en el Once Caldas, y Carlos Darwin Quintero, del Pereira.
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Los árbitros Diego Ulloa (Valle), Miguel Roldán (Antioquia) y Camilo Sánchez (Bogotá) no pudieron determinar si lo que estaba denunciando Rubilio era cierto o mentira.
Joel Contreras, el señalado, negó el hecho: “No le dije eso y donde tenga que hablar y lo que tenga que hacer, me voy a defender de la mejor manera, porque creo que es injusto lo que está pasando y que me digan eso, cuando no le dije nada y tengo muchos amigos de color, como se dice, y entonces me dejó bastante triste”.
En el minuto 22 del complemento, cuando el jugador Matecaña salió del campo, al parecer, desde la tribuna de occidental le habrían gritado palabras racistas.
El árbitro Ulloa les advirtió a los organismos de seguridad que si seguía el mal comportamiento de los aficionados en las gradas, paraba el partido. Hasta el goleador Dayro Moreno y el técnico Hernán Darío Herrera vinieron hacia las gradas y pidieron calma.
Como el árbitro no pudo comprobar el insulto racista de Contreras para Rubilio en el campo, sí advirtió en el informe lo sucedido en la tribuna occidental.
Este jueves, el atacante del Deportivo Pereira dijo en ESPN, que nunca fue ofendido por los aficionados: “La afición nunca me dijo nada, nunca me gritó... hay que decirlo, la situación fue con él (Joel Contreras). La afición apretó, en mi salida me silbó, normal. No me dijeron cosas raciales”.
Y agregó: “No voy a inventar nada de esto. Se lo dije al profesor Suárez. No me voy a hacer la víctima, si se equivocó lo disculpo. Quise tocar este tema en frío, él me lo dijo, no tengo por qué mentir. Él es joven, yo tengo 33 y quizá se pueda equivocar. Si me dice, discúlpame, lo entenderé. No había problema”.
Y todo indica que el árbitro Diego Ulloa también se equivocó en el procedimiento. Si hubo una denuncia por insulto racista debió activar el protocolo independiente de fuera cierto o mentira.
Felipe Trujillo, gerente general del Once Caldas, indicó este viernes que desde la Dimayor les notificaron la apertura de una investigación preliminar para saber si hay méritos para tomar decisiones disciplinarias al respecto.
“Estamos esperando porque creemos en nuestro jugador, en nuestra afición y en la ciudad. Manizales es una ciudad culta y somos tan buenos anfitriones que les abrimos las puertas a 3 mil hinchas que vinieron del Deportivo Pereira”.
Primer nivel: se produce el incidente racista y bien el árbitro con su gesto de los brazos o el jugador agredido hacen constar el mismo. El árbitro puede interrumpir el encuentro.
Segundo nivel: El árbitro suspende temporalmente el encuentro dado que el comportamiento persiste.
Tercer nivel: El árbitro puede decidir la suspensión definitiva del partido si continúa esta actitud.
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