La noticia ha generado todo tipo de comentarios y preguntas en redes sociales: ¿cómo hizo la exMiss Universo colombiana, Paulina Vega Dieppa, para mantener de manera privada un embarazo y un matrimonio? Siendo tan reconocida como lo es, y con más de 6 millones de seguidores en redes como Instagram, pareciera que lo logrado por la exreina no es “normal” en un mundo hiperconectado.
Para Paola Hincapié, asesora en estrategia de marca, tenemos una idea errada en el manejo de redes sociales de que “para ser famoso o para poderse posicionar hay que salir todos los días y contarlo absolutamente todo”.
La privacidad, entendida como ese ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión, es una característica muy valiosa para diversas estrellas, bien sea del cine, la televisión, la música y hasta el deporte. Basta recordar que hay grandes actores de Hollywood, que ni siquiera usan redes sociales ni exponen su vida, como se volvió común desde la llegada de estas plataformas: Daniel Radcliffe, George Clooney, Emma Stone y Scarlett Johansson, por ejemplo.
Hay otras estrellas que abrieron sus cuentas, pero poco las usan como Tom Hiddleston, Adele o Beyoncé, estas últimas incluso solo siguen a una persona. Y no es cuestión de edad, la joven Billie Eilish, de 23 años, tiene 123 millones de seguidores en Instagram, no sigue a nadie (no cae en la trampa del scroll) y postea de vez en cuando, solo temas referentes a lo laboral. Ninguno de estos ejemplos expone algo de su vida, más allá del trabajo, y mantienen viva un aura de misterio que, aunque es compleja de sostener en un mundo inundado de inmediatez, exposición e infoxicación (sobrecarga informativa), sí es posible.
“Estos famosos que no están en redes o llegaron tarde a ellas, como Jennifer Aniston o Cameron Díaz, que no son muy activas, casi siempre cuando salen es porque tienen una línea de negocio que quieren promocionar y termina siendo un tema con una intención comercial”, dice Hincapié.
Conocer la vida de alguien no significa que se conozca su intimidad. Ahí está la clave de lo que pasó con Paulina Vega, “todo está controlado y hace parte del tema estratégico”. Las personalidades que manejan sus redes para lo estrictamente necesario lo hacen enfocados en no cruzar los límites de la privacidad y con una estrategia clara.
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Ser influencer, detalla la especialista, no significa exponer cada vez más tu vida, “eso es todo lo contrario y lo que demuestra es que no tienes estrategia como tal y termina teniendo un peso muy fuerte en las personas” y concluye que hay que acabar con el mito de que publicar sobre la vida privada es bueno para llamar la atención, eso es lo más desgastante. “Detrás de cada cuenta hay una persona”.