La abogada de profesión ha aprovechado los más de cuatro millones de seguidores que tiene en Instagram para crear ingresos a través de sus redes sociales, recomendando productos que a ella le gustan a cambio de una remuneración económica.
No obstante, en un diálogo con Álvaro Rodríguez, empresario que está casado con Laura Tobón y que confesó condición de salud que padece, Acuña reveló que a los emprendimientos que tienen menos de 5.000 seguidores no les cobra por hacerles publicidad. Eso sí, solo tiene ese gesto de generosidad siempre y cuando a ella le guste el producto y considere que es de calidad.
Son varias las personas que diariamente le escriben para darle a conocer sus negocios y artículos que comercializan con el fin de que ella les dé un impulso. Pese a que a través de la monetización de sus redes también sostiene a su familia, ella accede a ayudarlos.
“Una cuenta de Instagram que venda algo superbonito, y que necesite que la gente lo conozca, cómo no le voy a ayudar. Y una empresa de menos de 5.000 seguidores está en esa situación. Y de verdad hay cosas muy chéveres”, dijo la santandereana que intentó ser reina de belleza.
Y es que Acuña también estuvo en el papel de emprendedora, contó en esa misma conversación, cuando intentó crear su propio negocio de ropa, pero fracasó, en gran parte porque no tenía tiempo para dedicarse a él y por los grandes competidores que tenían precios que ella no podía igualar.
Aunque por esa situación perdió dinero, también le dejó varias lecciones a la hora de hacer negocios. “Entendí que parte del éxito de un emprendimiento es hacer, no solo lo que te gusta, sino para lo que eres bueno”, agregó.